El consejo del hombre m¨¢s rico del mundo para que consigas tus objetivos

Llega septiembre y retomamos nuestra lista de buenas intenciones: ir al gimnasio, matricularnos en nuevos estudios, disfrutar m¨¢s tiempo con la familia¡­ Con el paso de los meses advertimos que los objetivos van cayendo bajo mil y una excusas. Quiz¨¢s deber¨ªamos fijarnos en lo que hacen las personas con ¨¦xito para alcanzarlos. Tomemos el ejemplo del estadounidense Warren Buffett, un hombre hecho a s¨ª mismo y uno de los m¨¢s ricos del mundo. Forbes calcula que tiene 80.000 millones de euros y se le considera como el financiero m¨¢s poderoso del planeta, capaz de alterar la econom¨ªa con sus decisiones. El truco de su ¨¦xito est¨¢ en tener dos listas de objetivos, tal y como explic¨® en una ocasi¨®n a Mike Flint, su fiel piloto.

Durante una conversaci¨®n, Buffett le pregunt¨® si ten¨ªa sue?os m¨¢s ambiciosos que el de pilotar un avi¨®n. Flint contest¨® que s¨ª, as¨ª que el magnate le cont¨® el m¨¦todo de las dos listas. Consta de tres pasos y cualquiera de nosotros puede aplicarlo en su vida, aunque no aspiraremos a convertirnos en multimillonarios. El primer paso es escribir una lista con nuestras 25 metas. Buffett las centra en el plano profesional, pero se pueden aplicar a todos los ¨¢mbitos de la vida. La clave es el n¨²mero: al menos 25. A muchas personas les resulta complicado llegar a esa cantidad, sobre todo si se ci?e a la parte profesional, pero no lo es. La lista tambi¨¦n es v¨¢lida para periodos breves, como las 25 cosas que quiero hacer esta semana.

En segundo lugar, tenemos que hacer examen de conciencia y escoger las cinco metas prioritarias para incluirlas en una lista A. Una vez m¨¢s el n¨²mero vuelve a ser importante. Se han de escoger solo cinco y rodearlas con un c¨ªrculo. Ni una m¨¢s. En el tercer y ¨²ltimo paso debemos observar las 20 metas que no hemos seleccionado, incluirlas en una lista B y olvidarnos de ellas a toda costa. Esta es la parte m¨¢s complicada, como explic¨® el multimillonario. Buffett pregunt¨® a su piloto qu¨¦ pensaba hacer con la lista B, la de los objetivos secundarios. Flint le contest¨® que se centrar¨ªa en la lista A, pero que la B tambi¨¦n era importante, aunque no prioritaria, y que conforme pudiera le dedicar¨ªa cierto esfuerzo. Buffett fue asertivo: la simplicidad es el ¨¦xito. La lista B hay que evitarla completamente. Roba tiempo, energ¨ªa y desv¨ªa la atenci¨®n. En ella aparecen simples fantas¨ªas que es necesario reconocer a tiempo.

Todos tenemos fantas¨ªas. Pensar en ellas nos supone una distracci¨®n. A veces decimos que son sue?os, como hacer un viaje incre¨ªble, comenzar un nuevo trabajo o estudiar un idioma diferente. En el fondo no ponemos toda la fuerza necesaria para cumplirlas, por lo que estamos malgastando energ¨ªa. El problema de la lista B, o de estos entretenimientos mentales o trampas, es que nos evitan centrarnos en lo realmente importante, en la lista A, la de nuestras prioridades. Por eso debemos aprender a simplificar. Tenemos que ser menos ambiciosos en el n¨²mero de objetivos y mucho m¨¢s a la hora de lograr alcanzarlos. Solo as¨ª conseguiremos las cinco prioridades que hemos se?alado en septiembre.