El agua de Venus

El problema de los caramelos y las cajas planteado la semana pasada es trivial si nos limitamos a tres sabores -fresa, naranja y lim¨®n- y dos caramelos de cada sabor, pues es evidente que en este caso, y sea cual sea la distribuci¨®n de los caramelos en tres cajas con dos caramelos por caja, siempre podremos obtener uno de cada sabor sacando un caramelo de cada caja. Basta con ver todas las distribuciones posibles: FF NN LL, FF NL NL, FN FN LL, FN FL NL, FL FL NN¡­ Pero la cosa se complica al ampliar el n¨²mero de sabores y cajas, as¨ª como el n¨²mero de caramelos de cada sabor. Veamos, al respecto, la reflexi¨®n de Francisco Montesinos, que fue quien plante¨® este interesante problema:

¡°El caso de 2 caramelos/caja se sigue de observar que extrayendo 1 caramelo de una caja de sabor digamos s1 y a continuaci¨®n si el 2¡ã de esa caja es de sabor s2 alguna otra caja contiene el otro de ese sabor. Vamos a dicha caja y lo extraemos. Si continuando de esta manera conseguimos extraer los m caramelos de sabores distintos, hemos terminado. Si solo hemos conseguido extraer k de k sabores distintos y k cajas distintas, se inicia el proceso en las m-k cajas restantes que contienen m-k sabores¡­¡± (Ver el comentario n?100 de D¨ªa solar y d¨ªa sid¨¦reo).

El planteamiento cl¨¢sico del teorema del matrimonio, que es una de las v¨ªas para abordar el problema de los caramelos, es un tanto machista, y al formularlo no se suele contemplar la voluntad de las mujeres, como si el mero hecho de tener varios pretendientes garantizara que van a casarse. Puesto que no es as¨ª, siempre cabe la posibilidad de que alguna (o varias, o todas) quiera seguir soltera por m¨¢s pretendientes que tenga. La discusi¨®n suscitada por el teorema del matrimonio puede verse en los comentarios de la semana pasada (especialmente en los nos. 13, 15 y 17).

Nuestro hermano infernal

Y tras este dulce par¨¦ntesis de bodas y caramelos, volvamos al fascinante asunto del agua en el Sistema Solar. En semanas anteriores hemos hablado de la presencia de hielo en los polos de la Luna, Marte y Mercurio, por lo que parece inexcusable ocuparse de nuestro restante vecino c¨®smico, el planeta Venus.

Con una masa y un volumen ligeramente inferiores a los terrestres (su radio mide algo m¨¢s de 6.000 km), Venus ha sido considerado siempre el ¡°planeta hermano¡± de la Tierra, y es probable que hace unos 700 millones de a?os tuviera grandes oc¨¦anos de agua l¨ªquida. Pero actualmente su atm¨®sfera, con enormes cantidades de CO₂ y otros gases de efecto invernadero, retiene el calor solar en tal medida que la temperatura en la superficie del planeta supera los 460? C, que, junto con una presi¨®n unas 90 veces mayor que la terrestre y sus abundantes nubes de ¨¢cido sulf¨²rico, lo convierten en un planeta ¡°infernal¡± muy poco apto para la vida tal como la conocemos, y donde el agua solo se encuentra en forma de vapor, y ya en peque?as cantidades, pues la radiaci¨®n solar la descompone en hidr¨®geno y ox¨ªgeno. Aun as¨ª, podr¨ªa haber bacterias extrem¨®filas en la inh¨®spita atm¨®sfera venusina.

Pero las observaciones m¨¢s recientes sugieren que en Venus pudo haber agua l¨ªquida durante unos 2.000 millones de a?os, tiempo suficiente para la aparici¨®n de formas de vida primitivas similares a las terrestres.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, ?tendr¨ªa sentido intentar la instalaci¨®n de una base en Venus? ?C¨®mo tendr¨ªa que ser y qu¨¦ utilidad tendr¨ªa? Invito a mis sagaces lectoras/es a contribuir con sus sugerencias a la hipot¨¦tica colonizaci¨®n de nuestro hermano infernal.

Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.