Miedo entre los refugiados sirios por la oleada de detenciones y deportaciones del Gobierno turco
La nueva pol¨ªtica de Ankara se debe al creciente sentimiento antisirio en Turqu¨ªa, al que los islamistas achacan la p¨¦rdida de importantes alcald¨ªas en las ¨²ltimas elecciones municipales
Miles de refugiados sirios han sido detenidos en Estambul por la polic¨ªa turca durante las ¨²ltimas semanas y cientos de ellos han sido deportados de vuelta a su pa¨ªs en una medida sin precedentes desde que el Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan declarase su pol¨ªtica de puertas abiertas a quienes escapaban de la guerra de Siria. Seg¨²n la delegaci¨®n provincial del Gobierno, entre el 12 y el 31 de julio, 15.104 extranjeros sin papeles (ente ellos 2.630 sirios) fueron expulsados de Estambul y enviados a centros de internamiento como paso previo a la deportaci¨®n, aunque otras fuentes elevan estas cifras. La misma instituci¨®n, adem¨¢s, ha dado de plazo hasta el 20 de agosto para que todos los refugiados sirios no inscritos en Estambul, abandonen la ciudad.
Cuando, el pasado 22 de julio, Afif regres¨® a casa al culminar su jornada de trabajo ¡ª12 horas en un restaurante de comida r¨¢pida siria¡ª, dos compa?eros lo recibieron at¨®nitos: ¡°?Qu¨¦ haces aqu¨ª? ?Han detenido a todos!¡±. Esa ma?ana, mientras se encontraba fuera, media docena de agentes de polic¨ªa se presentaron en el edificio y arrestaron a 14 de sus ocupantes, entre ellos los tres hermanos de Afif. Dos de ellos hab¨ªan salido el mes anterior de Siria de manera irregular para unirse a sus otros dos hermanos en Estambul, donde resid¨ªan desde un a?o antes. Todos proced¨ªan de la provincia de Idlib, objeto de constantes bombardeos del r¨¦gimen sirio, y ninguno ten¨ªa la tarjeta de residencia turca, pues no hab¨ªan podido completar los tr¨¢mites.
¡°Desde 2016, se ha puesto muy dif¨ªcil registrarse en Estambul. Incluso ponen problemas para renovar el permiso. Tambi¨¦n ocurre en otras ciudades, como Gaziantep o Sanliurfa, adonde van los sirios porque hay otros compatriotas y les es m¨¢s f¨¢cil encontrar trabajo¡±, explica a EL PA?S un periodista sirio que pide el anonimato. ¡°Las autoridades dicen que ya s¨®lo te puedes registrar en otras provincias del este o de la costa del mar Negro. Muchos lo han hecho as¨ª y luego se van a Estambul a buscarse la vida. Otros muchos, se quedan en Estambul sin papeles¡±, a?ade.
De acuerdo con los datos oficiales, cerca de 540.000 refugiados sirios est¨¢n registrados en Estambul, aunque la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones estima que hasta 900.000 de los 3,6 millones de refugiados sirios en Turqu¨ªa habitan en la megal¨®polis del B¨®sforo.
¡°Estambul ha alcanzado el l¨ªmite de su capacidad, hay que reducir la presi¨®n¡±, afirma Ramazan Se?ilmis, jefe del departamento de Lucha contra la Inmigraci¨®n Ilegal del Ministerio de Interior, en un encuentro con la prensa extranjera. As¨ª que, desde mediados de julio, la polic¨ªa ha incrementado los controles y las redadas en los barrios estambul¨ªes donde m¨¢s sirios habitan. En la ma?ana del pasado jueves, por ejemplo, un coche patrulla pas¨® por delante del restaurante Al Rayan, un peque?o puesto de d?ner y falafel en el c¨¦ntrico distrito de Beyoglu: al ver que varios clientes hablaban en ¨¢rabe, los agentes les pidieron la documentaci¨®n y se llevaron a uno que no la ten¨ªa en regla, seg¨²n explic¨® un testigo a este periodista.
Las deportaciones amenazan el acuerdo UE-Turqu¨ªa
El portavoz de Ayuda Humanitaria de la Comisi¨®n Europea, Carlos Mart¨ªn Ruiz de Gordejuela, record¨® a Turqu¨ªa que "los refugiados y demandantes de asilo no deben y no pueden ser forzados a volver a ninguna parte de Siria mientras no se den las condiciones para los retornos y voluntarios". El portavoz subray¨® que tanto la legislaci¨®n turca como el acuerdo antimigratorio firmado por Ankara y Bruselas en 2016 recogen el?non refoulement (no devoluci¨®n), un principio de la legislaci¨®n internacional que proh¨ªbe devolver a los solicitantes de asilo a un pa¨ªs donde puedan sufrir peligro o ser perseguidos. Tambi¨¦n asegur¨® que las autoridades europeas conf¨ªan en que Turqu¨ªa "verificar¨¢" estas denuncias de devoluciones forzosas y tomar¨¢ medidas para prevenirlas.
