?Son realmente ¡°cosas de ni?as¡±?
Erradicar prejuicios y estereotipos que impidan alcanzar a las ni?as su pleno potencial es una tarea que empieza en el hogar
¡°Tu papel en la vida no es casarte. Es hacer lo que t¨² quieras y para eso te vas a tener que esforzar. Si, adem¨¢s, quieres casarte y tener hijos¡ pues lo haces¡±. Estas fueron las palabras de la madre de Michelle Bachelet, una mujer que se ha destacado como m¨¦dico pediatra, presidenta de Gobierno de Chile en dos ocasiones, actualmente alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas y, adem¨¢s, madre de tres hijos. Sin embargo, muchas mujeres no escuchan de la boca de sus padres o madres palabras como estas en su ni?ez.
Muchas ni?as en buena parte del mundo crecen todav¨ªa con infinitas barreras que muestran las diferencias entre hombres y mujeres y que hacen que se perpet¨²e una profunda brecha de oportunidades a largo de sus vidas. Una realidad dif¨ªcil de comprender y aceptar cuando la evidencia sugiere que, en los primeros a?os de vida, las ni?as muestran un mejor desempe?o que los ni?os en diversos aspectos. Por ejemplo, los resultados preliminares de una investigaci¨®n realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Per¨², apuntan a que a los tres a?os de edad las ni?as obtienen puntajes hasta un 20 % m¨¢s altos que los ni?os en diferentes ¨¢reas del desarrollo infantil, como el lenguaje, la motricidad, la capacidad de resolver problemas o los aspectos emocionales. Asimismo, un estudio comparativo que incluy¨® a casi 21.000 ni?os y ni?as de 7 meses a 6 a?os de edad en Chile y Nicaragua encontr¨® que las ni?as ten¨ªan ventajas significativas en los resultados de habilidades de socioemocionales y de lenguaje.
Incluso en ¨¢reas en las que tradicionalmente la mujer ha tenido menor presencia, como las carreras STEM (acr¨®nimo formado a partir de los vocablos ingleses para ciencias, tecnolog¨ªa, ingenier¨ªa y matem¨¢ticas) la evidencia ha encontrado que no hay diferencia en los resultados en matem¨¢ticas entre ni?os y ni?as cuyas madres cuentan con una educaci¨®n universitaria, sin que importe que hayan cursado o no estudios STEM.
Las familias desempe?an un papel fundamental a la hora de evitar estereotipos y prejuicios. El contexto y los modelos en los que crecen los hijos en el hogar tienen un efecto muy importante no solo sobre el rendimiento, en particular, de las ni?as, sino tambi¨¦n en su vida futura. Por ejemplo, seg¨²n una investigaci¨®n llevada a cabo en Dinamarca, las ni?as que crecieron en un hogar en el que ambos progenitores trabajaban ten¨ªan una menor probabilidad de que su carrera profesional se viera afectada por el hecho de tener hijos.
Los principios y valores sexistas est¨¢n incrustados de tal manera en muchas culturas que es dif¨ªcil no ya erradicarlo sino, incluso, percibirlo para quienes viven en ese entorno
Sin embargo, los principios y valores sexistas est¨¢n incrustados de tal manera en muchas culturas que es dif¨ªcil no ya erradicarlos sino, incluso, percibirlos para quienes viven en ese entorno. Que la mejor porci¨®n de comida se le asigne al padre de familia o al hijo var¨®n, que a los ni?os no se les regale una escoba y un recogedor de juguete o que se estimule que las ni?as sean m¨¢s cari?osas que los ni?os son solo algunos ejemplos. ?Acaso es fortuito que en pa¨ªses como Costa Rica el 88% del cuidado de adultos mayores dependientes sea realizado por mujeres?
Basta con preguntarle a Google sobre estos sesgos. Analizando las consultas realizadas en Internet, el buscador pudo constatar las diferentes expectativas de los padres respecto a sus hijos en funci¨®n de su sexo. Los padres y madres estadounidenses, por ejemplo, preguntan con mucha m¨¢s frecuencia sobre la inteligencia de sus hijos que sobre la de sus hijas; en cambio, indagan m¨¢s a menudo sobre aspectos relacionados con la apariencia f¨ªsica de sus hijas mujeres. No es tampoco casualidad que en ese pa¨ªs se haya observado que un 10% de las ni?as menores de seis a?os hayan sido diagnosticadas con des¨®rdenes alimenticios que entra?an graves consecuencias para su salud.
En los ¨²ltimos a?os ha habido algunos cambios. Diferentes pol¨ªticas e iniciativas para impulsar la equidad de g¨¦nero a partir de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU han logrado mejorar la igualdad en el acceso a la educaci¨®n primaria para ni?os y ni?as, por ejemplo. Pero el acceso no garantiza el ¨¦xito si no viene acompa?ado de oportunidades reales de que las ni?as alcancen todo su potencial. No lograremos un cambio de fondo a menos que no empecemos a abordar las diferentes maneras en que criamos a los ni?os y las ni?as desde peque?os. Si sabemos que los primeros a?os cuentan para el resto de la vida, debemos prestar mayor atenci¨®n a qu¨¦ hacemos durante esa etapa para estimular el cerebro, las habilidades cognitivas y emocionales y, sobre todo, la capacidad de las ni?as para so?ar y poner sus sue?os en marcha.
Andrea Proa?o es consultora de comunicaci¨®n en la divisi¨®n de protecci¨®n social y salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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