Chuck Norris, 79 a?os: el h¨¦roe que pudo con todo afronta su ¨²ltima batalla por amor
?dolo de varias generaciones y reivindicado con iron¨ªa por la generaci¨®n 'millennial', el m¨ªtico actor de acci¨®n y activista conservador reaparece para centrarse, esta vez, en un enemigo mucho m¨¢s duro
A lo largo de su carrera, Chuck Norris se ha enfrentado a los sovi¨¦ticos, al Vietcong, a la mafia, a los nazis, a la corrupci¨®n policial, a asesinos en serie, a mercenarios, a terroristas de nacionalidades diversas y a todos los delincuentes que se han atrevido a pisar Texas. Pero desde 2013 solo tiene un enemigo: el gadolinio.
Este elemento qu¨ªmico, habitual en los materiales de contrastes que se usan en las resonancias magn¨¦ticas es, seg¨²n Norris, el responsable de la enfermedad que sufre su mujer, la actriz y modelo Gena O?Kelly (California, 1963), con quien tiene dos hijos, ¨Cel actor suma otros tres fruto de su primer matrimonio con Dianne Holecheck (California, 1941) ¨C. Para cuidarla y combatir a los responsables de lo que ¨¦l considera una negligencia m¨¦dica, hace un par de a?os anunci¨® el fin de una carrera cinematogr¨¢fica que empez¨® hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. "He abandonado mi carrera cinematogr¨¢fica para dedicar mi vida entera a mantener viva a Gena. Eso es lo m¨¢s importante, que ella contin¨²e con nosotros y que lo que le ha ocurrido no lo sufra nadie m¨¢s", ha dicho el actor, que va camino de los 80 a?os (los cumple en marzo del a?o que viene, naci¨® en Oklahoma en 1940) y que ya figura como elemento imprescindible de la cultura pop de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
En 2017, mientras regresaba a casa tras un evento de artes marciales, el coraz¨®n del actor se par¨® dos veces. Alguien en Twitter escribi¨®: ¡°Dos infartos mueren al intentar atacar a Chuck Norris"
La estrella de Hollywood Steve McQueen tuvo dos grandes ideas en su vida. La primera, cancelar a ¨²ltima hora su cena en casa de Sharon Tate el nueve de agosto de 1969. Eso le libr¨® de la muerte a manos de los descerebrados que segu¨ªan a Charles Manson. La segunda, recomendar a su profesor de artes marciales, un tal Chuck Norris, que se dedicase a la interpretaci¨®n.
Porque aquel pelirrojo ce?udo que ense?aba los rudimentos del taekwondo a estrellas de Hollywood como McQueen, Michael Landon o Priscilla Presley no estaba llamado a ver su nombre en las p¨¢ginas doradas de la Academia de las Artes y las Ciencias de Hollywood, pero s¨ª estaba destinado a conquistar el coraz¨®n de los fans del cine de acci¨®n. Gracias a un pu?ado de personajes memorables: J.J. McQuade (de la pel¨ªcula McQuade, el lobo solitario, 1983), el Coronel James Braddock (de Desaparecido en combate, 1984), Matt Hunter (de Invasi¨®n U.S.A., 1985) y, sobre todo, el incombustible ranger de Texas Cordell Walker (de la serie Walker, Ranger de Texas, de 1993 a 2001), su nombre ha quedado grabado a fuego en los cabezales de miles de cintas VHS.
A punto de cumplir los ochenta, Chuck ha tenido muchas vidas. En la primera recibi¨® el nombre de Carlos Ray Norris y fue un cabeza de familia entregado que cuid¨® de su madre y sus hermanos hasta que se alist¨® en las fuerzas a¨¦reas. Porque Norris no es un patriota de bandera en Instagram, ¨¦l sabe lo que es defender a su pa¨ªs como polic¨ªa militar en Corea, el lugar donde descubri¨® el arte marcial que le iba a cambiar la vida, el Tang Su Do, una versi¨®n coreana del Taekwondo. De all¨ª volvi¨® con el apodo ¡°Chuck¡± y un futuro como instructor de artes marciales.
Pero como Chuck no es de los que se limitan a seguir la senda sino de los que construyen un nuevo carril, mezcl¨® sus conocimientos de taekwondo, brazilian jiu-jitsu, wrestling, muay tai y shotokan y el resultado fue una mezcla m¨¢s letal que el t¨¦ de Long Island: el chunk kuk do, un arte marcial made in Norris que no fue su ¨²nico invento. Harto de las costuras que se revientan a la m¨ªnima patada voladora, -?qui¨¦n no se ha enfrentado a ese problema?-, perge?¨® unos pantalones, los Chuck Norris Action Pants, que, vistos hoy, parecen unos simples vaqueros el¨¢sticos no demasiado estilosos, pero a ver qui¨¦n se pone a discutir de patronaje con el hombre que le ense?¨® a Pai Mei los cinco puntos de presi¨®n para hacer explotar un coraz¨®n.
