'Flygskam' y 'tagskyrt', los movimientos suecos que sacan los colores a las aerol¨ªneas

Decenas de osos polares cayendo del cielo como si de gotas de lluvia se tratara. Desplom¨¢ndose sobre los techos de los edificios, las aceras y los coches aparcados en las calles de una ciudad desierta. Escuchamos los golpes que se dan al estrellarse y de fondo un zumbido que se oye cada vez m¨¢s fuerte. Es el sonido que hacen los aviones. Esta descripci¨®n es la de un v¨ªdeo publicitario elaborado por la organizaci¨®n ecologista Plane Stupid hace ya 10 a?os, en 2009, para denunciar el da?o que hace este medio de transporte al medio ambiente. "Un vuelo en Europa produce de media 400kg de gases de efecto invernadero por cada pasajero. Ese es el peso de un oso polar adulto", sentenciaba el anuncio. Despu¨¦s de una d¨¦cada y a pesar de las voces que intentan negar la emergencia clim¨¢tica global o de las pol¨ªticas contrarias a las recomendaciones de los expertos, la conciencia ciudadana al respecto no ha dejado de aumentar. Ejemplo de ello es el movimiento conocido como flygskam, que representa la verg¨¹enza de volar en avi¨®n.

Cada d¨ªa cientos de miles de aviones vuelan por el mundo entero. Despega uno cada 0,86 segundos, seg¨²n datos de la Universidad Oberta de Catalunya, desde donde apuntan que cada uno de ellos contamina 20 veces m¨¢s que un tren. De ah¨ª, que nazcan movimientos como este. Y funcionan: el flygskam consigui¨® en 2018 que un 23 % de los suecos renunciara a volar para reducir su impacto clim¨¢tico, revelan los seg¨²n datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund, WWF), lo que supone un aumento de seis puntos porcentuales respecto al a?o pasado.

En el punto de mira est¨¢n sobre todo los desplazamientos cortos que se pueden realizar que tienen una duraci¨®n similar a la del tren y muchas veces peores conexiones. Por esto, en paralelo al flygskam nace tagskyrt, que representa el orgullo de viajar en tren y tiene un ¨¦xito similar. Casi uno de cada cinco suecos decidi¨® durante 2018 optar por este medio de transporte frente a volar, seg¨²n datos de WWF. "Suecia es uno de los pa¨ªses m¨¢s concienciados del mundo en el ¨¢mbito ecol¨®gico y preocupado por el cambio clim¨¢tico; se sit¨²a en la segunda posici¨®n en los objetivos de desarrollo sostenible, as¨ª que tiene sentido que sea el origen de este tipo de fen¨®menos", afirma?Pablo D¨ªaz, profesor de los Estudios de Econom¨ªa y Empresa de la UOC.

En definitiva, ambos movimientos le sacan los colores a las aerol¨ªneas. Sobre todo a las de bajo coste, "que ofrecen precios irrisorios para trayectos que pueden ser f¨¢cilmente cubiertos por transporte ferroviario", apunta D¨ªaz. Y pueden llegar a generar cambios en esta industria, donde algunas empresas ya se plantean realizar cambios para hacer sus vuelos m¨¢s ecol¨®gicos. "El sector ha percibido estas se?ales y cada vez se desarrollan m¨¢s productos con conciencia ecol¨®gica y para estos p¨²blico", dice D¨ªaz. Sin embargo, el efecto que tengan estos movimientos depender¨¢ de cada pa¨ªs y su nivel de preocupaci¨®n por el medio ambiente. Para que lleguen a ser realmente efectivos, D¨ªaz considera necesario que se tomen medidas serias desde los gobiernos.