?C¨®mo pueden los pa¨ªses en desarrollo financiar los ODS?
La deficiente gesti¨®n fiscal significa que las naciones m¨¢s pobres a menudo padecen inflaci¨®n. La recaudaci¨®n de impuestos es un gran reto para estas econom¨ªas
Con objetivos tan amplios como poner fin a la pobreza en todas sus formas y prestar una educaci¨®n de calidad universal para 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son ambiciosos, mucho m¨¢s que sus predecesores, los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Para que el mundo los alcance ser¨¢ un factor crucial el dinero, particularmente las finanzas p¨²blicas.
Tradicionalmente, la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) ha desempe?ado una funci¨®n central en la financiaci¨®n de esta agenda. Pero la AOD no bastar¨¢ en tiempos en que la ret¨®rica nacionalista y las pol¨ªticas aislacionistas ganan peso en algunos de los mayores pa¨ªses donantes del planeta, comenzando con Estados Unidos.
De hecho, en el mejor de los casos, la ayuda extranjera se ha mantenido sin variaciones y no se espera que aumente. Por el contrario, existe la clara posibilidad de que el fantasma de una recesi¨®n global ¡ªelevado por la guerra comercial de Donald Trump¡ª signifique una reducci¨®n en los ingresos procedentes de pa¨ªses donantes, junto con un aumento de la demanda interna de gastos p¨²blicos. No son buenos augurios para los flujos de ayuda extranjera.
Esto implica que para implementar los ODS, los pa¨ªses en desarrollo deber¨¢n depender cada vez m¨¢s en sus propios recursos. Y, de hecho, la Agenda 2030 prev¨¦ este imperativo: el primero de los objetivos es ¡°fortalecer la movilizaci¨®n de recursos internos¡ para mejorar la capacidad nacional de recaudaci¨®n de impuestos y otros ingresos¡±. La pregunta es c¨®mo hacerlo.
La deficiente gesti¨®n fiscal significa que los pa¨ªses en desarrollo, en particular los de ?frica, continente que alberga a 27 de los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta, a menudo padecen inflaci¨®n y crisis de la deuda, y muchos est¨¢n a merced de los ciclos de precios de las commodities (materias primas) o productos b¨¢sicos. La recaudaci¨®n de impuestos es un gran reto para estas econom¨ªas: en promedio, los pa¨ªses de ingresos bajos ingresan entre el 10 y el 20% de su PIB en este concepto, frente a cerca de un 40% en los pa¨ªses ricos.
Cuando los l¨ªderes pol¨ªticos no pueden usar a su arbitrio los ingresos estatales para enriquecerse ellos mismos o a su camarilla se elevan las probabilidades de que fortalezcan la capacidad fiscal del gobierno
Una de las razones principales es que estos pa¨ªses tienden a poseer econom¨ªas informales de gran tama?o; otra es que invierten poco en la infraestructura necesaria para implementar una tributaci¨®n personal, dependiendo en su lugar de los impuestos a la venta, m¨¢s f¨¢ciles de desarrollar, pero que recaudan menos. Si a eso se a?ade la gesti¨®n deficiente de lo recaudado, estos pa¨ªses fracasan constantemente en la prestaci¨®n de los bienes y servicios p¨²blicos necesarios, por lo hablar de asegurar su sostenibilidad fiscal.
Nuestros estudios muestran que la eficacia de la recaudaci¨®n de impuestos y la solidez de los sistemas presupuestarios depende de forma crucial del grado en que las instituciones pol¨ªticas dispongan de mecanismos de limitaci¨®n del poder ejecutivo. Los gobiernos con sistemas cre¨ªbles e institucionalizados tienden no solo a recaudar m¨¢s ingresos por impuestos, sino tambi¨¦n a tener procesos presupuestarios m¨¢s transparentes y predecibles.
Un motivo de peso para esto es la capacidad de rendici¨®n de cuentas. Dar a un solo ejecutivo un control pr¨¢cticamente ilimitado de los recursos financieros estatales eleva el riesgo de que se produzcan cambios repentinos en las prioridades presupuestarias, y aumenta la tentaci¨®n de gastar m¨¢s en proyectos que enriquezcan a unos pocos a expensas del bien p¨²blico. Pero cuando los l¨ªderes pol¨ªticos no pueden usar a su arbitrio los ingresos estatales ¡ªdigamos, para enriquecerse ellos mismos o a su camarilla¡ª se elevan las probabilidades de que fortalezcan la capacidad fiscal del gobierno, lo que incluye su habilidad de dise?ar, implementar y monitorear el presupuesto.
En un sistema parlamentario plenamente funcional, por ejemplo, un grupo de autoridades electas supervisa el presupuesto estatal de un modo relativamente transparente. Nadie tiene el poder para distorsionar el proceso de maneras que le beneficien. En lugar de ello, los l¨ªderes est¨¢n bajo la presi¨®n de dar respuesta a las necesidades y preferencias de los votantes.
En ese contexto, la tributaci¨®n se convierte en una transacci¨®n informada y consensual entre ciudadanos y el estado. Con ello se afianza la confianza en las instituciones oficiales, lo que a su vez eleva los ingresos y sustenta la estabilidad social y pol¨ªtica.
Seg¨²n nuestros estudios, implementar mecanismos de limitaci¨®n del poder ejecutivo producir¨ªa, tras cerca de nueve a?os, un aumento de 2,4 % de la proporci¨®n del PIB. Tales cambios tambi¨¦n elevar¨ªan la calidad de la planificaci¨®n fiscal (es decir, la precisi¨®n de las previsiones de ingresos y la eficacia de la implementaci¨®n del presupuesto y la gesti¨®n de la deuda) sobre el promedio global.
Estos avances se podr¨ªan traducir en m¨¢s libros de texto en las escuelas locales, m¨¢s vacunas para los servicios de salud locales, as¨ª como m¨¢s recursos para los programas de reducci¨®n de la pobreza. En otras palabras, un sistema tributario limitado por instituciones que garanticen la transparencia y la rendici¨®n de cuentas podr¨ªa ser un importante avance hacia el logro de los ODS.
Por supuesto, los efectos no ser¨¢n inmediatos. La reforma institucional es un proceso gradual y los cambios legales no se traducen inmediatamente en cambios conductuales. Pero la integraci¨®n de pesos y contrapesos a la funci¨®n de gobierno (particularmente para limitar la discrecionalidad de la autoridad presupuestaria del ejecutivo) es esencial para lograr el tipo de transformaci¨®n estructural que los pa¨ªses en desarrollo necesitan para crear futuros m¨¢s pr¨®speros y estables que se extiendan mucho m¨¢s all¨¢ de 2030.
Los autores de este texto son: Tania Masi, investigadora de la Universidad de Milano-Bicocca; Roberto Ricciuti, profesor asociado de la Universidad de Verona; Antonio Savoia, acad¨¦mico en la Universidad de Manchester, y Kunal Sen, profesor de la Universidad de Manchester y director de UNU-WIDER.
Traducido del ingl¨¦s por David Mel¨¦ndez Tormen. Copyright: Project Syndicate, 2019.
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