¡®Impeachment¡¯ por Siria
Si Ucrania no termina con Trump, en Siria ha hecho suficientes m¨¦ritos para que todos le abandonen, incluso sus amigos republicanos
Donald Trump es el primer presidente de los Estados Unidos que suscita un procedimiento de destituci¨®n en raz¨®n de sus actuaciones en la escena internacional. Clinton por sus escabrosas relaciones con una becaria, Nixon por el Watergate ¡ªel esc¨¢ndalo de espionaje al cuartel electoral del partido dem¨®crata¡ª y el remoto Andrew Johnson por la destituci¨®n de un miembro de su gabinete sin permiso del Senado, todos fueron objeto de procedimientos de impeachment ¡ªque no llegaron a buen t¨¦rmino¡ª por cuestiones de pol¨ªtica interior estadounidense.
Siendo un presidente aislacionista y proteccionista, el actual desencadennate es una conversaci¨®n telef¨®nica con el presidente de Ucrania. Trump quer¨ªa ganar las elecciones presidenciales de 2020 en Kiev, consiguiendo la persecuci¨®n de su rival dem¨®crata y ex vicepresidente Joe Biden por un presunto caso de corrupci¨®n en Ucrania. A pesar del peso abrumador de las pruebas y de los testimonios comprometedores, el partido republicano, que tiene la llave de la votaci¨®n de destituci¨®n en el Senado, mantiene su apoyo al presidente.
Siria no es Ucrania. La salida precipitada de las tropas estadounidenses, desatendiendo las recomendaciones del Pent¨¢gono, no ha suscitado la misma comprensi¨®n entre los republicanos. La decisi¨®n de Trump regala a Bachar El Assad una inesperada ventaja en la guerra civil a tres bandas que viene libr¨¢ndose desde 2011. No es ni mucho menos la victoria, ni la recuperaci¨®n del control territorial, sino una etapa m¨¢s de esta larga contienda, con nuevo reparto de cartas entre los jugadores, esas potencias regionales y mundiales que participan por procuraci¨®n en el destrozo.
Trump ha dado su luz verde a este paisaje renovado, en el que Ir¨¢n reafirma su papel hegem¨®nico, en competencia amistosa con Turqu¨ªa y belicosa con Arabia Saud¨ª, y Rusia sustituye a Estados Unidos como ¨¢rbitro. Demuestran la nueva hegemon¨ªa las expresiones de amistad recogidas por Vladimir Putin estos d¨ªas en su visita oficial a Riad y a Abu Dhabi. Tambi¨¦n es una oportunidad para el Estado Isl¨¢mico, tras la apertura de las c¨¢rceles donde estaban internados sus combatientes.
Los kurdos son los mayores perdedores. Washington los ha usado y tirado como se hace con un pa?uelo de papel. Vencieron al Estado Isl¨¢mico y han sido abandonados por Trump, a disposici¨®n de la codicia de Erdogan. Cabe identificar su reivindicaci¨®n all¨ª donde est¨¢n asentados, Ir¨¢n, Irak, Siria y Turqu¨ªa, como una excelente ecuaci¨®n entre democracia y federalismo, todo lo que repugna a los nacionalismos centralistas y autoritarios. Tiene toda la l¨®gica que Erdogan la rechaze y Trump ni siquiera la conozca.
Har¨¢n bien en esconderse y huir si pueden todos los j¨®venes que salieron a la calle en 2011 durante la primavera ¨¢rabe. Como los kurdos, en la Siria recompuesta de un Assad victorioso arriesgan de nuevo la persecuci¨®n y la muerte. Si Ucrania no termina con Trump, en Siria ha hecho suficientes m¨¦ritos para que todos le abandonen, incluso sus amigos republicanos.
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