Venezuela: la agresi¨®n que no es noticia
Parecen no preocuparse en Europa por las secuelas inhumanas de las medidas coercitivas unilaterales que ha impuesto la Administraci¨®n Trump contra la sociedad venezolana
En los medios de comunicaci¨®n europeos muchos son los titulares, informaciones, mitos y leyendas sobre Venezuela. En casi todos los casos, parece haber una orden editorial muy clara: todos los d¨ªas algo ha de decirse sobre Venezuela, sobre Nicol¨¢s Maduro; en los medios m¨¢s conservadores, adem¨¢s, la orden es ser inclementes, no importa cu¨¢n lejana est¨¦ la informaci¨®n de la verdad, no importan sus or¨ªgenes, fuentes, ni verificaciones de rigor. Y all¨ª, las armas m¨¢s arteras son los sustantivos y adjetivos que configuran en s¨ª mismos la ¨²nica versi¨®n que quieren ofrecerle a sus usuarios: dictadura, tiran¨ªa, narcotraficantes, carteles, corrupci¨®n, sufrimiento, antidemocr¨¢tico, indolentes, mafiosos, asesinos, comunistas, y pare usted de contar.
Poco, o nada, se dice en medios europeos sobre la ra¨ªz de las turbulencias pol¨ªticas y econ¨®micas en Venezuela: la evidente pugna hist¨®rica entre la burgues¨ªa venezolana, sometida a los intereses de Washington para retomar el poder de la mayor reserva de petr¨®leo del planeta, versus la revoluci¨®n bolivariana, que desde hace 20 a?os se ha dedicado a reinvertir las riquezas de la industria energ¨¦tica del pa¨ªs en las necesidades m¨¢s sentidas de las mayor¨ªas y no en los bolsillos de la antigua plutocracia.
Parecen no preocuparse en Europa por las secuelas inhumanas de las medidas coercitivas unilaterales que ha impuesto la Administraci¨®n Trump contra la sociedad venezolana. Err¨®nea y frecuentemente conocidas como ¡°sanciones¡±, estas medidas ilegales han supuesto la m¨¢s grotesca violaci¨®n de derechos humanos, con impacto directo en 30 millones de personas. Su objetivo, impedir o dificultar que el Estado, principal fuerza econ¨®mica redistribuidora de renta en el pa¨ªs, pueda hacer uso del sistema financiero internacional para proveer a los venezolanos de alimentos, medicinas, productos b¨¢sicos, garantizar el correcto mantenimiento de la infraestructura de servicios p¨²blicos y privados; mientras que la otra arista de esta in¨¦dita agresi¨®n con etiqueta de terrorismo econ¨®mico internacional impacta severamente las capacidades productivas del pa¨ªs, ataca especialmente a la industria petrolera, fuente principal del ingreso nacional y pretende hacer colapsar la econom¨ªa en su conjunto.
Desde Washington han confesado abiertamente que ¡°sus sanciones¡± tienen como objetivo someter al pueblo a las circunstancias m¨¢s crueles, para que se cumpla con su voluntad intervencionista de cambio de r¨¦gimen. Tampoco es com¨²n leer en medios y redes corporativas de Europa que ha sido un sector de la oposici¨®n venezolana, actuando cual quinta columna y al servicio del Gobierno norteamericano, el que ha activado todas las v¨ªas ilegales, y hasta criminales: violencia pol¨ªtica, intento de golpe de Estado continuado, violencia paramilitar, intentos de magnicidio, entrega de activos de la Rep¨²blica en el exterior, conato gobierno paralelo autoproclamado, solicitud de sanciones y lobby internacional para garantizar la eficacia de la agresi¨®n contra su propio pueblo. Estos dirigentes opositores suelen m¨¢s bien recibir un solidario tratamiento medi¨¢tico como connotados y victimizados luchadores por la democracia y la libertad de Venezuela. Cosas veredes, querido Sancho...
