Rambo ha vuelto
Como si la humanidad no tuviese bastantes problemas, regresa el boina verde interpretado por Sylvester Stallone
Como si la humanidad no tuviese bastantes problemas, Rambo ha vuelto. Y encima por partida doble. La crisis clim¨¢tica se est¨¢ acelerando a una velocidad que ni siquiera los cient¨ªficos m¨¢s pesimistas preve¨ªan, mientras Gobiernos y empresas arrastran los pies para reducir las emisiones de carbono; la tensi¨®n en Oriente Pr¨®ximo est¨¢ disparada y en cualquier momento una chispa puede prender un conflicto entre Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n; Estados Unidos tiene un presidente que se comporta a veces como un ni?o mimado, otras como un agente de Mosc¨²; los m¨®viles se han convertido en armas de espionaje masivo; las especies desaparecen a mansalva... Y, en medio de todo esto, el antiguo boina verde John Rambo, interpretado por Sylvester Stallone, regresa con el reestreno de su primera pel¨ªcula, Acorralado (First Blood se titulaba en ingl¨¦s), como previo al estreno de la quinta parte de la saga, Rambo: Last Blood, que llega a las pantallas espa?olas el viernes.
El primer t¨ªtulo de la serie relataba la historia de un veterano de Vietnam que regresa a Estados Unidos y se enfrenta a una sociedad que le odia y le teme. Detenido y torturado por la polic¨ªa, acaba cabre¨¢ndose y derrotando ¨¦l solo a todo un ej¨¦rcito en las Monta?as Rocosas. De la denuncia se vir¨® al patrioterismo barato con Rambo o, peor todav¨ªa, Rambo III, en la que ayuda a los muyahidines afganos a luchar contra los sovi¨¦ticos ¡ªque parte de esos combatientes acabasen fundando Al Qaeda demuestra que la pol¨ªtica exterior estadounidense parece a veces inspirada por el inspector Clouseau¡ª.
El retorno de Rambo muestra una vez m¨¢s la falta de imaginaci¨®n que se ha apoderado de Hollywood, que repite la misma f¨®rmula hasta la saciedad, pero no deja de ser inquietante. Esta quinta parte ha sido acusada en diferentes cr¨ªticas de ser directamente racista con los mexicanos, convertidos en el enemigo del bien com¨²n que en otros momentos ocuparon los comunistas, una imagen que coincide con la que Trump quiere construir. La primera entrega reflejaba un Estado incapaz de gestionar su derrota en Vietnam, que convert¨ªa a los veteranos en marginados y los abandonaba a su suerte. Las dem¨¢s describen un pa¨ªs que prefiere inventarse su historia antes que digerirla y cimentar sus prejuicios antes que combatirlos. Y no es un fen¨®meno aislado.
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