La obsesi¨®n de Trump
El presidente anuncia nuevas medidas de dudosa legalidad contra los inmigrantes
La obsesi¨®n de Donald Trump con la inmigraci¨®n ha tomado un cariz que sobrepasa tanto el sentido com¨²n como los derechos fundamentales de las personas e incluso el mismo orden constitucional de la democracia m¨¢s poderosa del mundo.
Editoriales anteriores
El presidente de EE?UU ya ha dado sobradas muestras de que ninguna de las propuestas que lanza ¡ªpor muy poco ortodoxo que sea el medio que utilice¡ª debe ser tomada a la ligera. El ¨²ltimo ejemplo es la oferta de compra de Groenlandia a Dinamarca, que ha pasado de ser considerada una ocurrencia a generar una inconcebible crisis bilateral entre Washington y Copenhague. Y si ha habido un hilo conductor en esta cascada de iniciativas pol¨¦micas ¡ªcuando no ilegales¡ª desde el mismo momento en que el millonario neoyorquino lleg¨® a la Casa Blanca en enero de 2017 ese ha sido la inmigraci¨®n.
El anuncio de un cambio normativo que permitir¨¢ a los agentes fronterizos detener de forma indefinida a familias inmigrantes sin papeles, anulando de esta forma el acuerdo que obliga a que los menores retenidos queden libres a los 20 d¨ªas, es otra vuelta de tuerca de una pol¨ªtica que busca el r¨¦dito pol¨ªtico al margen de la legalidad. Trump ya ha visto anteriormente c¨®mo los tribunales tiraban abajo iniciativas similares referidas a los menores. Su sistem¨¢tico intento de subvertir una sentencia de 1997, que garantiza un tiempo m¨¢ximo de detenci¨®n ¡ªactitud que adem¨¢s contraviene la separaci¨®n de poderes¡ª est¨¢ llevando al mandatario a adoptar medidas que provocar¨¢n sufrimiento innecesario a los detenidos adem¨¢s de una nueva batalla en los tribunales.
En esta l¨ªnea, Trump ha resucitado una idea, ya expuesta en su campa?a, que implica no solo un cambio constitucional, sino la modificaci¨®n de la misma naturaleza de la sociedad estadounidense. El presidente quiere anular el derecho a ciudadan¨ªa por nacimiento, vigente desde 1868. Para ello se ampara en la falacia de que EE?UU es el ¨²nico pa¨ªs del mundo que lo aplica, cuando en realidad existe en casi todos los pa¨ªses de Am¨¦rica y en el 16% de los Estados del planeta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.