A Bruselas no le queda otro remedio que confiar en la palabra de Ankara, pues la arquitectura del acuerdo de 2016 se sustenta en el concepto de que Turqu¨ªa es un "tercer pa¨ªs seguro". Ya esta consideraci¨®n fue criticada por diferentes oeneg¨¦s y juristas dado que Ankara no reconoce en su totalidad la Convenci¨®n de Ginebra sobre los Refugiados: s¨®lo concede dicho estatus a los procedentes del continente europeo y a los sirios les aplica una legislaci¨®n creada ad hoc que les otorga "protecci¨®n temporal". Pero, de confirmarse la deportaci¨®n sistem¨¢tica de sirios, no habr¨ªa manera alguna de justificar a Turqu¨ªa como tercer pa¨ªs seguro: el principio de non refoulement deber¨ªa aplicarse de forma inmediata y ning¨²n pa¨ªs europeo podr¨ªa devolver a solicitantes de asilo a ese pa¨ªs.
El acuerdo antimigratorio ha cumplido el objetivo principal: reducir el n¨²mero de llegadas a trav¨¦s de la ruta Turqu¨ªa-Grecia (se ha pasado de 860.000 en 2015 a 50.000 en 2018) y, como contrapartida, la UE ha presupuestado 6.000 millones de euros en ayudas para la integraci¨®n de los sirios en Turqu¨ªa, de los que se han desembolsado unos 2.400. En cambio, la otra pata del acuerdo, la de devolver a Turqu¨ªa a los migrantes llegados de forma irregular a Grecia y, en su lugar, recibir refugiados sirios por v¨ªas legales, no va como se esperaba. En tres a?os, s¨®lo 20.000 refugiados han sido reasentados de Turqu¨ªa a pa¨ªses europeos (se hab¨ªa prometido reasentar a 72.000) y Grecia s¨®lo ha podido devolver a 1.500 migrantes y solicitantes de asilo a Turqu¨ªa. Un alto funcionario del Ministerio de Interior turco explic¨® adem¨¢s que su Gobierno "ha dejado de aplicar" los acuerdos de readmisi¨®n de migrantes desde Grecia "hasta que la UE apruebe la liberalizaci¨®n de visados para ciudadanos turcos". Esta era otra de las promesas hechas por Bruselas a cambio del acuerdo antimigratorio, pero jam¨¢s se ha cumplido, entre otras cosas, porque Ankara se ha negado a llevar a cabo una serie de reformas que le exig¨ªa la UE.
Aquellos que est¨¢n inscritos en otras provincias son enviados a ellas en autobuses, sin posibilidad de empacar sus pertenencias en Estambul. Los que no tienen papeles, son enviados a ¡°centros de internamiento temporales¡± a fin de ¡°registrarlos¡± y enviarlos a otra provincia, explica Se?ilmis.
Eso es lo que los agentes dijeron que le ocurrir¨ªa a Hamad, uno de los hermanos de Afif detenido el 22 de julio. Por eso, en principio, no se preocup¨®. ¡°La polic¨ªa no nos peg¨®, s¨®lo a uno que protest¨® por la detenci¨®n¡±, asegura por tel¨¦fono. Sin embargo, unos d¨ªas despu¨¦s vio conmocionado c¨®mo lo conduc¨ªan a la frontera y lo dejaban en manos de milicianos de Hayat Tahrir al Sham (yihadistas que incluyen a los de la antigua Al Qaeda en Siria y que controlan la provincia rebelde de Idlib). Estos le devolvieron todos los objetos personales que la polic¨ªa turca le hab¨ªa requisado ¡ªtel¨¦fono m¨®vil, documentos, cordones de los zapatos¡ª y le permitieron regresar a su hogar en Yisr al Shugur, desde donde relata su experiencia. Mediada la conversaci¨®n se detiene: ¡°Un avi¨®n del r¨¦gimen est¨¢ sobrevolando. Hace treinta minutos han bombardeado y hay un incendio aqu¨ª cerca¡±, relata con estoicismo aprendido tras m¨¢s de ocho a?os de guerra.
