Menos eructos de vacas para frenar el cambio clim¨¢tico
Los cient¨ªficos estudian c¨®mo aplicar la mejora gen¨¦tica para reducir las emisiones del ganado
El ganado de rumiantes (caprino, ovino y, sobre todo, vacuno) contribuye con sus emisiones al calentamiento global en torno a un 4%, similar al impacto mundial de la aviaci¨®n. El motivo es que los eructos de las vacas ¡ªno tanto sus ventosidades¡ª son una poderosa fuente de metano, un gas de efecto invernadero menos abundante que el di¨®xido de carbono pero mucho m¨¢s da?ino por su facilidad para atrapar el calor del planeta. Una vaca, a lo largo de un a?o, fomenta el cambio clim¨¢tico de la misma manera que un coche familiar, y todos estos c¨¢lculos no contemplan las emisiones derivadas de producir su alimento, que son a¨²n mayores.
Para mitigar la contribuci¨®n gaseosa directa del ganado a la crisis clim¨¢tica, cient¨ªficos del INIA (Instituto Nacional de Investigaci¨®n y Tecnolog¨ªa Agraria y Alimentaria) han decidido averiguar qu¨¦ variantes gen¨¦ticas de los animales se asocian con una mayor emisi¨®n de metano. Sus resultados se incorporar¨¢n en el programa nacional de mejora gen¨¦tica por cr¨ªa selectiva, para que los terneros del futuro gocen de una digesti¨®n m¨¢s sostenible. No se contempla modificar directamente el ADN de las vacas, ya que esta pr¨¢ctica est¨¢ prohibida actualmente en casi todos los animales destinados al consumo. A¨²n as¨ª, solo por selecci¨®n gen¨¦tica estiman que ser¨¢ posible reducir las emisiones de metano un 10% en diez a?os.
El proyecto de investigaci¨®n, bautizado Metalgen (metano, alimentaci¨®n y gen¨¦tica), cuenta con la participaci¨®n del Instituto Vasco de Investigaci¨®n y Desarrollo Agrario (Neiker-Tecnalia) y ganaderos de Conafe, la Confederaci¨®n de Asociaciones de Frisona Espa?ola. Su primer paso fue medir directamente las emisiones de metano de unas 1.400 vacas de la raza lechera Holstein en 14 granjas comerciales situadas en Pa¨ªs Vasco, Navarra, Cantabria y en la provincia de Gerona. ¡°Es la primera vez que se hace esto en Espa?a y nuestro estudio es uno de los m¨¢s grandes a nivel mundial¡±, se?ala ?scar Gonz¨¢lez-Recio, responsable del proyecto en el INIA.
Los investigadores tuvieron que automatizar las mediciones de metano y adem¨¢s saber a qu¨¦ vaca atribuir cada una, en granjas que pueden llegar a tener cientos de animales. Para afrontar este reto, seleccionaron solo explotaciones lecheras que cuentan con una m¨¢quina de orde?o, un aparato que estimula la lactancia cuando las vacas acuden voluntariamente para comer en su tolva integrada. Los cient¨ªficos acoplaron un tubo detector de gas en el instrumento, que ya est¨¢ programado para reconocer a cada animal: as¨ª lograron medir el metano exhalado por las reses durante el orde?o. Con el valor promedio de varios d¨ªas, se obtiene una estimaci¨®n fiable de las emisiones de cada vaca.
Microbios en el rumen
A esos mismos animales tambi¨¦n les insertaron una sonda por la boca para extraer una muestra de l¨ªquido ruminal. El objetivo de esta pr¨¢ctica es poder vincular no solo el genoma del b¨®vido con sus emisiones, sino tambi¨¦n el de los microbios que colonizan su tracto digestivo. Estos microorganismos ¡ªllamados conjuntamente la microbiota¡ª ayudan a digerir los copiosos vol¨²menes que debe comer un herb¨ªvoro cada d¨ªa, y son los que generan el metano expulsado como residuo de la fermentaci¨®n. Para compensar a los ganaderos que puedan ser reacios a esta intervenci¨®n en sus animales, se los ofrece el genotipado futuro de tantas vacas como participen en el proyecto (la informaci¨®n gen¨¦tica es ¨²til para la cr¨ªa selectiva).
