La estrategia de Leonardo DiCaprio: as¨ª consigui¨® tapar sus esc¨¢ndalos con aburrimiento y ecolog¨ªa
Acaba de estrenar la ¨²ltima de Tarantino, es uno de los actores mejor pagados del mundo y provoca fascinaci¨®n a pesar de que sus entrevistas son insulsas. ?Cu¨¢l es su truco para mantener su estatus de enigma?
En 1998 Leonardo DiCaprio (Los ?ngeles, 1974) era el rey del mundo. Mientras se decid¨ªa entre el centenar de guiones que le propusieron despu¨¦s de Titanic, se corr¨ªa juergas diarias con sus colegas en fiestas de Victoria's Secret donde se colaban sin invitaci¨®n, arrojaban basura desde un puente a los coches de la autopista y cerraban clubs de striptease sin dejar propina. Se hac¨ªan llamar Pussy Posse (la pandilla del chocho) y gente como Donald Trump, Susan Sarandon o Mariah Carey hac¨ªa cola para saludarles en su reservado.
Hoy, Leonardo DiCaprio es el actor m¨¢s famoso del planeta y nadie sabe nada sobre ¨¦l. Solo sale con modelos: ocho en dos d¨¦cadas, nunca mayores de 25 a?os, la ¨²ltima -la actriz Camila Morrone- tiene 21. Vaci¨® la zona vip de un club de Miami llev¨¢ndose a las 20 chicas a su mansi¨®n y celebr¨® una fiesta en su yate de Ibiza para Tobey Maguire, su reci¨¦n divorciado compa?ero del Pussy Posse, atestada de modelos.
El actor y sus colegas se hac¨ªan llamar Pussy Posse (¡°la pandilla del chocho¡±) y gente como Donald Trump, Susan Sarandon o Mariah Carey hac¨ªa cola para saludarles en su reservado
Sin embargo, su imagen p¨²blica es la de un artista ¨ªntegro, discreto y comprometido con el medio ambiente. Su activismo ecologista le ha ayudado a distraer la atenci¨®n de su vida privada, que sigue siendo una perpetua parranda adolescente, en una estrategia que ¨¦l ya explic¨® en 2000. ¡°Hago como que soy un enigma complejo pero lo cierto es que no quiero que nadie sepa qui¨¦n soy. Quiero parecer lo m¨¢s seco, gris y aburrido posible¡±, asegur¨® antes de enumerar 20 especies en peligro de extinci¨®n.
Aquel 1998 le cambi¨® la vida a tres niveles: la Leoman¨ªa, una obsesi¨®n colectiva del p¨²blico que coloc¨® 10 libros sobre ¨¦l en el Top 15 de los m¨¢s vendidos en Estados Unidos; las juergas con el Pussy Posse, y una reuni¨®n con Al Gore para conocer la amenaza del cambio clim¨¢tico. Su ¨ªdolo Marlon Brando le despreciaba (¡°Parece una ni?a¡±), el senador John McCain tambi¨¦n (¡°Es un endeble afeminado¡±) y ¨¦l les rebati¨®: ¡°?Solo porque quiera salir de fiesta con otros t¨ªos no quiere decir que sea gay!¡±.
James Cameron, director de Titanic, le describi¨® como ¡°un chulo malcriado¡± despu¨¦s de que el actor le explicase por qu¨¦ no iba a asistir a los Oscar con un SMS que dec¨ªa ¡°es que no es lo m¨ªo, tronco¡±. El chiste ¡°De Titanic han nominado todo menos a DiCaprio y al iceberg¡± fue el primer meme sobre Leonardo DiCaprio en Internet. Llegar¨ªan muchos m¨¢s, fruto de una obsesi¨®n del p¨²blico por descifrar el dichoso misterio. ?Qui¨¦n demonios es Leonardo DiCaprio? Si ¨¦l se niega a mostrar su verdadera personalidad, Internet parece decidida a constru¨ªrsela: su promiscuidad es percibida como una extravagancia simp¨¢tica e inofensiva, su silencio como decencia y su disciplina profesional como desesperaci¨®n por ganar un Oscar. Pero ¨¦l jam¨¢s concede acuse de recibo alguno a las narrativas que se forman en torno a ¨¦l.
