Transmitir seguridad en dos minutos

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¡ªYa no se puede. Ya no se puede vivir. Ya no se puede vivir sin rejas, sin alarmas, sin seguridad. Ya vivimos como presos¡­

¡ªHay otros que eligen creer en su ciudad y confiar en su gente. Por suerte algo est¨¢ cambiando. S¨¦ que mi ciudad es el ¨²nico lugar del mundo donde puedes darte cuenta que lo ¨²nico que genera miedo es la falta de libertad.

As¨ª comienza el di¨¢logo del corto Libre-mente, ganador de la categor¨ªa Minutos del festival colombiano SmartFilms, que premia trabajos audiovisuales grabados con dispositivos m¨®viles (tel¨¦fonos o tabletas) en pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe.

Con en torno al 8% de la poblaci¨®n mundial, esta regi¨®n concentr¨® en 2018 el 40% de los homicidios, es decir, unos 200.000. La convocatoria, patrocinada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), propon¨ªa desarrollar historias de dos minutos que trabajaran sobre el concepto ¡°yo no tengo miedo de disfrutar de mi ciudad¡±.

En total se recibieron 200 trabajos de diferentes pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe. El jurado seleccion¨® a la ganadora, Agustina Vinconti, procedente de Uruguay y que recibir¨¢ 20 millones de pesos colombianos (equivalente a unos 5.300 euros), y diez finalistas de Bolivia, Colombia, Ecuador y M¨¦xico. ¡°Hemos tenido una acogida bastante importante y el compromiso de los participantes fue maravilloso¡±, afirman desde el certamen.

¡°En los ¨²ltimos a?os, la regi¨®n ha invertido mucho esfuerzo en mejorar la prevenci¨®n del crimen, actualizar la justicia, modernizar la polic¨ªa, fortalecer la reinserci¨®n¡­ Con esta propuesta, quer¨ªamos entender c¨®mo los ciudadanos est¨¢n percibiendo que las calles son cada vez m¨¢s seguras e identificar soluciones que muchas veces nacen desde la creatividad y las iniciativas populares¡±, asegura Nathalie Alvarado, coordinadora del Cl¨²ster de Seguridad Ciudadana y Justicia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Para Alvarado, tanto el corto ganador como el primer finalista muestran el protagonismo de los propios moradores para construir urbes seguras.

En el primer caso, Libre-mente, un di¨¢logo a dos voces contrapone el miedo, que encierra, con una perspectiva m¨¢s optimista y constructiva: ¡°Pero tambi¨¦n en tu ciudad pasan cosas malas. Negar lo malo es tan in¨²til como negar lo bueno. Es tambi¨¦n como negar que las cosas mejoran. Pero todo eso en mi ciudad se ense?a. Aqu¨ª se ense?a que las segundas oportunidades existen; las terceras¡­ Y a veces infinitas. En mi ciudad la gente sabe que con su libertad, cargan con la responsabilidad de ense?ar¡± dice el guion.

No debemos esperar a que el Estado nos solucione el problema, ni tampoco tomar la justicia por nuestra mano

¡°Nuestro planteamiento es demostrar que, muchas veces, la inseguridad est¨¢ sobre todo en la mente¡±, explica Visconti desde la capital uruguaya, donde naci¨® en 1990 y donde contin¨²a residiendo. Como ejemplo, plantea c¨®mo la seguridad ha sido un tema fundamental en la campa?a de las recientes elecciones presidenciales en su pa¨ªs. ¡°En verdad, creo que no hay tanta violencia, es m¨¢s la sensaci¨®n de la gente; es un tema muy presente¡±, considera.

Por eso, el colectivo audiovisual en el que participa Visconti, que trabaja en otra ¨¢rea pero aspira a desarrollarse profesionalmente en este ¨¢mbito, se sinti¨® atra¨ªdo por la convocatoria SmartFilms Minutos. ¡°Nos gust¨® la consigna, es un tema del que se habla mucho, que importa¡±, detalla. Para Alvarado, el mensaje de su corto es ¡°muy b¨¢sico y, a la vez, muy poderoso: que el sentirte libre, el sentirte seguro, es una tarea de todos los ciudadanos¡±.

En la misma l¨ªnea se pronuncia la coordinadora de Seguridad del BID sobre el corto designado primer finalista, que cuenta la historia de una ni?a que tiene que cruzar todos los d¨ªas un puente muy oscuro y peligroso. ¡°Es un puente real que est¨¢ cerca de donde yo viv¨ªa de peque?o y, aunque no ten¨ªa que cruzarlo, solo pasaba por el lado porque me daba miedo¡±, comenta N¨ªcolas Dur¨¢n (Bucaramanda, 1983), el director del corto. ