Sexo y poder tras el tel¨®n: c¨®mo el #MeToo lleg¨® a la m¨²sica cl¨¢sica
Las acusaciones contra Pl¨¢cido Domingo se unen a una serie de revelaciones que, en los ¨²ltimos a?os, han visibilizado las situaciones de abuso y acoso que se producen en los auditorios y teatros m¨¢s prestigiosos del mundo
En febrero de 2018, el tenor austriaco Jonas Kaufmann, una estrella global de la ¨®pera, confes¨® que una de las piezas de su repertorio,?Girls are made to love and kiss ("Las chicas son para amarlas y besarlas") de Richard Tauber le hab¨ªa planteado dilemas morales por el contenido sexista de su letra. Sin embargo, desech¨® los prejuicios que, seg¨²n cont¨® a The Spectator, conduc¨ªan a un callej¨®n sin salida.
¡°Si tengo que preguntarme si estos gui?os er¨®ticos tan habituales en los a?os veinte resultan inapropiados hoy, significa que la mitad del repertorio oper¨ªstico deber¨ªa dejar de interpretarse. Y es duro¡±
Jonas Kauffman
¡°Si tengo que preguntarme si estos gui?os er¨®ticos tan habituales en los a?os veinte resultan inapropiados hoy, significa que la mitad del repertorio oper¨ªstico deber¨ªa dejar de interpretarse. Y es duro¡±. Aunque es apenas una an¨¦cdota contada por tel¨¦fono al periodista Norman Lebrecht, la observaci¨®n de Kaufmann roza tangencialmente un debate de mayor calado: si la m¨²sica cl¨¢sica, como el cine tras el esc¨¢ndalo de Harvey Weinstein, es un terreno abonado para las situaciones de abuso y acoso.
La publicaci¨®n esta misma ma?ana, por parte de la agencia Associated Press, de un reportaje en el que nueve mujeres acusan al tenor espa?ol Pl¨¢cido Domingo de haber protagonizado comportamientos inapropiados en los a?os ochenta, es la incorporaci¨®n m¨¢s reciente a un via crucis de revelaciones que, en los ¨²ltimos a?os, est¨¢n conformando un peculiar panorama del #MeToo en el mundo de la m¨²sica cl¨¢sica y la ¨®pera.
La respuesta del int¨¦rprete alude a la vaguedad de las acusaciones (¡°profundamente preocupantes y, tal como se presentan, inexactas¡±) pero tambi¨¦n, acaso de manera inconsciente, al cambio en el modo en que se perciben ciertas situaciones o comportamientos que anta?o se zanjaban benevolentemente con adjetivos como ¡°mujeriego¡± o ¡°donju¨¢n¡±.
¡°Cre¨ªa que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consentidas¡±, afirma Domingo en la mencionada declaraci¨®n. ¡°Sin embargo¡±, contin¨²a la respuesta del tenor, ¡°reconozco que las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de c¨®mo eran en el pasado. He sido bendecido y privilegiado con una carrera de m¨¢s de 50 a?os, y me ce?ir¨¦ al m¨¢s alto est¨¢ndar¡±.
¡°No podemos sentenciar a nadie sin un proceso formal¡±, explic¨® el gerente de la instituci¨®n a 'The New York Times' tras el anuncio del fichaje del aparentemente defenestrado Gatti, en diciembre de 2018. ¡°Ser¨ªa muy peligroso¡±
Hoy es imposible medir el impacto que estas acusaciones tendr¨¢n en la carrera de Domingo, ni si finalmente se materializar¨¢n en delitos probados o sentencias condenatorias. Pero lo cierto es que el fen¨®meno #MeToo, que en los ¨²ltimos a?os ha hecho aflorar a la superficie intolerables situaciones de abuso y acoso en la m¨²sica, el cine o la moda, tambi¨¦n ha llegado al mundo de la m¨²sica cl¨¢sica y la ¨®pera. Y su radiograf¨ªa de este entorno habitualmente descrito como conservador, herm¨¦tico y elitista est¨¢ arrojando historias tan sangrantes y escandalosas como las escenifican (y denuncian) partituras tan c¨¦lebres como La violaci¨®n de Lucrecia, de Benjamin Britten.
