Nadie sin hogar
El sinhogarismo crece en Espa?a sin preveci¨®n ni pol¨ªticas p¨²blicas coordinadas que nos proteja.
En el D¨ªa de las Personas sin Hogar reclamamos hoy y siempre que tenemos el derecho a un hogar, a una casa, a ese espacio necesario donde estar pero sobre todo un espacio donde ser. Esta es nuestra aspiraci¨®n irrenunciable, un derecho ya reconocido en nuestra Carta Magna.
Porque los datos sangran y las cifras denotan el aumento de las dimensiones de esta realidad. En Europa, seg¨²n datos de FEANTSA, cada noche al menos 700.000 personas duermen en la calle o en un alojamiento de emergencia, un 70% m¨¢s que hace diez a?os. Y en Espa?a, m¨¢s de 40.000 personas malviven en situaci¨®n de sin hogar diariamente.
Con frecuencia vemos que se destacan modelos de abordaje del 'sinhogarismo' de otros pa¨ªses y menospreciamos los nuestros que, hoy por hoy, acogen, vinculan, ofrecen oportunidades y devuelven a la sociedad la imagen de la dram¨¢tica realidad de esas personas. Ponemos la esperanza en Finlandia y argumentamos que all¨ª lo han conseguido. Pero antes hay que saber que el objetivo del programa finland¨¦s "La vivienda primero" (Housing First) fue crear 2.500 casas nuevas, que llegaron hasta 3.500, y que desde su lanzamiento en el 2008, la cantidad de personas sin techo con cronicidad en calle se redujo un 35%. En Helsinki, donde vive la mitad de las personas sin hogar del pa¨ªs y donde las temperaturas en invierno pueden llegar a bajar a -20 ?C, ya no se duerme en la calle. Todo un logro, por supuesto.
Espa?a no es Finlandia
Es importante recordar que Finlandia puso en marcha una estrategia nacional desde los a?os 80 y ha creado un amplio parque de vivienda de uso social para toda la ciudadan¨ªa. Ah¨ª es donde radica la verdadera soluci¨®n: en la prevenci¨®n. Adem¨¢s, cuentan con un sistema de garant¨ªa de rentas que libera a los ciudadanos de la opresi¨®n del precio de coste de la vivienda, permitiendo que con el pago de 30% de sus ingresos se cubran dichos costes. Nada m¨¢s lejos de la realidad en Espa?a. Ah¨ª es donde tenemos que aprender la lecci¨®n, no en la aplicaci¨®n m¨¢gica de un modelo, sino en una pol¨ªtica decidida, valiente y coordinada, que persiga y preserve el derecho a la vivienda para toda la ciudadan¨ªa. Espa?a no es Finlandia, pero ojal¨¢ lo fuera.
Sinhogarismo en cifras
Seg¨²n recientes resultados de encuesta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, los centros de alojamiento para personas sin hogar de Espa?a acogieron a una media de 18.001 personas diariamente durante el a?o 2018, de las que 25% (4.566) eran mujeres. Esta cifra es un 9,5% superior a la registrada en 2016. La ocupaci¨®n media alcanz¨® el 89,0%, un porcentaje elevad¨ªsimo; sin embargo, los datos de esta encuesta no captan la realidad de las personas sin hogar con formas de sinhogarismo oculto, y que tradicionalmente no son usuarias de los recursos (personas cuyas situaciones refiere la tipolog¨ªa ETHOS: personas en calle, en vivienda insegura, en vivienda inadecuada, en casas de familiares, amigos, etc.)
Cualquier pol¨ªtica que busque revertir los efectos de la exclusi¨®n residencial debe ir acompa?ada de pol¨ªticas preventivas que detengan el flujo de personas hacia el 'sinhogarismo'. No podemos actuar solo ante la emergencia o limitarnos a trabajar pensando en c¨®mo sacar a las personas que ahora est¨¢n en la calle, porque ma?ana llegar¨¢n m¨¢s. Por lo tanto, hay que detectar las situaciones de riesgo, y mantener una fuerte coordinaci¨®n entre los servicios sociales, los sanitarios, las agencias p¨²blicas de vivienda, los actores privados y asociativos, as¨ª como los niveles local y nacional de la Administraci¨®n p¨²blica para que nadie quede atr¨¢s, para que nadie llegue a la calle. Todo esto supone mimar, cuidar los procesos y las personas, una a una.
Necesitamos una mirada global y multifactorial con voluntad y pol¨ªticas p¨²blicas para enfrentar el problema de acceso a la vivienda y la exclusi¨®n residencial. Necesitamos combatir la precariedad laboral y salarial, el dise?o de una fiscalidad que garantice equidad y bienestar, abordar la falta de protecci¨®n social. Es necesario poner soluciones al desbordamiento de los servicios sociales y a la falta de coordinaci¨®n entre administraciones p¨²blicas. En nuestro pa¨ªs, falta un parque p¨²blico de vivienda de alquiler social adecuado.
Por otra parte, es fundamental abordar en nuestras ciudades el reto de la movilidad humana, de la acogida a personas que huyen de sus pa¨ªses y necesitan ser acogidos de manera segura. De lo contrario, la respuesta al sinhogarismo estar¨¢ incompleta.
Como se habr¨¢n dado cuenta, ya no estamos hablando de personas sin hogar, hablamos de la vida de todos y todas, de c¨®mo estructuramos y organizamos nuestra sociedad. Hablamos de los pilares que la construyen y los muros que la sostienen. Si no construimos una casa fuerte, se nos caer¨¢.
Elena Ayuso es secretaria t¨¦cnica de Faciam, entidad de car¨¢cter estatal para la atenci¨®n a personas sin hogar, formada por 10 entidades con implantaci¨®n en las Comunidades Aut¨®nomas de Madrid, Asturias, Arag¨®n y Galicia.
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