Cuando la cadera de Lady Gaga se choc¨® con el codo de DiCaprio en su paseo al escenario de los Globos de Oro, el GIF se viraliz¨® en cuesti¨®n de minutos. ¡°Es que no sab¨ªa que iba a pasar por ah¨ª¡±, se limit¨® a aclarar ¨¦l. Cuando salt¨® el rumor jocoso de que la osa de El renacido hab¨ªa intentado abusar de ¨¦l, su publicista lo desminti¨® con un comunicado: ¡°Eso no es lo que ocurri¨®¡±. Cuando le preguntaron por qu¨¦ rechaz¨® los papeles de Robin en Batman Forever, Anakin en El ataque de los clones y Peter Parker en Spiderman, se limit¨® a confirmar que ¡°hubo reuniones, pero no los hice al final¡±. De este modo, el actor obliga al p¨²blico a especular con los verdaderos motivos por los que declin¨® protagonizar aquellas superproducciones: es el actor m¨¢s taquillero que jam¨¢s ha rodado una secuela, la ¨²nica estrella que no ha hecho cine de superh¨¦roes y su ¨²nico exitazo -aparte de Titanic- (Origen) era una opulenta sesi¨®n de psicoterapia. DiCaprio parece empe?ado en demostrar que Titanic fue una excepci¨®n en su carrera, la cual no ha prosperado gracias a Titanic sino a pesar de ella.
Una modelo que se acost¨® con DiCaprio cont¨® que es un vago en la cama y que no dej¨® de vapear y escuchar m¨²sica en sus cascos durante el polvo
Hace dos semanas, durante la promoci¨®n de la pel¨ªcula ?rase una vez en... Hollywood (en cines desde el 15 de agosto), le preguntaron por la teor¨ªa popular de que Jack -personaje que interpretaba en Titanic y que muri¨® ahogado- cab¨ªa en la tabla junto a Rose. Mientras sus compa?eros de reparto, Brad Pitt y Margot Robbie, bromeaban (DiCaprio apenas concede entrevistas en solitario, desde 1998 se ha prestado solo a cinco reportajes en profundidad), ¨¦l contest¨® ¡°sin comentarios¡± mirando al suelo. DiCaprio se resiste a ser el meme viral de la semana y se toma tan en serio a s¨ª mismo (¡°?Y traer un ser humano a un mundo como este?¡±, responde cuando le preguntan si quiere ser padre) que el p¨²blico ha acabado respet¨¢ndolo. Todo cin¨¦filo tiene una pel¨ªcula distinta en la que se dio cuenta de que DiCaprio es uno de los mejores actores de su generaci¨®n.
En realidad, su carrera postTitanic solo ha continuado las inquietudes de sus inicios (adolescente maltratado en Vida de este chico, discapacitado mental en ?A qui¨¦n ama Gilbert Grape?, drogadicto en Diario de un rebelde) con personajes acorralados, testarudos o enfermos mentales. El proyecto elegido entre aquel centenar de ofertas de 1998, La playa, espant¨® a los adolescentes que pagaron la entrada buscando una aventura en tonos turquesa y se toparon con un descenso a la locura mediante charlas existencialistas. DiCaprio, por su parte, se llev¨® a todos sus colegas de vacaciones a Tailandia durante el rodaje a costa del presupuesto de la pel¨ªcula.
¡°Su cara es un campo de batalla de conflictos morales¡±, admira Martin Scorsese. ¡°Me gusta que no se meta en dos pelis al a?o¡±, aplaude Quentin Tarantino, ¡°como Pacino o De Niro en los setenta, hace solo lo que quiere, de modo que si ¨¦l elige una pel¨ªcula el p¨²blico sabe que ser¨¢ buena¡±. Gracias a ¨¦l, proyectos imposibles de vender en los multicines como El lobo de Wall Street o El renacido consiguieron financiaci¨®n y arrasaron en taquilla plant¨¢ndole cara a los t¨ªpicos taquillazos: DiCaprio es el ¨²ltimo superviviente de aquella estirpe de estrellas que llevaban a la gente al cine. Por eso su Oscar es el ¨²nico Oscar que le ha importado al gran p¨²blico en los ¨²ltimos 20 a?os.
¡°En persona es educado, encantador, bromista y te mira a los ojos. Y consigue no darte ni una sola pista de su verdadera personalidad¡±, lament¨® una periodista de The Guardian en 2007 tras entrevistarlo durante cinco horas. ¡°Al terminar, Leo se fue a correrse una juerga de nueve horas en la que se gast¨® 10.000 euros. Y resulta irritante porque ese DiCaprio es mucho m¨¢s entretenido que el que bebi¨® agua con gas conmigo durante cinco horas¡±. ?l no oculta su estrategia para mantener el control en las entrevistas: ¡°Hablo solo de lo que quiero hablar, no importa cu¨¢l sea la pregunta¡±. En 2016, durante la promoci¨®n m¨¢s intensa de su carrera de cara al Oscar que acabar¨ªa ganando por El renacido, le preguntaron por la ¨¦poca de la Leoman¨ªa. ¡°?La qu¨¦?¡±, respondi¨® ¨¦l fingiendo no conocer el nombre que la prensa dio al fen¨®meno de su fama global.
