A vueltas con la carne
Las recomendaciones no plantean eliminarla de nuestra dieta, sino moderar el consumo de la roja y procesada
La semana pasada, una prestigiosa revista m¨¦dica cuestionaba las recomendaciones formuladas por la OMS y otras agencias internacionales sobre el consumo de carne roja y carne procesada (hamburguesas, salchichas y embutidos). Enseguida, distintos organismos cient¨ªficos internacionales (el Fondo Mundial de Investigaci¨®n del C¨¢ncer y la Escuela de Salud P¨²blica de Harvard entre otros) y nacionales (el Instituto de Salud Carlos III, la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa y la red de investigaci¨®n en Epidemiolog¨ªa y Salud P¨²blica CIBERESP) inclu¨ªan en sus p¨¢ginas web una contestaci¨®n cr¨ªtica a esta nueva publicaci¨®n.
?Por qu¨¦ se env¨ªan mensajes contradictorios? ?Pretend¨ªan los organismos internacionales como la OMS, el Fondo Mundial de Investigaci¨®n del C¨¢ncer (WCRF) y otros enga?ar a la poblaci¨®n con sus recomendaciones? ?Se trata de opiniones subjetivas basadas en creencias o en estudios mal dise?ados o mal ejecutados? Definitivamente no. La epidemiolog¨ªa nutricional es un campo de investigaci¨®n muy relevante aunque complejo: quien haya contestado un cuestionario diet¨¦tico se dar¨¢ cuenta enseguida de lo dif¨ªcil que resulta medir la dieta. Los estudios que investigan estilos de vida sin modificar la exposici¨®n ¨Clos llamados estudios observacionales- presentan limitaciones. En teor¨ªa siempre podr¨ªan existir factores desconocidos o no tenidos en cuenta que se asocien a la dieta y que explicar¨ªan total o parcialmente los resultados obtenidos. Un ¨²nico estudio no es suficiente. Por esta raz¨®n, a menudo se combina la informaci¨®n procedente de muchos estudios para investigar la consistencia entre ellos y obtener una perspectiva global sobre la relaci¨®n entre una exposici¨®n ¨Cun alimento en nuestro caso- y una enfermedad.
Los autores de las nuevas publicaciones presentan an¨¢lisis de este tipo: revisiones de todos los estudios observacionales considerados de mejor calidad. Curiosamente, sus resultados son similares a las revisiones previas: mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes y ciertos tipos de c¨¢ncer en las personas con mayor?consumo de carne roja y/o procesada. Sin embargo, optan por no dar valor a sus propios resultados considerando que, en todo caso, el efecto es modesto y el resultado est¨¢ basado en estudios observacionales, con las limitaciones comentadas. Desde su perspectiva, necesitar¨ªamos estudios de ¡°intervenci¨®n¡±, es decir, estudios donde se asigne de forma aleatoria la exposici¨®n de los participantes, con un grupo al que se le pide comer mucha carne roja ¨Co mucha carne procesada- y otro en el que se eliminar¨ªa o minimizar¨ªa el consumo. Este tipo de estudios de intervenci¨®n nutricional son complejos, presentan problemas ¨¦ticos si sospechamos efectos no deseables y a menudo requieren seguimientos largos. Al final, los participantes se cansan y abandonan la dieta propuesta. En resumen, los autores que cuestionan las recomendaciones en vigor consideran que el escaso efecto encontrado y la ausencia de estudios de intervenci¨®n justificar¨ªan la retirada de las mismas.
?C¨®mo deben hacerse las recomendaciones nutricionales? ?Qui¨¦n o qui¨¦nes est¨¢n en condiciones de formularlas? Resulta muy instructivo leer las consideraciones que la Agencia Internacional de Investigaci¨®n en C¨¢ncer (IARC, perteneciente a la OMS) o el WCRF hacen cuando eval¨²an la evidencia. La IARC, por ejemplo, tiene en cuenta todos los estudios existentes, incluidos los experimentos en animales. En su juicio sobre la carne roja, por ejemplo, la IARC considera que la evidencia m¨¢s convincente procede en este caso de estudios de laboratorio. Ser¨ªa razonable pedirles a los investigadores que cuestionan estas recomendaciones que revisen tambi¨¦n este tipo de estudios. En investigaci¨®n, todos los campos tienen limitaciones. Los animales no son exactamente iguales al ser humano, las c¨¦lulas procedentes de tejidos no reproducen fielmente su funcionamiento en el ser vivo y los estudios en humanos presentan, como hemos visto, sus propias limitaciones. Ninguno es perfecto pero todos suman. La visi¨®n m¨¢s completa s¨®lo es posible teniendo en cuenta las diferentes partes del puzle.
Incluso ignorando la evidencia del laboratorio, es importante tener en cuenta algunas consideraciones m¨¢s:
1) El ¡°peque?o efecto¡± sobre la salud podr¨ªa ser mayor: medir mal la dieta en estos estudios infraestima el efecto real
2) Efectos peque?os en distintas enfermedades cr¨®nicas relativamente frecuentes se traducen en n¨²meros nada desde?ables en el conjunto de la poblaci¨®n
3) El consumo de carne roja y procesada se asocia con la obesidad, factor de riesgo plenamente establecido para estas enfermedades
4) Estudios de intervenci¨®n como PREDIMED muestran un efecto protector de la dieta mediterr¨¢nea frente a algunas de estas enfermedades. PREDIMED no investiga directamente la carne roja y procesada, pero la dieta mediterr¨¢nea implica menor consumo de carne y grasas saturadas.
En definitiva, parece sensato seguir las recomendaciones actuales, basadas en la revisi¨®n continua de la evidencia llevada a cabo por grupos de expertos en investigaci¨®n nutricional. Estas recomendaciones no plantean eliminar la carne de nuestra dieta, sino moderar el consumo de carne roja y carne procesada (dos o tres veces a la semana). En Espa?a se ha producido un incremento del consumo de carne y un progresivo abandono de la dieta mediterr¨¢nea, tradicionalmente implantada en amplias zonas del pa¨ªs. La obesidad se ha convertido en la epidemia del siglo XXI, tambi¨¦n en nuestro medio. Nos movemos menos y comemos m¨¢s. Muchas enfermedades cr¨®nicas encuentran en este cambio de h¨¢bitos el mejor caldo de cultivo. Nuestra salud tambi¨¦n est¨¢ en nuestras manos. Hacer ejercicio f¨ªsico, evitar la obesidad, moderar el consumo cal¨®rico y de alcohol manteniendo una dieta saludable son recomendaciones razonables. Una dieta en la que prime el consumo de verduras y frutas, pescado, legumbres, cereales y aceite de oliva.
Marina Poll¨¢n es directora del Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa (Instituto de Salud Carlos III)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.