As¨ª se desprende, al menos, del amplio reportaje que The Washington Post public¨® en julio de 2018, y que dio el pistoletazo de salida al #MeToo de la m¨²sica cl¨¢sica: seis meses de investigaci¨®n y cincuenta entrevistas sirvieron a las periodistas Anne Midgette y Peggy McGlone para describir un entorno endog¨¢mico y muy jer¨¢rquico, marcado por estructuras de poder arbitrarias y que impiden, en la pr¨¢ctica, la denuncia de cualquier situaci¨®n de abuso.
Un maestro que se abalanza sobre su alumna tras un ensayo. Una solista invitado que se toma demasiadas licencias con las int¨¦rpretes de la orquesta que la acoge. Un director de orquesta que otorga y restringe oportunidades en funci¨®n de su libido. Seg¨²n el sistema descrito por Midgette y McGlone, varios elementos facilitan esta espiral del silencio. Por un lado, la existencia de personales todopoderosos que, como directores de orquesta, solistas estrella, core¨®grafos o escen¨®grafos, trabajan de manera freelance y, por tanto, sin rendir cuentas a nadie. Por otro, un sistema de aprendizaje y perfeccionamiento basado en el modelo del maestro autoritario y el disc¨ªpulo abnegado, con ensayos a puerta cerrada. Y, por otro, el mismo mecanismo de silencio denunciado en Hollywood: la certeza de que denunciar por acoso es sin¨®nimo de acabar con una carrera incipiente.
Sin embargo, el hecho de que la mayor¨ªa de las acusaciones denunciadas por el Post se basaran en testimonios de sucesos acaecidos tiempo atr¨¢s, y de que no todas las acusaciones se hayan materializado en denuncias judiciales, ha cambiado las tornas. El director Daniele Gatti, que el a?o pasado fue despedido de Royal Concertgebouw de ?msterdam tras una investigaci¨®n interna encargada a ra¨ªz de las revelaciones de la prensa, fue contratado posteriormente por la ?pera de Roma como director musical, puesto que ostenta en la actualidad.
Todo un icono como la soprano rusa Anna Netrebko declaraba el a?o pasado a la radio brit¨¢nica 'Classic FM' que ¡°nadie te fuerza a hacer nada, jam¨¢s¡±, en referencia a las insinuaciones sexuales en el mundo l¨ªrico. ¡°Si lo hiciste, es porque quisiste¡±
¡°No podemos sentenciar a nadie sin un proceso formal¡±, explic¨® el gerente de la instituci¨®n a The New York Times tras el anuncio del fichaje del aparentemente defenestrado Gatti, en diciembre de 2018. ¡°Ser¨ªa muy peligroso¡±. Tambi¨¦n ha logrado una segunda oportunidad el director Charles Dutoit. A finales de 2017 estuvo en el centro de un esc¨¢ndalo de abusos que hizo que la mayor¨ªa de las orquestas con las que colaboraba le dieran la espalda. Desde septiembre de 2018, es director invitado en la Filarm¨®nica de San Petersburgo.
Aun hoy no hay unanimidad acerca del alcance real de este tipo de abusos. Todo un icono como la soprano rusa Anna Netrebko declaraba el a?o pasado a la radio brit¨¢nica Classic FM que ¡°nadie te fuerza a hacer nada, jam¨¢s¡±, en referencia a las insinuaciones sexuales en el mundo l¨ªrico. ¡°Si lo hiciste, es porque quisiste¡±. Las palabras de la cantante contrastan con el esc¨¢ndalo protagonizado por James Levine, flamante director de la ?pera Met neoyorquina y fulminantemente despedido despu¨¦s de que varios hombres le acusaran de abusos cuando eran adolescentes, en los a?os ochenta. Tras un cruce de demandas entre el director y la instituci¨®n, a principios de agosto ambas partes llegaban a un acuerdo judicial para no seguir adelante con un proceso que pod¨ªa perjudicar a ambos.
Este verano tambi¨¦n se conoc¨ªan los avances judiciales de otro caso que ha provocado conmoci¨®n en el mundo de la ¨®pera: el del contratenor David Daniels y su esposo William Walters, acusados de violar al bar¨ªtono Samuel Schultz en 2010 tras clausurar una producci¨®n en la Houston Grand Opera en 2017. Si son condenados, podr¨ªan enfrentarse a penas de prisi¨®n de hasta 20 a?os. Basta escuchar las c¨¦lebres (y exquisitas) interpretaciones barrocas de Daniels para corroborar la lecci¨®n m¨¢s rotunda del fen¨®meno #MeToo: que un talento irrefutable no excluye un comportamiento ¨¦tico condenable. Y que lo segundo siempre acaba salpicando a lo primero.
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