El deporte de riesgo no conoce edad
Los beneficios de la actividad f¨ªsica sobre la salud permiten envejecer en mejores condiciones, y en algunos casos la pr¨¢ctica deportiva destaca por su perseverancia e intensidad
A la hora de escribir estas l¨ªneas, Carlos Soria se encuentra en el campamento base del macizo Dhaulagiri (8.167 m), totalmente aclimatado y esperando una oportunidad para acometer la ascensi¨®n de este pico, uno de los 14 ochomiles que pueblan nuestro planeta. A sus 80 a?os, este pertinaz abulense ha hecho cumbre en 12 de ellos, y se propone ser la persona m¨¢s longeva en completar la lista, aunque este que ahora afronta no deja de resist¨ªrsele: no en vano es el d¨¦cimo asalto a la cumbre. Sus logros adquieren a¨²n mayores dimensiones si consideramos que 10 de esas monta?as las escal¨® habiendo cumplido los 60, cuando la cercan¨ªa de la jubilaci¨®n empez¨® a dejarle m¨¢s tiempo en su profesi¨®n de tapicero. ?Qui¨¦n quiere hablar de edad cuando hay tanta pasi¨®n?
Cualquier b¨²squeda de ¡°deporte para mayores¡± o ¡°en la tercera edad¡± devolver¨¢ resultados similares, muy alejados de retos como los de Soria: caminar, yoga, taichi, baile, aquagym, bicicleta... Actividades, en definitiva, adaptadas a sus capacidades. ?O no? ¡°Hay un concepto que, por desgracia, est¨¢ muy inculcado en la sociedad, y es que las personas mayores solo pueden hacer cosas muy limitadas¡±, comenta David Su¨¢rez, preparador f¨ªsico del club de rugby Sant Cugat. Pero poder practicar cualquier actividad f¨ªsica no va a depender tanto de la edad como de lo que hayas hecho mientras llegabas a ella: ¡°Se han llegado a ver casos de personas sedentarias de 30 a?os con menores niveles de fuerza y masa muscular que otras de 75 que han permanecido activas toda su vida¡±.
Entre otros muchos beneficios, est¨¢ probado que la actividad f¨ªsica provoca una mejora del sue?o y de la resistencia a la fatiga, pero tambi¨¦n de la agilidad, la elasticidad, la coordinaci¨®n y el equilibrio, retrasa la atrofia muscular e incluso aumenta la longevidad. ¡°Y desde el punto de vista mental, mejora el estado de alerta y concentraci¨®n, reduce la ansiedad y la depresi¨®n y mejora la autonom¨ªa personal y el grado de participaci¨®n social¡±, asegura el doctor Manuel Villanueva, traumat¨®logo y cirujano en el Hospital Beata Mar¨ªa Ana, en Madrid. Hacer una actividad deportiva (sea o no de riesgo) depender¨¢ del estado f¨ªsico de la persona que la vaya a practicar; si este deporte requiere unas capacidades m¨ªnimas, ser¨¢ necesario acudir a un centro especializado donde le hagan unas pruebas iniciales que determinen si est¨¢ en condiciones id¨®neas para hacerlo.
El deporte de riesgo (automovilismo, escalada, buceo, paracaidismo, rafting, etc¨¦tera) lo es por un motivo, y te afectar¨¢ independientemente de tu edad: puedes llegar a los 85 practicando buceo sin problema o estrellarte con un F¨®rmula 1 a los 37. Eso no quiere decir que, si hay un accidente, las consecuencias no vayan a ser potencialmente peores para las personas en edades avanzadas, ya que estas suelen presentar ¡°una falta de densidad ¨®sea, que har¨¢ que los huesos sean m¨¢s fr¨¢giles frente a un traumatismo; una elasticidad disminuida (con un mayor riesgo de rotura) y una menor capacidad de adaptaci¨®n y recuperaci¨®n ante los est¨ªmulos¡±, explica David Montero, graduado en Ciencias del Deporte y colaborador de la comunidad de fitness FullMusculo.com. Esto hace que sea a¨²n m¨¢s necesario controlar y periodizar los entrenamientos, adaptando los descansos a las necesidades de los deportistas.
Carlos Soria, alpinista, 80 a?os
Hasta 40 monta?eros han conseguido, a lo largo de la historia, coronar los 14 ochomiles del planeta. De ellos, siete espa?oles, que pueden ser ocho si Carlos Soria conquista las dos cumbres que le restan, el Dhaulagiri y el Shisha Pangma (8.013 m). Lo verdaderamente extraordinario es que, si Soria culmina su reto, se habr¨¢ convertido en el hombre de m¨¢s edad en lograrlo, y lo habr¨¢ hecho sin tan siquiera ser alpinista profesional. Pero ?c¨®mo se prepara un deportista octogenario para un reto tan exigente?
