Una elecci¨®n sin opciones
Acompa?amos a la siria Amina y su familia a un proceso de selecci¨®n de refugiados sirios que ser¨¢n reasentados en Espa?a
Amina eleva la cabeza y dirige hacia m¨ª unos ojos que ya solo ven sombras. Enmarcada en un hiyab negro, la ausencia total de pigmentaci¨®n de su piel le da un toque de fragilidad. Lleva un traje color berenjena con una chaqueta adornada por numerosas cremalleras y botones plateados. La falda, hasta el suelo, deja entrever unas zapatillas de deporte negras con franjas blancas. ¡°Quiero ir a Canad¨¢¡±, repite con determinaci¨®n. La int¨¦rprete me traduce sus palabras del ¨¢rabe. Su hermana gemela, albina tambi¨¦n, ya est¨¢ all¨ª con su madre. Para ellas, la guerra de Siria ha quedado atr¨¢s.
En Turqu¨ªa, donde Amina ha pasado los ¨²ltimos tres a?os, nada es permanente. La estancia de refugiados sirios es tolerada, pero las perspectivas de futuro son nulas. Youssef, su marido, trabaja en la construcci¨®n durante 15 horas al d¨ªa, seis d¨ªas a la semana. No tiene permiso de trabajo. Viven en una casa peque?a llena de humedades con sus dos hijos peque?os que no han sido aceptados en ning¨²n colegio.
El ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, ha propuesto el traslado de Amina y su familia a Espa?a en el marco de los compromisos de reasentamiento que el pa¨ªs ha adquirido. El reasentamiento es una de las soluciones duraderas que contempla ACNUR, y consiste en trasladar a las personas refugiadas que no pueden retornar a su pa¨ªs de origen, desde el pa¨ªs donde inicialmente buscaron protecci¨®n temporal a otro que haya acordado admitirles y concederles una residencia permanente.
A pesar de la existencia de esta opci¨®n, el impacto del reasentamiento en el mundo es limitado. En 2015, los pa¨ªses europeos se comprometieron a reasentar a m¨¢s de 22.000 personas en dos a?os. Al finalizar el plazo, solo se hab¨ªa trasladado a 16.627 personas (el 74%). Espa?a, por su parte, solo reasent¨® al 44% de las personas refugiadas previstas. Adem¨¢s, ACNUR afirma que, en 2018, solo el 5% de los 1,2 millones de refugiados que necesitaban ser traslados en todo el mundo fueron llevados al reducido n¨²mero de pa¨ªses que ofrecen esta posibilidad.
Hoy es el d¨ªa esperado para Amina. La familia se ha levantado temprano para acudir a la cita con los funcionarios espa?oles que participan en la misi¨®n de selecci¨®n. En ella se identificar¨¢ a los pr¨®ximos refugiados que ser¨¢n reasentados en Espa?a. En los grandes vest¨ªbulos de un hotel de cinco estrellas de Ankara, transitados por hu¨¦spedes internacionales, llaman la atenci¨®n los atuendos oscuros, las mujeres cubiertas por el pa?uelo isl¨¢mico, las voces apagadas de los ni?os y ni?as.
Amina lleva en pie desde las seis de la ma?ana. Forma parte de un grupo de m¨¢s de 40 personas sirias citadas para ese d¨ªa. Se les ha convocado para explicarles el procedimiento de asilo y mostrarles un v¨ªdeo en el que se ven playas de arena fina, castillos monumentales, verdes praderas y otras familias sirias sonrientes que, como ellos, han huido de la guerra y ya se han establecido en Espa?a. El video, sin embargo, est¨¢ lejos de responder a sus dudas: ¡°?Podr¨¦ conseguir un trabajo? ?Tendr¨¦ acceso a la sanidad? Tengo un hermano en Barcelona, ?podr¨¦ vivir cerca de ¨¦l??Hay mezquitas?¡±
En el fondo, se percibe el miedo a establecerse en un pa¨ªs muy diferente, a no ser capaces de aprender el idioma, a vivir lejos de la familia. En un lugar donde no saben si podr¨¢n encontrar la manera de integrarse, y, a la par, de mantener sus valores. Pero hay ni?os, muchos ni?os. Y algunos tienen problemas graves de salud y discapacidades. Por eso est¨¢n all¨ª; por eso no hay elecci¨®n.
Entre lujosos muebles de caoba, las familias tienen que superar dos entrevistas: en la primera, se determinar¨¢ si Espa?a las reconoce como personas necesitadas de protecci¨®n internacional; en la segunda, se les informar¨¢ del programa de acogida, de sus derechos y obligaciones, y se valorar¨¢n sus posibilidades de adaptaci¨®n. Tambi¨¦n est¨¢ la polic¨ªa recogiendo huellas, haciendo fotos, revisando posibles conexiones yihadistas. Todo se mira con lupa: nada se deja al azar.
Se percibe el miedo a establecerse en un pa¨ªs muy diferente, a no ser capaces de aprender el idioma, a vivir lejos de la familia
Los hijos de Amina duermen reclinados sobre las sillas. Una gran mesa escritorio marca el l¨ªmite entre nuestros dos mundos. Cuando todo el procedimiento acabe, habr¨¢n tenido que revivir la pesadilla con todo detalle: ¡°?d¨®nde viv¨ªas?, ?por qu¨¦ huiste de tu casa?, ?c¨®mo cruzaste la frontera?¡±. Deber¨¢n recordar la muerte de sus familiares, la continua huida de una ciudad a otra en Siria, y por fin, la ineludible salida del pa¨ªs. Tras varios a?os asentados en la incertidumbre, la alternativa es, de nuevo, un dilema.
Youssef habla, impotente. ¡°A mi familia la han enviado a China¡±. Se refiere a sus hermanos y sus padres, con quienes la pareja viv¨ªa en Aleppo. No tengo respuesta a su desconcierto. Si quieren intentar reunirse con sus familiares deber¨¢n volver a hablar con ACNUR. ¡°Ya lo hemos hecho. Si no vamos a Espa?a, cerrar¨¢n nuestro expediente¡±. Saben lo que eso significa. Dejar en herencia a sus hijos su propia falta de expectativas, seguir sobreviviendo, enterrar definitivamente los sue?os que alguna vez tuvieron, permanecer en el desarraigo. Las manos de Amina se retuercen. Seg¨²n pasan los minutos, su rostro cambia. Ha tomado una decisi¨®n. Me vuelve a mirar, decidida. S¨¦ que vendr¨¢n.
Youssef sale un momento de la habitaci¨®n. En cuanto queda fuera del alcance de su vista, unas l¨¢grimas caen de los ojos de Amina. Mira hacia el suelo y me confiesa que no puede hacer las tareas de la casa. Tampoco se puede ocupar de sus hijos. La guerra trunc¨®, entre otras cosas, sus posibilidades de curaci¨®n. Necesita la ayuda de su marido para todo, pero se siente cohibida en su presencia, una carga m¨¢s en su vida. La escucho en silencio. ¡°?Podremos por lo menos volver a Siria en un futuro?¡± Amina me mira, jugando su ¨²ltima baza.
Bego?a Santos Olmeda es Consultora e investigadora en migraciones, asilo y desarrollo.
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