Vida turbulenta y cine para toda la familia: el doble filo de Eddie Murphy a punto de su cuarta resurrecci¨®n
Es una de las estrellas de Hollywood que m¨¢s veces ha conocido la gloria y el fracaso. Tras una carrera llena de altos, bajos, agitada vida sentimental y satisfacciones, regresa a las pantallas con 'Yo soy Dolemite', que los cr¨ªticos se?alan como su mejor papel
Es f¨¢cil desde?ar desde Espa?a, en general desde cualquier pa¨ªs que no sea Estados Unidos, la carrera de Eddie Murphy (Nueva York, 1961) como otro de esos c¨®micos afroamericanos que tuvieron unos cuantos ¨¦xitos en los ochenta y noventa. Ese c¨®mico que interpretaba a varios personajes en sus pel¨ªculas y que de vez en cuando se met¨ªa en l¨ªos con la prensa a los que volveremos m¨¢s tarde. Pero en Estados Unidos, a comienzos de su carrera, Murphy fue sencillamente el monologuista m¨¢s importante y cotizado de los ochenta y, posteriormente en esa misma d¨¦cada, la estrella de cine m¨¢s cotizada por los estudios.
En una exclusiva de portada, Seiuli relat¨® que Murphy le hab¨ªa pedido que posase para ¨¦l en ropa interior justo antes de que la polic¨ªa los detuviese. El semanario fue m¨¢s all¨¢ y public¨® historias donde otras prostitutas transexuales de Los ?ngeles relataban que el actor hab¨ªa contratado sus servicios
La carrera de Murphy hacia la gloria y el estrellato comenz¨® en un hogar humilde de Brooklyn, con una madre telefonista y un padre que trabajaba como miembro de seguridad de transporte, pero so?aba con ser actor c¨®mico. Su padre se divorci¨® de su madre cuando Eddie ten¨ªa tres a?os. No pudo ver c¨®mo su hijo cumpl¨ªa su sue?o: Charles Edward Murphy falleci¨® en 1969, cuando una amante lo apu?al¨®. Posteriormente, la madre de Eddie enferm¨® y este y su hermano Charlie vivieron durante un a?o en un hogar de acogida. Cuando dicen aquello de que el humor nace como forma de enfrentarse al horror y la desgracia, posiblemente Eddie Murphy es uno de sus grandes ejemplos.
El estilo de Murphy sobre el escenario era directo y lacerante. Apuntaba hacia todos lados, algunos de ellos reprobables entonces y mucho m¨¢s reprobables ahora. Se re¨ªa de los blancos ricos, se re¨ªa de los afroamericanos (o sea, de s¨ª mismo), de italoamericanos, de gordos o de gais. Por estas ¨²ltimas bromas, que inclu¨ªan en los chistes la palabra ¡°maric¨®n¡± (faggot, en ingl¨¦s) o referencias a la epidemia del sida, pidi¨® perd¨®n posteriormente. ¡°Creo que es injusto tomar la palabra de un chico mal informado de 21 a?os y aplicarlas a un hombre concienciado de 35¡±, explic¨® en 1996. ¡°Ahora s¨¦ lo serio que es el problema del sida. Ahora s¨¦ que no es divertido¡±.
A favor de Murphy hay que decir que esas mismas bromas que hoy resultan inaceptables tambi¨¦n las recib¨ªa ¨¦l. Pongamos como ejemplo su primera pel¨ªcula, L¨ªmite: 48 horas (1982). Aquella cinta de acci¨®n supuso su debut en el cine tras hacerse famoso en televisi¨®n gracias a aparecer en el programa Saturday Night Live (en 2015, Rolling Stone lo nombr¨® el segundo mejor c¨®mico de la historia del programa, solo tras el fallecido John Belushi). Vista 37 a?os despu¨¦s, L¨ªmite: 48 horas resulta sorprendente por todos los insultos racistas que Eddie Murphy recibe de boca del personaje de Nick Nolte, que se supone que es su amigo y compa?ero. Y blanco, claro.
