¡®Istoria¡¯

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La falacia de Ortega Smith sobre las Trece Rosas que el propio r¨¦gimen de Franco desmiente

Ortega Smith acusa a las 13 Rosas de Madrid de ¡°torturar, asesinar y violar¡±

Que mi nombre no se borre en la istoria. Con esa falta de ortograf¨ªa termina la carta de despedida de Julia Conesa, 19 a?os, modista, vecina de Madrid, fusilada el 5 de agosto de 1939 en una tapia del cementerio de la Almudena. Julia, militante de la Juventud Socialista Unificada, fue detenida cuando su organizaci¨®n se preparaba para trabajar en la clandestinidad. Una de sus camaradas la denunci¨® junto con otras 12 mujeres ¡ªTrece Rosas¡ª y 43 hombres, todos muy j¨®venes, algunos menores de edad. Los vendi¨® por unos zapatos nuevos. Quien se los compr¨® fue otro militante de la JSU que hab¨ªa cambiado de bando, Roberto Conesa, con el tiempo c¨¦lebre comisario de la Brigada Pol¨ªtico-Social, maestro de torturadores como Billy el Ni?o. Fue su primer gran ¨¦xito. He contado esta historia muchas veces. La cuento una vez m¨¢s, la contar¨¦ todas las veces que haga falta, porque esa hache ausente me obliga de por vida. Ortega Smith me ha dado un motivo para sobreponerme a mi hast¨ªo, para ir a votar, para pedirles a ustedes que vayan a votar el 10 de noviembre. Ya s¨¦ que da pereza, pero no se puede consentir que el nombre de Julia Conesa, v¨ªctima del fascismo, verdugo de nadie, culpable s¨®lo de luchar contra una dictadura por los derechos y las libertades de sus compatriotas, se borre en la Historia, con hache y con may¨²scula. Merece la pena votar a favor de un Gobierno capaz de reformar el C¨®digo Penal, para que la manipulaci¨®n de los datos hist¨®ricos, la difamaci¨®n y la calumnia sean delitos severamente castigados. Ya s¨¦ que no les apetece, pero si creen que nuestra democracia no se respetar¨¢ a s¨ª misma mientras no respete la dignidad de quienes lucharon por ella, no les queda m¨¢s remedio que votar el 10 de noviembre.