La pregunta tiene tres respuestas: constancia, vocaci¨®n y una rigurosa preparaci¨®n f¨ªsica y nutricional. ¡°Entreno pr¨¢cticamente todas las ma?anas, combinando entrenamientos de fuerza y de acondicionamiento f¨ªsico, andando y montando en bicicleta por la sierra de Guadarrama, en un cortafuegos cerca de mi casa¡±, explica Soria en conversaci¨®n telef¨®nica desde el aeropuerto de Barajas, minutos antes de embarcar para Nepal. Y un fenomenal sentido de la prudencia que ha hecho que nunca haya sufrido una congelaci¨®n o necesitado que le rescataran de sitio alguno.
¡°Hay mucha gente que solo piensa que hay que subir la cumbre. Pero no hay que perder la cabeza; yo tambi¨¦n pienso en que hay que bajarla, y eso es lo m¨¢s importante. Una vez, en el Dhaulagiri, me di la vuelta a poco m¨¢s de 100 metros... Tuvimos que hacerlo porque hab¨ªamos perdido tiempo tras una equivocaci¨®n, hab¨ªa mucha niebla y era tarde¡±.
Soria, que comenz¨® a escalar a los 14 a?os, solo ha tenido un momento de duda, tras la operaci¨®n de octubre de 2018, cuando le colocaron una pr¨®tesis en la rodilla izquierda. Una vez superado, dice que seguir¨¢ mientras pueda. ¡°Forma parte de mi vida; desde muy ni?o lo es todo. Aunque me he ido adaptando seg¨²n la edad¡±.
Manuel L¨®pez, paracaidista, 71 a?os
L¨®pez comenz¨® su idilio con el aire cuando, con 18 a?os, ingres¨® en la brigada paracaidista. Y hasta hoy. ¡°Para llegar a los 71 saltando es porque lo llevas en la sangre, porque mente y cuerpo llegan sincronizados¡±, afirma. Ha competido, ha sido instructor y piloto y contagi¨® su afici¨®n a su mujer y a sus hijos. Como tantos otros, pas¨® por Alemania, donde trabaj¨® como mec¨¢nico y soldador, y all¨ª comenz¨® a saltar los s¨¢bados y los domingos. En 1975 volvi¨® a Espa?a y en 1984 mont¨® un club de paracaidismo en C¨®rdoba. ¡°Hac¨ªamos exhibiciones, bautismos del aire, la Semana Cultural del Aire... Incluso salt¨¢bamos vestidos de reyes magos el cinco de enero, y regal¨¢bamos balones, bicicletas y muchas otras cosas de empresas que colaboraban con nosotros¡±.
Tras tantos a?os, ahora L¨®pez se lo toma con m¨¢s calma, y corre riesgos m¨¢s controlados. ¡°Hacemos alguna exhibici¨®n o, si no, nos vamos a Oca?a, Ampuria Brava o Castell¨®n, y hacemos saltos de recreo¡± con un grupo de amigos, cuenta. Para ello, no hay d¨ªa que no vaya al gimnasio entre dos y tres horas, para hacer musculaci¨®n; y en verano, aprovecha para ir a la sierra dos o tres veces por semana, para caminar entre 16 y 18 kil¨®metros. Un entrenamiento que le ha mantenido casi completamente alejado de las lesiones, salvo una distensi¨®n de ligamentos hace seis a?os. El a?o pasado, este (tambi¨¦n) cintur¨®n negro de taekwondo cubri¨® en bici la distancia entre C¨®rdoba y Santiago, en 10 d¨ªas. Se alimenta de forma saludable (eso s¨ª, no perdona ni el jam¨®n de bellota ni el aceite de Baena) y confiesa sentirse feliz y privilegiado, al ver que a su edad sigue disfrutando del deporte que tanto ama.
Eduardo Centelles, buceador, 62 a?os
Este barcelon¨¦s, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Actividades Subacu¨¢ticas, empez¨® a practicar su deporte cuando contaba con 14 o 15 a?os (no recuerda bien), y aunque en su juventud compiti¨® en varias disciplinas, hoy practica solo el buceo recreativo. Acude entre dos y tres veces por semana a nadar a una piscina cercana al trabajo y se ejercita en el agua para ganar fuerza aer¨®bica y flexibilidad. ¡°Ahora, con la edad, hay muchos compa?eros que no me siguen; pero cada vez que me surge la posibilidad (entre 10 y 15 d¨ªas), lo cuadro con un compa?ero y vamos a hacer inmersi¨®n. Y una vez al a?o, preparo un viaje organizado para hacer inmersiones en alg¨²n lugar. El a?o pasado, por ejemplo, fue Indonesia¡±.
Aunque confiesa no sentir la misma urgencia que cuando eran j¨®venes, sigue experimentando fascinaci¨®n ¡°por esa ingravidez, las visitas a un pecio, la fauna y la flora marinas, las b¨²squedas de algo interesante... Las sensaciones son las mismas, pero puede que ahora seleccionemos un poco m¨¢s la inmersi¨®n. Antes, si hab¨ªa corrientes marinas o el agua estaba un poco turbia, te daba igual, porque quer¨ªas meterte; pero tambi¨¦n ten¨ªas una mejor condici¨®n f¨ªsica¡±, sostiene.
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