Angel Iris Murphy Brown naci¨® el 3 de abril de 2007 sin que su padre la reconociese como propia. Ese mismo verano, Murphy acept¨® su paternidad tras una prueba de ADN, pero demand¨® a Melanie Brown por difamaci¨®n y por hablar mal e insistentemente de ¨¦l en los medios de comunicaci¨®n
En cualquier caso la pel¨ªcula fue un ¨¦xito y comenz¨® a una carrera en la que Eddie Murphy se convirti¨® en el actor negro m¨¢s exitoso de la historia hasta aquel entonces y, lo que es m¨¢s importante, en un actor negro que triunfaba en productos de acci¨®n que consum¨ªan tambi¨¦n los blancos: Entre pillos anda el juego (1983), Superdetective en Hollywood (1984), El chico de oro (1986), Superdetective en Hollywood 2 (1987) o El pr¨ªncipe de Zamunda (1988) fueron enormes ¨¦xitos que lo convirtieron en una de las estrellas mejor pagadas.
Todo cambi¨® en los noventa. A principios de esa d¨¦cada, las pel¨ªculas de Eddie Murphy comenzaron a obtener resultados decepcionantes: segu¨ªa funcionando en taquilla, pero sus producciones ten¨ªan presupuestos tan elevados que de repente la estrella ya hab¨ªa dejado de ser una m¨¢quina de hacer dinero. Ni 48 horas m¨¢s (1990), ni Su distinguida se?or¨ªa (1992), ni Boomerang, el pr¨ªncipe de las mujeres (1992) lograron parar la tendencia a la baja. Y entre 1994 y 1995, dos pel¨ªculas parecieron apuntalar el f¨¦retro laboral de Murphy: Superdetective en Hollywood III (1994) y Un vampiro suelto en Brooklyn (1995) fueron enormes fracasos de taquilla y cr¨ªtica.
?Adi¨®s, Eddie Murphy? Qu¨¦ va.?
Su resurrecci¨®n profesional lleg¨® casi a la vez que su ca¨ªda en desgracia personal. En 1996 estren¨® El profesor chiflado, una nueva versi¨®n del cl¨¢sico de Jerry Lewis en la que Murphy record¨® al mundo lo que mejor sab¨ªa hacer pero, esta vez, adapt¨¢ndolo a todos los p¨²blicos. El c¨®mico incorrecto y sagaz encontr¨® la salvaci¨®n en productos familiares: El profesor chiflado o Dr. Dolittle (1998) lo devolvieron a lo m¨¢s alto de la taquilla. Pero a la vez que el nombre de Murphy hac¨ªa las delicias de las grandes productoras, lo hac¨ªa tambi¨¦n de los m¨¢s bajos tabloides.
Cinco menos cuarto de la ma?ana del 2 de mayo de 1997: el coche de Eddie Murphy fue parado por la polic¨ªa en Santa Monica Boulevard, West Hollywood, cuando conduc¨ªa con una prostituta transexual en el asiento del copiloto. Por aquel entonces, Murphy llevaba cuatro a?os casado con Nicole Mitchell y ten¨ªa con ella tres hijos, aparte de otros dos con dos parejas anteriores (van cinco, cuando esta historia llegue a su final ser¨¢n diez). La excusa del actor ante la polic¨ªa pasar¨¢ a los anales como una de las mejores de la historia de Hollywood: dijo que estaba siendo un ¡°buen samaritano¡± (el entrecomillado es de la CNN) y se hab¨ªa ofrecido a llevar a la muchacha a su casa.
