?Por qu¨¦ sufrimos cada vez m¨¢s extremos clim¨¢ticos?
Los fen¨®menos meteorol¨®gicos abruptos se repiten cada poco y se extienden a grandes ¨¢reas geogr¨¢ficas
![Calle inundada en Almorad¨ª (Alicante) este viernes.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AO6UWR2YTATN4D3OME665L6WHE.jpg?auth=a6d4ab6450a59b48127498ebd81076f8769f63dd2103767a0b6a3fec9a52db57&width=414)
En Espa?a hemos pasado unos seis meses sin lluvias y, de repente, en el plazo de dos semanas, hemos tenido inundaciones superiores a lo que marcan los registros meteorol¨®gicos. El problema no es la intensidad. En las efem¨¦rides de los ¨²ltimos siglos podemos encontrar fen¨®menos intensos de vez en cuando, pero generalmente aislados en el tiempo y en el espacio.
Hoy los fen¨®menos extremos se repiten cada poco y se extienden a grandes ¨¢reas geogr¨¢ficas. No solo en Espa?a, evidentemente, sino por todo el globo. Por ejemplo, los incendios en California. Con respecto a las inundaciones recientes en Espa?a, la causa es clara. Un exceso de vapor de agua embalsado entre las cadenas costeras de la cordillera del Atlas en ?frica y las sierras espa?olas, e invasiones bruscas de aire fr¨ªo.
Sobre el planeta circula constantemente una corriente intensa de aire, a unos 10 km de altura, producida por la diferencia de temperaturas entre el ecuador y Polo. Esta empuja al aire de sur a norte y la aceleraci¨®n de Coriolis lo desv¨ªa hacia el este.
El m¨¢ximo de intensidad de este chorro de aire, el chorro polar, se sit¨²a sobre el punto de m¨¢ximo gradiente de temperatura. En invierno, con el polo muy fr¨ªo, sol¨ªa estar sobre Marruecos. En verano, sobre el Cant¨¢brico.
Hoy, el cambio clim¨¢tico causado por el ser humano, el m¨¢s r¨¢pido desde que existe la Tierra, ha calentado el Polo Norte. El m¨¢ximo gradiente se ha desplazado hacia el norte, y en verano se encuentra sobre la latitud de York, en Inglaterra.
El chorro de aire fr¨ªo no circula mucho sobre Espa?a de mayo a noviembre, y de ah¨ª las sequ¨ªas. Al disminuir la diferencia de temperaturas entre ecuador y el Polo Norte, el r¨ªo de aire, como un r¨ªo de agua que llega a la llanura, empieza a hacer grandes meandros. Cuando uno de estos se sit¨²a sobre Espa?a, inyecta aire muy fr¨ªo en altura y, en ese momento, se empiezan a producir los v¨®rtices que dejan lluvias intensas.
El aire fr¨ªo en altura succiona el aire caliente cargado de vapor de agua. De nuevo la aceleraci¨®n de Coriolis hace que el aire, al subir, forme un v¨®rtice, un torbellino que se autoalimenta mientras haya agua caliente abajo y aire fr¨ªo arriba: un minihurac¨¢n.
Tuvimos uno de estos meandros del chorro polar hace 15 d¨ªas. Fue entonces cuando en Arganda del Rey, en Madrid, se acumul¨® un metro vertical de granizo. Tenemos otro meandro intenso desde el 11 de septiembre. Este ha producido inundaciones en Murcia (donde el Segura est¨¢ canalizado y suele ir vac¨ªo) como no las ha habido desde el siglo XIX (cuando el r¨ªo no iba entre murallas).
Seguimos quemando carbono a manos llenas. La energ¨ªa solar no despega. La predicci¨®n m¨¢s f¨¢cil y segura es que cada a?o que pase tendremos fen¨®menos cada vez m¨¢s extremos.
Este art¨ªculo es una publicaci¨®n original de The Conversation.?Antonio Ruiz de Elvira Serra es catedr¨¢tico de F¨ªsica Aplicada en la Universidad de Alcal¨¢.
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