¡°Es una compensaci¨®n simb¨®lica¡±, aclara Aser Garc¨ªa, ingeniero agr¨®nomo de Neiker-Tecnalia encargado de la metodolog¨ªa. En realidad, seg¨²n los investigadores, muchos ganaderos pueden estar motivados para participar por mejorar la eficiencia digestiva de sus animales. Se considera que el metano eructado representa energ¨ªa perdida en el proceso de alimentaci¨®n; reducirlo significar¨ªa aprovechar mejor el alimento para la producci¨®n de leche o para el crecimiento de la vaca. ¡°Hay ganaderos m¨¢s concienciados con el medioambiente, pero todos est¨¢n concienciados con el dinero que pueden dejar de ganar¡±, razona Gonz¨¢lez-Recio.
En la pr¨¢ctica, la relaci¨®n entre los eructos de los rumiantes y su eficiencia digestiva no est¨¢ probada. ¡°Nosotros no encontramos ninguna correlaci¨®n entre las emisiones de metano y la productividad, muy a nuestro pesar¡±, cuenta John Wallace, bi¨®logo de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), aludiendo a su colaboraci¨®n cient¨ªfica en el proyecto europeo Ruminomics, que analiz¨® las emisiones de metano y la productividad de 1.000 vacas en 2015.
Gonz¨¢lez-Recio y su equipo por ahora han encontrado que la gen¨¦tica explica entre un 8% y un 20% de las emisiones de metano, y que adem¨¢s hay una predisposici¨®n gen¨¦tica de las vacas que determina qu¨¦ tipo de microbiota albergan. Previamente, ya publicaron un estudio de 30 animales en el que afirmaban que, con una muestra de los microbios del rumen, pod¨ªan clasificar a los rumiantes entre muy eficientes y poco eficientes. No obstante, reconocen la dificultad de establecer una relaci¨®n directa entre la productividad y el metano expulsado.
Terneros con menos gases
Con la nueva informaci¨®n, los ganaderos de Conafe podr¨¢n contemplar los caracteres gen¨¦ticos que condicionan la microbiota en el programa nacional de cr¨ªa selectiva ¡ªsiempre que los cruces destinados a reducir los eructos no comprometan otras variables importantes de la raza, como la longevidad o la salud de las vacas¡ª. Aunque Wallace (ajeno al proyecto Metalgen) sostiene que ¡°no hay ninguna otra ventaja¡± para el ganadero que busque reducir las emisiones de sus animales, a?ade que ¡°tampoco conlleva ning¨²n inconveniente¡±, por lo que es optimista. ¡°Esto es una soluci¨®n viable para reducir los gases de efecto invernadero¡±, zanja el bi¨®logo brit¨¢nico.
Sandra Aras, propietaria de una de las granjas seleccionadas en la provincia de Vizcaya, destaca que la ganader¨ªa ¡°m¨¢s que un trabajo, es una forma de vida¡±, y que poca gente est¨¢ en su negocio por el rendimiento econ¨®mico. Ella puso su explotaci¨®n familiar, de unos 160 animales, a disposici¨®n de los cient¨ªficos con la esperanza de mejorar las condiciones y la reputaci¨®n del sector. ¡°Creo que tengo el deber de hacer lo que est¨¦ en mi mano. Adem¨¢s el trato [de los t¨¦cnicos de investigaci¨®n] hacia los animales fue exquisito¡±, dice.
¡°Los ganaderos escuchamos cosas que duelen. Las vacas no causan un da?o medioambiental brutal, no es algo tan tremendo como se quiere hacer ver¡±, opina Aras. Gonz¨¢lez-Recio coincide en que su tarea es, en parte, ¡°desmitificar¡± la percepci¨®n ambientalista del ganado: ¡°Se suele decir que las vacas contribuyen un 10% a los gases de efecto invernadero, pero en realidad es menos¡±, explica, aunque esa cifra solo contempla las flatulencias y no las emisiones derivadas de su manutenci¨®n y uso del terreno.
El equipo reconoce la necesidad de mejorar la gesti¨®n tanto de la agricultura como de la ganader¨ªa para paliar la crisis clim¨¢tica. Desde Neiker-Tecnalia, estudian tambi¨¦n c¨®mo mitigar el impacto de los eructos con cambios a la alimentaci¨®n del ganado. Es otra estrategia de eficacia probada, pero seg¨²n Wallace, ¡°la belleza¡± de hacerlo por selecci¨®n gen¨¦tica es que estos cambios ¡°perduran¡±. ¡°Es importante saber qu¨¦ peso hay que darle al metano frente a otros caracteres en la cr¨ªa selectiva¡±, afirma Gonz¨¢lez-Recio: ¡°Nuestros estudios dicen que ese peso deber¨ªa ser entre un 3% y un 6%. Parece poco, pero se debe dejar sitio para el resto de atributos que se seleccionan, que son muchos¡±.
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