Chuck ten¨ªa un cuerpo para el arte (marcial), pero no una mente para los negocios: la cadena de gimnasios que hab¨ªa fundado en Los ?ngeles se encontraba al borde de la bancarrota cuando uno de sus alumnos, Steve McQueen, el hombre m¨¢s cool del Hollywood de los setenta, le dijo la frase que cambiar¨ªa su destino: "Si no puedes hacer nada m¨¢s, siempre te queda la actuaci¨®n". Habr¨ªa sido un buen lema para el instituto de cine y teatro de Lee Strasberg.
Otra de las luminarias de la ¨¦poca fue quien le dio el segundo empuj¨®n. En 1972, el m¨ªtico Bruce Lee le ofreci¨® el papel de antagonista en El furor del drag¨®n. Ambos se enfrentar¨ªan en una pelea de m¨¢s de diez minutos en el Coliseo de Roma. ¡°?Y qui¨¦n va a ganar?¡±, pregunt¨® Chuck, aunque sab¨ªa perfectamente cu¨¢l era la respuesta. Bruce Lee era director, guionista, protagonista y la gran estrella del cine de artes marciales. La pelea todav¨ªa se mantiene en el altar de los aficionados al g¨¦nero. Por primera y ¨²nica vez Chuck ser¨ªa el villano y por primera y ¨²nica vez morder¨ªa el polvo; no le import¨®, era consciente del aura de aquel rival que tambi¨¦n era uno de sus mejores amigos. Pocos meses despu¨¦s ¨¦l y Steve McQueen ser¨ªan los encargados de portar el f¨¦retro de Bruce Lee en una iglesia de Seattle.
El auge de Norris se vio favorecido por la ola de patriotismo exacerbado que Ronald Reagan impuls¨® en los ochenta. Tras los setenta de los hippies y el liderazgo pacifista de Jimmy Carter, los miedos de la d¨¦cada de los cincuenta volvieron a resurgir en millones de hogares estadounidenses que empezaban a considerar cre¨ªble una invasi¨®n sovi¨¦tica a trav¨¦s del estrecho de Bering. Era el momento de los h¨¦roes que dan un paso al frente y Chuck, capaz de enfrentarse a un ej¨¦rcito de comunistas a pecho (hirsuto) descubierto, lo iba a dar.
El auge de Norris se vio favorecido por la ola de patriotismo exacerbado de Reagan. Era el momento de los h¨¦roes que dan un paso al frente y Chuck, capaz de enfrentarse a un ej¨¦rcito de comunistas a pecho descubierto, lo iba a dar
Adem¨¢s de Reagan, otro par de capitalistas orgullosos ayud¨® a pavimentar el camino al ¨¦xito de Norris: Menahem Golan y Yoram Globus, los dos primos de origen israel¨ª que dirig¨ªan Cannon, la ic¨®nica productora que pobl¨® las estanter¨ªas de los videoclubs de barrio con subproductos construidos sobre una m¨¢xima: ¡°Si realizas pel¨ªculas americanas con un comienzo, un nudo y un desenlace, con un presupuesto menor de cinco millones, deber¨ªas ser un idiota para perder dinero¡±. Y ellos no eran idiotas.
En su primer trabajo para Cannon, Norris pudo comprobar el monumental desprecio que los primos sent¨ªan por sus producciones. La pel¨ªcula que se estren¨® como Desaparecido en combate (1984), era realmente la segunda parte de la trilog¨ªa, pero para abaratar costes se rodaron a la vez. Y, como a los productores les pareci¨® m¨¢s entretenida, decidieron estrenarla primero. ?Y la coherencia narrativa? ?A qui¨¦n le importa si Chuck acababa con una rata a mordiscos?
Aquellas pel¨ªculas de presupuesto tan limitado como sus guiones, contribuyeron a crear una m¨ªstica en torno a un Norris que representaba a la perfecci¨®n al justiciero solitario, tan lac¨®nico como efectivo, un arquetipo que hab¨ªa representado como nadie su gran h¨¦roe, John Wayne.
Pero las intenciones patri¨®ticas de Norris no seduc¨ªan por igual a cr¨ªtica y p¨²blico. En 2011, la influyente web Rotten Tomatoes le nombr¨® ¡°el peor actor de los ¨²ltimos 25 a?os¡±, m¨¢s que por sus hier¨¢ticas interpretaciones por la ¨ªnfima calidad de sus pel¨ªculas.
