Gentrificaci¨®n, turistas y mentiras: ?por qu¨¦ todas las ciudades empiezan a parecer iguales?
?Habita usted una ciudad sostenible, abierta en lo cultural e inquieta en lo financiero? No saque pecho, porque las dem¨¢s tambi¨¦n. Para diferenciarse, todas las urbes copian el mismo argumentario. Pero que Mil¨¢n se venda como si fuera Barcelona oculta una verdad inc¨®moda
![La gente es feliz es en Barcelona... o en cualquier otra ciudad plagada de palmeras y edificios hist¨®ricos. |](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2KQ3KE7GFQP5QTNEYPGEA5SDBY.jpg?auth=243b764c714c6f649f1db75b88d636b96f7f5c7d6e426c7bb13d3b73dc4c56b6&width=414)
No importa si vives en un nudo de autopistas, si tu casa est¨¢ rodeada de turistas de despedida de soltero o si tu ¨¢rea metropolitana est¨¢ en un proceso de reconversi¨®n industrial. Sea como sea tu ciudad, lo m¨¢s probable es que ahora se est¨¦ publicitando por el mundo como el para¨ªso de la movilidad sostenible, el hervidero cultural y el nido de emprendedores que no es. La marca naci¨® como signo para diferenciar el ganado.
Fue hace miles de a?os y, desde entonces, se ha usado por todas las culturas para desigualar a trav¨¦s de letras y signos. Hoy, las empresas quieren seguir separando sus productos de los de la competencia y, ¨²ltimamente, prefieren venderse como comunidades abiertas. En cambio, las ciudades, que no son empresas aunque se comportan a veces como tales, invierten grandes presupuestos en estrategias de marca ciudad que no son en absoluto diferenciadoras.
![Houston, parques, bicicletas. La campa?a de publicidad de ?Hola Houston!, tampoco se deja un clich¨¦.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/W5YJF7ODBOFZOQUFT4WROUALU4.jpg?auth=93ff83fd56d532204d1c6700aecdb15fcf1a02beea3ac124e1b20b63e8e70bd8&width=414)
Lo explica Aaron Renn, investigador del Manhattan Institute for Policy Research, en un texto para CityLab: ¡°Cada una de ellas parece estar haciendo todo lo posible por convencernos de que es exactamente igual que cualquier otra que se considere cool¡±. Lo hace con ejemplos como Houston y Atlanta, dos lugares con suburbios infinitos, donde el coche es rey y la econom¨ªa se basa en grandes corporaciones que, sin embargo, se comunican como si fueran Portland o ?msterdam, iconos de movilidad sostenible y econom¨ªa innovativa.
La identidad de las ciudades est¨¢ en las mismas ciudades
Nacho Padilla, director creativo del Ayuntamiento de Madrid durante la legislatura de Manuela Carmena, cuenta qu¨¦ se est¨¢ haciendo mal: ¡°La marca no debe ser un relato de lo que queremos ser, sino de lo que somos. La ciudad ya es una comunidad; se tratar¨ªa de entender y nutrir los significantes existentes¡±. Padilla, que viene de trabajar en agencias multinacionales, ha liderado en esos cuatro a?os una forma de comunicar de la que se habl¨® en todas partes.
No ha sido mejor porque haya sido m¨¢s bonita que la de antes, sino porque ha sido m¨¢s eficaz a la hora de ayudar a construir un relato compartido. ¡°La identidad de las ciudades est¨¢¡ en las mismas ciudades. Se trata de comprenderse sin asunciones previas y de saber contarse. Hacia fuera y hacia dentro¡±.
Pero, ?y si las ciudades en realidad s¨ª se est¨¢n pareciendo cada vez m¨¢s unas a otras? M¨¢s all¨¢ de la comunicaci¨®n, existe una sensaci¨®n generalizada de que, ahora que viajamos sin parar, solo lo hacemos para encontrar los mismos caf¨¦s, las mismas tiendas, los mismos espacios p¨²blicos. ¡°No es una sensaci¨®n, es as¨ª. Las ciudades siempre han estado ¨ªntimamente relacionadas con los intercambios comerciales. Lo que ocurre es que ahora los mercados son globales y la gentrificaci¨®n es una estrategia global¡±. Lo cuenta Gaia Redaelli, arquitecta y urbanista italiana especializada en rehabilitaci¨®n y patrimonio.
![Berl¨ªn, bicicletas, canales. Todos los t¨®picos de la ciudad abierta en la web de turismo de la ciudad.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/42M65LTFDNJECZF2JK67DEOWXQ.jpg?auth=3700b3ffc185caf8bf0513b2a6f7cc40438d089a387455633b9e726aac9a0a62&width=414)
La gentrificaci¨®n, a pesar de lo que se tiende a pensar, es un mero asunto econ¨®mico. El estilo imperante de las clases creativas es el rastro por el que seguir un multimillonario proceso de inversi¨®n inmobiliaria con devastadoras consecuencias, incluso para esas clases creativas que tarde o temprano son expulsadas de esos barrios a los que llegaron para regenerar y que ya no se pueden permitir.
La turistificaci¨®n agudiza tanto las secuelas como la homogeneizaci¨®n. Y sus causas son las mismas. ¡°Las administraciones¡±, explica Redaelli, ¡°son responsables cuando emprenden procesos de regeneraci¨®n sin aplicar pol¨ªticas de vivienda que contengan los precios y la especulaci¨®n¡±. Por eso, son a¨²n m¨¢s peligrosas esas estrategias de marca ciudad pensadas para turistas e inversores y no para los habitantes.
Tanto si se hacen as¨ª por torpeza y falta de ingenio como si est¨¢n planificadas a prop¨®sito, no cabe m¨¢s remedio que recordar eso que se gritaba desde el tendido 7 de Las Ventas a?os atr¨¢s: ¡°?A qui¨¦n defiende la autoridad?¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.