La indiscreci¨®n que dio al traste con la amistad entre Andy Warhol y el bar¨®n Thyssen-Bornemisza
Guillermo Solana, director art¨ªstico del museo madrile?o, repasa an¨¦cdotas de la colecci¨®n con motivo de su participaci¨®n en Apertura Madrid Gallery Weekend
Guillermo Solana es desde 2005 director art¨ªstico del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Por tanto, es una de las personas que mejor conocen los fondos del museo, uno de los m¨¢s populares de Espa?a (solo el a?o pasado recibi¨® m¨¢s de 900.000 visitantes) y depositario de una de las colecciones privadas de arte m¨¢s importante del mundo. En sus muros, de un inconfundible color salm¨®n, cuelgan pinturas de Caravaggio, Fra Angelico, Lucien Freud o Roy Lichtenstein adquiridas por la familia Thyssen a lo largo de un siglo. La historia de la formaci¨®n de esta colecci¨®n ser¨¢ el tema de la charla que Solana ofrecer¨¢ este domingo 15 de septiembre a las 12 de la ma?ana en el Museo Thyssen, y que clausurar¨¢ la programaci¨®n de Apertura Madrid Gallery Weekend, el evento que marca el comienzo de la temporada expositiva en las galer¨ªas madrile?as.
¡°Cuando llegu¨¦ al Thyssen estaba un poco obsesionado por la naturaleza p¨²blica del museo, por comunicarla y lograr que la gente la conociera, as¨ª que no dediqu¨¦ mucho tiempo a investigar la actividad coleccionista de los Thyssen¡±, explica. ¡°Sin embargo, en los ¨²ltimos tiempos este tema me interesa cada vez m¨¢s, especialmente porque en el museo hemos heredado una tradici¨®n oral con muchas an¨¦cdotas sobre la colecci¨®n de la familia¡±. Estas an¨¦cdotas, cuenta, dan para mucho, porque la familia Thyssen viene coleccionando arte desde tres generaciones. ¡°El primero fue August, el patriarca, el genio de las finanzas, que se enamor¨® de la obra de Auguste Rodin hacia 1900 y encarg¨® una serie de esculturas¡±, relata.
"Con lo raro y lo complicado que era Warhol hay que imaginarse que aquel encuentro no fue f¨¢cil. En un momento determinado Warhol estaba manipulando debajo de la mesa algo"
Hoy, cuatro de esas esculturas dan la bienvenida al visitante del museo madrile?o, el grueso de cuya colecci¨®n procede, sin embargo, del hijo y del nieto de August Thyssen. ¡°Su hijo Heinrich, el primer bar¨®n, se centr¨® en la pintura antigua, del renacimiento al siglo XVIII, y quiso crear en Villa Favorita, en Lugano, un museo con obras de todas las ¨¦pocas, como las que hab¨ªa visto en los museos alemanes¡±, explica Solana.
El hijo de Heinrich, Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza (1921-2002), conocido como Heini, y casado en quintas nupcias con Carmen Cervera, actual baronesa Thyssen-Bornemisza y principal impulsora de la sede madrile?a de la colecci¨®n, tom¨® el relevo a su padre dando el salto al arte moderno. ¡°?ltimamente he descubierto cosas muy interesantes sobre el coleccionismo de Heini, un hombre extraordinariamente avanzado para la educaci¨®n que hab¨ªa tenido¡±, afirma. ¡°A partir de 1961, seguramente influido por su tercera esposa, Fiona Campbell-Walter, que era muy moderna, y por algunos amigos como Niarchos y Rockefeller, se puso a comprar arte moderno. Por ejemplo, compr¨® un pollock en 1963, que era algo tremendamente avanzado¡±.
Afirma Solana que una de las grandes pasiones del bar¨®n fue el arte pop. La colecci¨®n madrile?a contiene obras de t¨®tems como Rauschenberg, Lichtenstein, Rosenquist o Wesselmann. Sin embargo, falta el m¨¢s importante de todos ellos: Andy Warhol. ¡°Siempre me hab¨ªa sorprendido que no hubiera ninguna obra de Warhol en la colecci¨®n de Heini, y hace relativamente poco descubr¨ª la raz¨®n de ello¡±.