Murphy no estaba haciendo nada ilegal, pero la mala suerte quiso que ella s¨ª. La prostituta, de nombre Shalimar Seiuli, ten¨ªa una orden de arresto y fue detenida por la polic¨ªa en aquel momento. El semanario sensacionalista National Enquirer pag¨® a la mujer la fianza de 15.000 d¨®lares (casi 14.000 euros) a cambio de que les contase todo. En una exclusiva de portada, Seiuli relat¨® que Murphy le hab¨ªa pedido que posase para ¨¦l en ropa interior justo antes de que la polic¨ªa los detuviese. El semanario fue m¨¢s all¨¢ y public¨® historias donde otras prostitutas transexuales de Los ?ngeles relataban que el actor hab¨ªa contratado sus servicios. Con el esc¨¢ndalo de Hugh Grant y la prostituta Divine Brown a¨²n fresco en la memoria reciente, la tem¨¢tica de actor millonario + prostituta callejera era la favorita de todos los medios de coraz¨®n. El actor demand¨® a la cabecera, pero retir¨® meses despu¨¦s. El director de la publicaci¨®n le lanz¨® una indirecta: ¡°Si vas a ir contra el Enquirer, es mejor que est¨¦s bien seguro de lo que dices¡±.
?Caso cerrado? No, este vodevil tiene un tercer acto que torna en tragedia. El 22 de abril de 1998 Seiuli fue hallada muerta y en ropa interior en la acera del bloque de apartamentos donde viv¨ªa en Los ?ngeles. La polic¨ªa lleg¨® a la conclusi¨®n de que, tras quedarse sin llaves de su apartamento, la mujer hab¨ªa intentado saltar desde una ventana al interior de su apartamento usando su albornoz como soga. No pudo conseguirlo y cay¨® cinco pisos hasta el suelo.
Mientras tanto, el p¨²blico segu¨ªa apoyando a Murphy y aup¨¢ndolo como estrella de pel¨ªculas de humor para toda la familia. Bowfinger (1999), El profesor chiflado 2 (2000) y Dr. Dolittle 2 (2001) fueron enormes ¨¦xitos en Estados Unidos y su labor de doblaje en Shrek le report¨® tres millones de d¨®lares (m¨¢s de 2.700.000 euros). Solo por poner su voz.
Pero en 2002, su carrera muri¨® por segunda vez. El fracaso de Pluto Nash, un delirio espacial que la cr¨ªtica despedaz¨®, no es un fracaso cualquiera, sino uno de los mayores desastres de la historia de Hollywood. Su presupuesto fue de 120 millones de d¨®lares. ?Cu¨¢nto recaud¨® en Estados Unidos? Cuatro millones. ?Y cu¨¢nto en el resto del mundo? Dos. La pel¨ªcula estuvo dos a?os en un caj¨®n sin estrenarse y, cuando lleg¨® a los cines, Murphy se neg¨® a promocionarla y otro de sus int¨¦rpretes, Alec Baldwin, rog¨® sin ¨¦xito que lo quitasen de los t¨ªtulos de cr¨¦dito. Con casi 84 millones de euros en p¨¦rdidas, se considera el fracaso m¨¢s grande de la historia del cine.
Tercera oportunidad. En el a?o 2006, cuando Eddie Murphy era considerado un valor impredecible para la taquilla y un actor cuyo momento hab¨ªa pasado, cumpli¨® el gran sue?o del int¨¦rprete en su ocaso: cambiar de registro, llevarse excelentes cr¨ªticas y ser nominado al Oscar. Ocurri¨® gracias a Dreamgirls, la pel¨ªcula en la que interpret¨® a un cantante que ayuda a un grupo femenino (muy poco disimuladamente inspirado en las Supremes) a llegar a la cumbre. ?l lo consigui¨® a medias. Era el favorito de las apuestas para ganar el Oscar a mejor actor secundario, pero cuando Rachel Weisz abri¨® el sobre y ley¨® el nombre de Alan Arkin (que se llev¨® el premio por Peque?a Miss Sunshine), Eddie Murphy esper¨® un tiempo prudencial para hacer una espantada que ha hecho historia en Hollywood: se larg¨® del auditorio. No se qued¨® ni para ver c¨®mo su compa?era de reparto Jennifer Hudson s¨ª se llevaba la estatuilla ni c¨®mo Beyonc¨¦ interpretaba las canciones de su propia pel¨ªcula.