Leonardo DiCaprio ha utilizado esa fama para concienciar a la sociedad de la urgencia por actuar cuanto antes para mitigar el cambio clim¨¢tico. Se ha reunido con Barack Obama, con el Papa Francisco y con Vlad¨ªmir Putin (quien asegur¨® que Leo es ¡°un hombre de verdad¡±), ha ejercido como portavoz de Naciones Unidas y ha producido siete documentales. Pero su preocupaci¨®n, aunque genuina, tambi¨¦n le ha venido bien para desactivar preguntas que no le apetece responder. Entre ellas, cualquiera relacionada con Don's Plum, la pel¨ªcula amateur que rod¨® con los Pussy Posse a mediados de los noventa en la que DiCaprio improvisaba frases como ¡°deja de mirarme as¨ª o te tirar¨¦ una botella a la puta cara, zorra de mierda¡± ante una chica con l¨¢grimas en los ojos. DiCaprio y Maguire utilizaron sus contactos para bloquear su estreno tras volverse famosos. Sin embargo, la pel¨ªcula est¨¢ hoy disponible en YouTube gracias a su director, que al ser expulsado del Pussy Posse decidi¨® publicarla.
DiCaprio es el actor m¨¢s taquillero que jam¨¢s ha rodado una secuela, la ¨²nica estrella que no ha hecho cine de superh¨¦roes y?'Origen', su ¨²nico exitazo aparte de 'Titanic', era una opulenta sesi¨®n de psicoterapia
Mientras tanto las historias del otro DiCaprio, el animal de la fiesta, siguen col¨¢ndose por las grietas de su recatada imagen p¨²blica. Tras ganar el Oscar se fue de copas con el Pussy Posse aullando y gritando ¡°?manada de lobos!¡± sin parar (el actor niega haber usado nunca la etiqueta de Pussy Posse, que considera ¡°degradante para las mujeres¡±). Una modelo cont¨® que se acost¨® con ¨¦l, que es un vago en la cama y que no dej¨® de vapear y escuchar m¨²sica en sus cascos durante el polvo. Y, en un programa de televisi¨®n, Jennifer Lopez le envi¨® un mensaje (¡°me apetece soltarme la melena, ?alguna sugerencia?¡±) y ¨¦l respondi¨® ¡°?quieres salir de fiesta esta noche, bubu?¡±.
En los Globos de Oro de 2014, Tina Fey le present¨® diciendo: ¡°Y ahora, como si fu¨¦ramos la vagina de una top model, d¨¦mosle una c¨¢lida bienvenida a Leonardo DiCaprio¡±. ?l sali¨® al escenario y entreg¨® el premio que le tocaba sin inmutarse. ¡°Siempre les pido a mis amigos que me imiten y nunca son capaces¡±, lamentaba ¨¦l por entonces. ¡°Eso me hace sentir muy poco interesante. Mis amigos me consideran ins¨ªpido¡±. Un se?or ins¨ªpido que colecciona calaveras de dinosaurios, una de las cuales vendi¨® a Russell Crowe por 30.000 euros durante una borrachera.
Esta estrategia prudente le ha protegido hasta tal punto que, en 2016, Internet se volc¨® en un clamor para que le dieran el Oscar de una vez por todas al pobre Leonardo DiCaprio. La narrativa de que ¨¦l estaba deseando ganarlo (solo basada en que elige papeles lucidos, porque ¨¦l por supuesto respond¨ªa siempre con un inocuo ¡°ser¨ªa un honor ganarlo, pero no depende de m¨ª¡±) llev¨® al p¨²blico a sentir l¨¢stima por ¨¦l cada vez que perd¨ªa. As¨ª es. L¨¢stima por un tipo que ha trabajado con los mejores directores de Hollywood, que cobra un m¨ªnimo de 20 millones de euros por cada pel¨ªcula de arte y ensayo que rueda y que durante aquella fiesta en su yate de Ibiza presumi¨® de asistir a castings del canal adolescente CW para ligarse a aspirantes a actrices de 20 a?os. Quiz¨¢ conseguir ser percibido como un hombre aburrido, formal y hasta soso es la mejor interpretaci¨®n de su carrera. Y su cruzada por el medio ambiente, tan noble como conveniente, tiene m¨¢s sentido en ¨¦l que en ninguna otra persona: este planeta es suyo, normal que quiera protegerlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.