Otro caso es el de Firas, cuya historia relat¨® este peri¨®dico el pasado marzo. Dos meses antes, este sirio menor de edad y no acompa?ado ¡ªlo que obliga a los Estados a otorgarle una protecci¨®n especial¡ª fue detenido en Grecia por la polic¨ªa, despojado de sus documentos y devuelto a Turqu¨ªa ilegalmente. Malvivi¨® durante meses en Estambul, asustado y sin papeles, hasta que ocurri¨® lo que se tem¨ªa: en mayo, la polic¨ªa turca lo detuvo en un control rutinario y lo deport¨® del pa¨ªs. Firas aleg¨® que era iraqu¨ª, puesto que, al ser de etnia kurda, tem¨ªa que Turqu¨ªa lo enviase a la zona de Siria bajo control de grupos fundamentalistas isl¨¢micos. Ahora vive en Zajo, en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª, donde al menos ha podido reunirse con su familia.
El ministro de Interior de Turqu¨ªa, S¨¹leyman Soylu, niega que haya habido deportaciones: ¡°Nunca hemos deportado y no podemos deportar a sirios que tienen estatus de protecci¨®n temporal¡±. El responsable de combatir la inmigraci¨®n ilegal coincide. Para ¨¦l, lo que les ha ocurrido a Hamad y a Firas no ha pasado ni pasar¨¢. ¡°S¨®lo se devuelve a sirios a trav¨¦s de las puertas fronterizas de Kilis y Gaziantep [que dan paso a territorio sirio controlado por el Ej¨¦rcito turco]. Todos los que regresan a Siria lo hacen de forma voluntaria¡±. A Hamad, antes de ponerlo en la frontera le obligaron a firmar un documento en turco, idioma que no entiende. Como ha ocurrido a muchos otros, seg¨²n denuncia la prensa local: a aquellos que se niegan a firmar su deportaci¨®n ¡°voluntaria¡± se les deja encerrados en centros de internamiento hasta que cambien de opini¨®n.
¡°Hace meses que se registraban deportaciones en caliente en otras provincias, pero lo que est¨¢ ocurriendo en Estambul supone una escalada importante. Tengo varios amigos que llevan diez d¨ªas encerrados en casa temerosos de salir a la calle y que les detengan¡±, explica el periodista sirio. Las cifras bailan, pero la prensa turca habla de 5.000 sirios detenidos en Estambul de los que un millar habr¨ªan sido deportados. Y un empleado del puesto fronterizo de Bab al-Hawa (el mismo utilizado por Hamad), asegur¨® a la agencia Reuters que, durante todo julio, 4.500 sirios regresaron a su pa¨ªs por ese punto, si bien no hay estad¨ªsticas sobre cu¨¢ntos lo hicieron obligados y cu¨¢ntos dentro del programa de retorno voluntario por el que, en los ¨²ltimos a?os, 337.729 refugiados han vuelto a Siria. ¡°Turqu¨ªa asegura que ayuda a los sirios a retornar a su pa¨ªs, pero amenazar con encerrarlos hasta que aceptan regresar, o forzarlos a firmar formularios y abandonarlos en una zona de guerra no es ni voluntario ni legal¡±, denunci¨® Gerry Simpsons, de Human Rights Watch, en un comunicado.
Este cambio de pol¨ªtica, est¨¢ relacionado con la p¨¦rdida de apoyo sufrida por el Gobierno. Erdogan y su partido ven la raz¨®n de sus malos resultados en las ¨²ltimas elecciones municipales en el creciente rechazo turco a los sirios, h¨¢bilmente explotado por los partidos de oposici¨®n. De hecho, en los ¨²ltimos meses, se han registrado dos grandes ataques a negocios sirios en Estambul perpetrados por turbamultas enardecidas, en muchos casos debido a rumores falsos sobre que un sirio hab¨ªa acosado o pegado a una joven del barrio.
A medida que la situaci¨®n econ¨®mica ha empeorado, la sociedad turca se queja m¨¢s sobre sus vecinos sirios: una encuesta de la empresa demosc¨®pica Konda revela que si en 2016 el 57% de los turcos ve¨ªa bien compartir barrio con los refugiados, esa cifra es actualmente del 31%. As¨ª que el Gobierno, adem¨¢s de las redadas policiales, ha decretado que, a partir de ahora, los negocios sirios deber¨¢n estar rotulados en turco y deber¨¢n retirar sus carteles en ¨¢rabe. ¡°El partido del Gobierno ha sufrido p¨¦rdidas en las ¨²ltimas elecciones y lo achaca al tema de los refugiados¡±, explica a EL PA?S Ramazan Beyhan, presidente de la asociaci¨®n islamista de derechos humanos Mazlumder: ¡°Pero nosotros creemos que es injusto culparles a ellos y le decimos al Gobierno que no caiga en las mismas postulados racistas que la oposici¨®n¡±.
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