Ese mismo a?o, y como hab¨ªa ocurrido una d¨¦cada antes, su vuelta al estrellato se vio acompa?ada de las turbulencias en su vida personal. Tras divorciarse de Nicole Mitchell (la mujer con al que estaba casado cuando ocurri¨® el esc¨¢ndalo de la prostituta en Santa Monica Boulevard, pero con la que sigui¨® y tuvo dos hijos m¨¢s, de modo que ya van siete), comenz¨® una relaci¨®n muy breve con Melanie Brown, una de las Spice Girls. Dur¨® apenas meses, pero Brown anunci¨® que estaba embarazada de ¨¦l cuando ya no estaba con el actor. Llevamos ocho reto?os: Angel Iris Murphy Brown naci¨® el 3 de abril de 2007 sin que su padre la reconociese como propia.
Ese mismo verano, Murphy acept¨® su paternidad tras una prueba de ADN, pero demand¨® a Melanie Brown por difamaci¨®n y por hablar mal e insistentemente de ¨¦l en los medios de comunicaci¨®n. Para entonces, ella ya se hab¨ªa casado con otro hombre y las cosas se hab¨ªan vuelto m¨¢s delirantes que en cualquier comedia de los primeros a?os de Murphy: el nuevo marido de Melanie, el productor Stephen Belafonte, tambi¨¦n era buscado por la ley, pero en su caso por matar a un pato. Tuvo que pagar una multa de 440 euros.?
A partir de aqu¨ª, la carrera de Murphy se volvi¨® a apagar. Sus intentos por seguir haciendo de s¨ª mismo (como Atrapado en un pirado, de 2008) no interesaban y sus intentos de cambio de registro (Un golpe de altura, de 2011) tampoco. Su segundo intento por ser valorado como int¨¦rprete, Mr. Church (su primera pel¨ªcula independiente y la de presupuesto m¨¢s bajo de su carrera) se sald¨® con la indiferencia del p¨²blico y malas cr¨ªticas, aunque su interpretaci¨®n fuese ensalzada por medios como Forbes.
Su cuarta resurrecci¨®n podr¨ªa llegar por Netflix, en un momento en que grandes estrellas del pasado reviven las mieles del ¨¦xito gracias a este tipo de plataformas en streaming. De su papel en Yo soy Dolemite, en la que da vida al c¨®mico de los a?os setenta Rudy Ray Moore, ya han dicho medios como The Guardian, Variety o The New York Times que se trata del mejor papel de su carrera. Lo podremos juzgar el 25 de octubre, cuando la plataforma estrene la pel¨ªcula para sus abonados.
Diez hijos m¨¢s tarde ¨Cllegaron los dos ¨²ltimos, por ahora, con su actual pareja Paige Butcher¨C, tras 85 millones de d¨®lares (71 millones de euros) de fortuna personal acumulada y una carrera que est¨¢ a punto de cumplir cuarenta a?os, Eddie Murphy sigue siendo uno de los actores m¨¢s famosos del mundo, pero a la vez un gran enigma.
?Busca el ¨¦xito financiero? ?Busca el reconocimiento? ?l parece querer saber tan poco de s¨ª mismo como su p¨²blico: no tiene redes sociales, asegura que no tiene ni ordenador en casa y, tras muchos esc¨¢ndalos, se niega a leer nada sobre s¨ª mismo en la prensa, ni siquiera las cr¨ªticas de los medios especializados. ¡°Sigo siendo yo¡±, revel¨® hace dos semanas a The New York Times con ese tono socarr¨®n y cr¨ªptico que lo caracteriza. ¡°Voy a seguir siendo todo lo que era. Y espero que algo m¨¢s¡±.
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