T¨®picos irritantes y ponentes que se comportan como concursantes de ¡®OT¡¯: las peores charlas TED de la historia
Estas tertulias han dado grandes momentos, pero tambi¨¦n se han convertido en una suma de sonrojantes clich¨¦s
Parec¨ªa una buena idea, gente inteligente contando en p¨²blico cosas inteligentes. Compartir conocimientos y experiencias. Eso era la base de las TED Talks. Fundadas en 1984, cuando en 2006 pasaron a estar disponibles de forma gratuita en la web su popularidad se dispar¨® y con ello los problemas derivados del ¨¦xito.
Muchas parecen calcadas unas de otras, los participantes se comportan como si fueran concursantes de Operaci¨®n Triunfo y algunas de las m¨¢s vistas de la historia no desentonar¨ªan en la estanter¨ªa de los libros de autoayuda tipo C¨®mo los grandes l¨ªderes inspiran o El secreto para trabajar feliz. Por no hablar de las que son diez millones de variaciones sobre uno de los clich¨¦s m¨¢s irritantes que ha formulado el ser humano: ¡°S¨¦ t¨² mismo y tu vida mejorar¨¢¡±. Ese es el aut¨¦ntico problema, algunas de las charlas van de lo risible a lo pat¨¦tico.
Pongamos algunos ejemplos:
- Bono (U2): un intento?in¨²til de resumir en diez minutos la lucha contra la pobreza
El discurso del l¨ªder de U2 titulado Hay buenas noticias sobre la pobreza resulta asombroso tanto por su incapacidad para empatizar con el p¨²blico (las risas parecen enlatadas) como por el in¨²til intento de resumir en diez minutos la lucha contra la pobreza, desde Jesucristo hasta hoy. El resultado es tan bueno como los ¨²ltimos discos de U2.
- Bren¨¦ Brown: los m¨¢s vulgares t¨®picos sobre la confianza en uno mismo
Las charlas TEDX son una especie de franquicia de las TED organizadas de forma independiente. La de esta texana, El poder de la vulnerabilidad, es una suma de los m¨¢s vulgares t¨®picos sobre la confianza en uno mismo. Su ¨¦xito fue tal que ascendi¨® a TED y ahora es una de las 10 m¨¢s vistas de la historia.
- Bill Clinton: una?charla tediosa y llena de obviedades?
La regla no escrita dice que toda charla TED tiene que empezar con una bromita. Entre las m¨¢s habituales est¨¢ la de re¨ªrse de las mismas charlas y uno de los conferenciantes que es objeto habitual de esas risas es el expresidente de EE UU. La raz¨®n, su tediosa y llena de obviedades charla Mi deseo: reconstruir Ruanda.
- David Cameron: una aterradora clase magistral sobre c¨®mo mejorar la reputaci¨®n de los pol¨ªticos?
Fue el primer ministro de Reino Unido que conserv¨® el poder prometiendo un refer¨¦ndum sobre la permanencia de su pa¨ªs en la Uni¨®n Europea. Unos meses antes de llegar al cargo en 2010, Cameron daba una charla titulada La pr¨®xima era del gobierno en la que, con una sangre fr¨ªa envidiable, daba las claves de c¨®mo mejorar la reputaci¨®n de los pol¨ªticos. Visto hoy, resulta aterrador.
- Joe Smith: el hombre que vino a ense?arnos c¨®mo secarnos las manos con una sola toalla de papel
"La clave est¨¢ en dos palabras. Para esta mitad de la sala la palabra es 'sacudir'. Quiero o¨ªros. '?Sacudir!'. M¨¢s fuerte.?Para la otra mitad la palabra es '?plegar!'. Bien fuerte". Joe Smith, gran defensor de un uso responsable del papel, mostr¨® en 2012 en esta charla que dio en la Universidad Concordia (Canad¨¢) el m¨¦todo Smith para reducir el uso que se hace del papel durante el secado de manos. Durante los cuatro minutos que dura su intervenci¨®n, el p¨²blico es bombardeado con las dos palabras que Smith lleva por bandera ('sacudir' y 'plegar') y con frases tan trabajadas como estas: "?Agita tus manos doce veces, dobla la toalla de papel y s¨¦cate!"; "ahora todos juntos. '?Sacudir!'. '?Plegar!'. Deb¨¦is recordar estas palabras el resto de vuestras vidas cada vez que us¨¦is una toalla de papel". Lo m¨¢s llamativo es que en su intento por concienciar al p¨²blico de la necesidad de ahorrar papel, Joe Smith emplea durante la demostraci¨®n m¨¢s toallas de papel de las que ¨¦l mismo aconseja.
- Colin Robertson: los tres inc¨®modos minutos que siguen a un chiste del que nadie se r¨ªe
Aparentemente, Colin Robertson, un joven emprendedor que investiga sobre energ¨ªa solar, dirige esta infructuosa charla. Pero Robertson no existe. El hombre que pasa tres minutos sobre un escenario sin articular m¨¢s de dos frases seguidas es el c¨®mico -integrante del colectivo Improv Everywhere- Eugene Cordero. Rodeado de bailarines con paraguas coloridos, Cordero escenifica un desastre tecnol¨®gico -el ordenador en el que est¨¢ su presentaci¨®n no carga- ante un p¨²blico que lejos de responder riendo a la ocurrencia no est¨¢ c¨®modo con la parafernalia.
- James Cameron: el multimillonario que nos explica que debemos ser curiosos y arriesgarnos
Que nadie piense que tenemos nada en contra del cineasta James Cameron: casi todo el mundo ha vibrado con sus pel¨ªculas, esas para las que se toma a?os y a?os, y su discurso resultar¨¢ emocionante para los millones de fans que quieran conocer los entresijos de Titanic o Avatar. Pero no podemos evitar quedarnos con la sensacion de que un hombre privilegiado e inmensamente rico ha salido a la palestra a dar un discurso sobre liderazgo, curiosidad, riesgo, ¨¦xito y respeto ajeno para un p¨²blico que jam¨¢s se podr¨¢ permitir hacer varias inmersiones de gigantesco coste para ver el Titanic de cerca o volar a una estaci¨®n espacial con c¨¢maras tridimensionales, como ¨¦l explica ufano sobre el escenario. ?Una historia fascinante para escuchar? Lo compramos. ?Charla motivacional? No.
- Asher Yaron: la charla sobre caf¨¦ que se convirti¨® en un largu¨ªsimo anuncio
Ubud, centro de la paradis¨ªaca isla de Bali y, a pesar de no tener playas, uno de los centros del turismo. All¨ª un hombre llamado Asher Yaron critic¨® que en el mundo cafetero la cantidad haya sustituido a la calidad y dio un discurso que han visto casi dos millones de personas sobre el buen caf¨¦ y explica que si bien los granos de caf¨¦ naturales pueden durar a?os, los granos de caf¨¦ tostados son un alimento fresco y listo para consumir. Pero, claro, la industria del caf¨¦ lo almacena durante meses y pierde su frescura y poder. ?Lo mejor? Tostarlo nosotros mismos, como los ind¨ªgenas. ?Y c¨®mo? Con la m¨¢quina que ¨¦l mismo ha creado y te quiere vender. Parece que este hombre sabe de caf¨¦ y seguro que todo lo que ha contado es cierto, pero cre¨ªamos que est¨¢bamos viendo una charla TEDx, no un episodio de la telecompra.
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