?Pero qu¨¦ importa lo que diga la cr¨ªtica si eres un adalid de la lucha contra el comunismo dentro y fuera de la pantalla? La trascendencia de Chuck ha ido m¨¢s all¨¢ de las salas de cine, como puede atestiguar una generaci¨®n de rumanos. En el documental de Ilinca Calugareanu Chuck Norris contra el comunismo descubrimos una de esas historias reales que superan al m¨¢s enrevesado de los guiones. Durante los ochenta, en la Rumania de los Ceaucescu solo hab¨ªa un canal que emit¨ªa programas y pel¨ªculas aprobados y censurados por el gobierno, lo que gener¨® un submundo de v¨ªdeos comunitarios de estraperlo por los que corr¨ªan las aventuras de Norris, Stallone y Van Damme. Aquellos h¨¦roes que combat¨ªan la ideolog¨ªa que les oprim¨ªa, les abr¨ªan tambi¨¦n los ojos a un mundo en el que no exist¨ªan las cartillas de racionamiento y s¨ª los Ford Mustang, la cerveza Coors y las vacaciones en Venice Beach.
En la realidad, Norris no se limita a combatir solo al comunismo: desde su postura cercana a la derecha m¨¢s extrema del Gobierno de EE UU tambi¨¦n se opone frontalmente a cualquier indicio de progresismo. A pesar de que su chun kuk do se sustenta sobre un dec¨¢logo trufado de buenos prop¨®sitos (¡°si no tengo nada bueno que decir sobre una persona, no dir¨¦ nada¡±, ¡°emplear¨¦ tanto tiempo en mejorar mi persona que no tendr¨¦ tiempo de criticar a los dem¨¢s¡±, ¡°mantendr¨¦ respeto hacia las autoridades y lo demostrar¨¦ todo el tiempo") en la pr¨¢ctica el seis veces campe¨®n del mundo de k¨¢rate se las salta a la torera y no duda en lanzar cr¨ªticas feroces contra las autoridades.
¡°?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si la Virgen Mar¨ªa hubiera dependido de la cobertura sanitaria de Obama?¡±, se preguntaba durante la campa?a para la reelecci¨®n del presidente Obama en su columna semanal en WorldNetDaily. ¡°?Se convertir¨¢n los cuidados de Obama en cuidados de Herodes para los no natos?", bramaba desde su atrio digital desde el que tambi¨¦n suspiraba por la obligatoriedad de la oraci¨®n en los colegios. Incluso un h¨¦roe de guerra republicano como el senador McCain tuvo que aguantar su desprecio por apoyar el matrimonio igualitario. Chuck, claro, estaba en contra.
Por supuesto, Hillary Clinton tampoco cont¨® con su aprobaci¨®n. Al igual que otros disidentes de un Hollywood cada vez m¨¢s alineado con los dem¨®cratas, Norris, como Jon Voight o Charlie Sheen, prefiri¨® hacer campa?a por Trump. Despu¨¦s de todo, pocos americanos pueden estar tan obsesionados con ese muro en la frontera con M¨¦xico prometido por el presidente como el ranger que patrull¨® Texas durante nueve temporadas en la serie Walker, Ranger de Texas.
Sobre ese ranger de Texas se ciment¨® su popularidad en los noventa y los dosmil, hasta que un fen¨®meno moderno como son los memes le convirti¨® en una estrella tambi¨¦n para los millennials.
A mediados de los dosmil, una web empez¨® a recoger cientos de hip¨¦rboles sobre su rudeza, su fuerza y su virilidad. Por supuesto, el mundo contuvo su aliento, temiendo la reacci¨®n del h¨¦roe. Pero Chuck le dio su bendici¨®n. Y no solo eso, public¨® su propio libro de ocurrencias: The Official Chuck Norris Fact Book, e incluso los incorpor¨® a sus personajes.
En Los mercenarios 2 (2012), el homenaje de Sylvester Stallone a sus compa?eros de batalla, y la ¨²ltima aparici¨®n de Norris en la gran pantalla, Sly recibe as¨ª a Chuck:
- "O¨ª que te hab¨ªa mordido una cobra real".
- "As¨ª fue, pero despu¨¦s de cinco d¨ªas de insufrible dolor la cobra muri¨®", respond¨ªa Norris finalizando su di¨¢logo con algo que casi parec¨ªa una sonrisa.
En su lista de ocurrencias podr¨ªa incluirse otra: Chuck Norris sufri¨® dos infartos en menos de una hora y sobrevivi¨®. O como defini¨® un usuario de Twitter: ¡°Dos infartos mueren al intentar atacar a Chuck Norris". Pero en este caso fue real. En 2017, mientras regresaba a casa tras un evento de artes marciales en Las Vegas, el coraz¨®n del actor se par¨® dos veces.
Poco despu¨¦s anunci¨® su retirada del cine para cuidar a Gena, con quien se cas¨® en 1998. Al final el amor todo lo puede, incluso apaciguar al hombre que derrib¨® un avi¨®n alem¨¢n apuntado con su dedo y diciendo: ¡°Bang¡±.
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