El s¨ªndrome de los adultos obsesionados con los adolescentes
Series como '?lite' o 'Euphoria' no solo glorifican y fascinan a los j¨®venes: tambi¨¦n tienen a los mayores de cuarenta deslumbrados ante ellos
Durante siglos los adolescentes estuvieron obsesionados con ser adultos, pero en este siglo la obsesi¨®n se ha invertido: los espectadores cuarentones se obsesionan con ?lite, las columnas de opini¨®n m¨¢s prestigiosas diseccionan Euphoria y las noticias m¨¢s le¨ªdas van sobre ese movimiento cultural infinito que los mayores se empe?an en simplificar con una palabra (youtubers).
Los adolescentes, por definici¨®n, siempre se han cre¨ªdo el centro del universo, pero es que ahora lo son: el cine, la m¨²sica y la literatura buscan llamar su atenci¨®n; lideran marchas pol¨ªticas, dan la vuelta al mundo en nombre de la ecolog¨ªa y la tecnolog¨ªa est¨¢ a su servicio. La actriz Frances McDormand lamenta que ya no se idolatre la experiencia: los adultos de hoy hacen todo lo posible por hablar, vestirse, peinarse y relacionarse como adolescentes.
Los chicos de '?lite' beben, practican sexo y fuman para sentirlo todo, los de 'Euphoria' beben, se miran al espejo y vapean para no sentir nada, pero ya es m¨¢s de lo que jam¨¢s hicieron los pijos de 'Sensaci¨®n de vivir'
Nada de eso parece importarle a la chavalada de ?lite o de Euphoria, dos hip¨¦rboles que comprenden que la adolescencia no es una cuesti¨®n de personalidad (eso est¨¢ en construcci¨®n) sino un estado de ¨¢nimo. Los chicos de ?lite beben, practican sexo y fuman para sentirlo todo, los de Euphoria beben, se miran al espejo y vapean para no sentir nada, pero ya es m¨¢s de lo que jam¨¢s hicieron los pijos mojigatos de Sensaci¨®n de vivir. Ellos tambi¨¦n han vuelto, interpret¨¢ndose a s¨ª mismos en una metaficci¨®n, casi 30 a?os despu¨¦s de neutralizar con su fantas¨ªa capitalista aspiracional las inquietudes antisistema del grunge.
Kurt Cobain gru?¨® sobre el olor del esp¨ªritu adolescente en Smells like teen spirit, pero ha acabado siendo Tori Spelling la que mejor ha comprendido esa peste en el primer episodio de la nueva Sensaci¨®n de vivir: tras robar de una vitrina el ic¨®nico vestido rojo en el que Donna Martin, su personaje en la serie, fue al baile de promoci¨®n, Tori se da cuenta de que para solucionar sus desastradas vidas personales todos los actores deben volver a Beverly Hills 90210 para una secuela. Porque nunca fueron tan relevantes como entonces y resulta que la relevancia es lo ¨²nico que les ha hecho felices de verdad.
Quiz¨¢ no es que hoy los adultos sintamos nostalgia de la edad del pavo, quiz¨¢ es que nunca hemos salido de ella.
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