Surgen entonces preguntas necesarias: ?Los ciudadanos europeos son informados con imparcialidad sobre Venezuela? ?Tiene alguna importancia que pacientes con enfermedades cr¨®nicas, en las que el factor tiempo es determinante, no puedan ser tratados oportunamente por el bloqueo financiero? ?Significa algo para esos medios que las medidas o sanciones genocidas de EE UU vayan dirigidas a las empresas que proveen de alimentos a Venezuela? ?Puede ser noticia que la infraestructura de servicios p¨²blicos y hospitalarios se ve afectada por la negativa de las casas matrices a suministrar partes y piezas, o a cumplir con los protocolos de mantenimiento? ?Podr¨ªa tener repercusi¨®n medi¨¢tica que a pesar de toda la agresi¨®n multiforme, el Estado venezolano no ha privatizado la salud, la educaci¨®n, no ha cerrado escuelas, universidades, no ha dejado de entregar viviendas, de otorgarle pensiones a los abuelos y ha renovado y tecnificado su robusto sistema de pol¨ªticas sociales? Tal vez pueda ser titular de primera p¨¢gina el robo de 30.000 millones de euros en dinero, oro y activos del Estado venezolano. Buena parte de esos recursos, por cierto, est¨¢n bloqueados en bancos europeos.
?Se conocen en Europa los centenares de llamados y esfuerzos del presidente Maduro por la buena salud del di¨¢logo nacional, a pesar de los ataques y campa?as personalizadas contra ¨¦l y su familia? ?Acaso en 2017 fue noticia que la elecci¨®n de la Asamblea Nacional Constituyente logr¨® detener la violencia pol¨ªtica desatada y financiada desde Estados Unidos durante meses? Es decir, el ¡°dictador¡± neutraliz¨® la violencia, con democracia y el pueblo le acompa?¨® en ese reto. ?Existe inter¨¦s sincero en el bienestar de los m¨¢s de 2 millones de europeos y sus descendientes que viven y trabajan en Venezuela? ?Se ha destacado la relaci¨®n entre la migraci¨®n econ¨®mica de venezolanos y las sanciones? Jam¨¢s hemos le¨ªdo que se refieran en agencias o prensa europea a que, en un gesto elevado de diplomacia de paz y di¨¢logo, el presidente Maduro ha aceptado y promovido la permanencia en Venezuela de diplom¨¢ticos del m¨¢s alto nivel de Gobiernos de la Uni¨®n Europea que le desconocieron en febrero como jefe de Estado y Gobierno.
Es una verdad del tama?o de una catedral que la agresi¨®n inhumana contra la econom¨ªa venezolana genera dificultades, sufrimiento e incluso muerte. Ya son varios los estudios independientes que as¨ª lo confirman. Desde el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, tanto su alta comisionada, como el relator especial sobre el impacto de las medidas coercitivas unilaterales, han manifestado su preocupaci¨®n por las consecuencias devastadoras de ¨¦sta pol¨ªtica estadounidense en el disfrute y garant¨ªa de los derechos humanos. Las amenazas de Donald Trump con el uso de la fuerza militar contra Venezuela o la reactivaci¨®n de vetustos tratados militares regionales para atacar al pa¨ªs, apenas son rese?ados por los medios en Europa.
Los venezolanos y venezolanas queremos paz, estabilidad pol¨ªtica, econ¨®mica y respeto a nuestros asuntos internos. El ¨¦xito de los procesos de di¨¢logo en marcha se alcanzar¨¢ en la medida en que cese la agresi¨®n econ¨®mica, pol¨ªtica e informativa, as¨ª como las interferencias directas de algunos gobiernos en asuntos exclusivos del pueblo venezolano. El Gobierno Bolivariano seguir¨¢ adelante, gobernando con el pueblo y respetando la Constituci¨®n. Para desmontar el cerco medi¨¢tico que se cierne sobre Venezuela es necesario tambi¨¦n que se escuchen todas las voces.
Jorge Arreaza?es canciller de Venezuela.
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