Solana relata una an¨¦cdota le¨ªda en las memorias de Simon de Pury, su antecesor como conservador jefe de la colecci¨®n familiar en la ¨¦poca en que ten¨ªa su sede en Villa Favorita, un fastuoso palacio a orillas del lago Lugano (Suiza) del que la familia se desprendi¨® en 2015. ¡°Simon de Pury cuenta que la cuarta mujer del bar¨®n, Denise Shorto, una heredera brasile?a muy guapa, socialite, ten¨ªa un hermano que frecuentaba el c¨ªrculo de Warhol. Era un hombre muy social, probablemente cocain¨®mano [Nota: Simon de Pury lo corrobora en El subastador: aventuras en el mercado del arte al describirlo como ¡°un hombre con un ojo maravilloso, pero una nariz terrible debido a su desafortunado abuso de la coca¨ªna¡±], y estaba empe?ado en que Warhol hiciera los retratos de su hermana y del bar¨®n. Consigui¨® que su hermana posara, pero para conseguir que el bar¨®n hiciera lo propio se llev¨® a Warhol a Villa Favorita. Organizaron una cena. Con lo raro y lo complicado que era Warhol hay que imaginarse que aquel encuentro no fue f¨¢cil. En un momento determinado Warhol estaba manipulando debajo de la mesa algo, y Heini le pregunt¨® que qu¨¦ ten¨ªa ah¨ª debajo. Warhol, c¨¢ndidamente, sac¨® su grabadora y se la ense?¨®. Warhol llevaba siempre encima su grabadora, la llamaba My wife Sony, porque documentaba todos los eventos sociales, y probablemente crey¨® que grabar su cena con el bar¨®n le iba a salir gratis. Pero Heini se enfad¨® tanto que Warhol no volvi¨® a Villa Favorita. Y por eso hoy tenemos ese hueco en la colecci¨®n¡±. Tremendamente molesto, el bar¨®n no quiso abrir su museo a las obras de Warhol.
Un hueco, en cualquier caso, suplido de sobra con la presencia de otros artistas a los que el bar¨®n s¨ª frecuent¨® asiduamente. ¡°Por ejemplo, Francis Bacon y Lucian Freud eran pintores importantes en la ¨¦poca en que el bar¨®n empez¨® a adquirir obra suya, pero estableci¨® una relaci¨®n de amistad que no esperar¨ªas de una figura como ¨¦l. Se iba a Londres, beb¨ªa con ellos, charlaba con ellos y siempre estaba muy implicado con ellos¡±, recuerda.
En una ¨¦poca en que el mercado del arte se parece cada vez m¨¢s al burs¨¢til, Solana reivindica las ¡°corazonadas¡± por las que el bar¨®n Thyssen se guiaba como coleccionista. ¡°Los visitantes americanos siempre se sorprenden de que le diera por coleccionar pintura estadounidense, toda una excentricidad en un coleccionista europeo¡±, explica. ¡°?l era muy de estas corazonadas¡±, a?ade. ¡°Se apasionaba con una obra, y no siempre consegu¨ªa su objetivo. En 1961 intent¨® conseguir un gran cuadro de Rembrandt, Arist¨®teles contemplando el busto de Homero, y pele¨® por ¨¦l en una subasta. Pero el precio subi¨® demasiado y finalmente se lo llev¨® el Metropolitan de Nueva York, donde hoy se puede ver. Heini siempre dec¨ªa que no haberlo conseguido era una de sus grandes frustraciones¡±.
Hoy el coleccionismo de la familia Thyssen se ha bifurcado. Por un lado, Carmen Thyssen-Bornemisza se ha centrado en la pintura espa?ola de los siglos XIX y XX. Y la hija del bar¨®n, Francesca Thyssen, se ha lanzado al arte contempor¨¢neo a trav¨¦s de una fundaci¨®n, TBA21, que a partir del a?o pr¨®ximo comenzar¨¢ a colaborar con el museo madrile?o mediante dos exposiciones anuales. Las estrategias imaginativas se imponen en un mercado del arte que no se parece a aquel en el que el bar¨®n Thyssen desarroll¨® la mayor parte de su colecci¨®n.
Precisamente en esa din¨¢mica actual profundiza la programaci¨®n de Apertura Madrid Gallery Weekend, el evento en el que Solana colabora y que aspira a acercar el circuito galer¨ªstico capitalino al p¨²blico m¨¢s general. ¡°Echo much¨ªsimo de menos algunas de las grandes galer¨ªas que ya han desaparecido, que son las de mi juventud, las que visit¨¦ en los ochenta y los noventa¡±, explica Solana a prop¨®sito de este tema. ¡°Nos quedan Elvira Gonz¨¢lez y Helga de Alvear. Fern¨¢ndez Braso ha recogido mucho de lo mejor de esa ¨¦poca. Y luego hay una generaci¨®n de galeristas, por ejemplo los de Doctor Fourquet, que se mueven con medios y espacios muy inferiores a las de las grandes galer¨ªas de aquella ¨¦poca, pero que tienen un m¨¦rito, una inteligencia y un esp¨ªritu admirable¡±.
Dado que su charla est¨¢ enmarcada en el coleccionismo de los Thyssen, le pedimos un consejo para los nuevos coleccionistas que, por ejemplo, vayan a estrenarse comprando alguna obra esta temporada. ¡°La pasi¨®n es la primera lecci¨®n que se puede extraer del coleccionismo de los Thyssen¡±, responde. Tambi¨¦n la continuidad del esfuerzo. A veces el coleccionismo es un impulso de un momento, pero la continuidad lo es todo. Hay que coleccionar pensando siempre en mantener un tama?o sostenible. Coleccionar de forma progresiva, sin compras locas. Esto es incluso aplicable a las agencias p¨²blicas. ?Por qu¨¦ gastar mucho dinero cuando hay presupuesto en lugar de aprovecharlo para crear, por ejemplo, una colecci¨®n de fotograf¨ªa que pueda crecer a lo largo del tiempo?¡±.
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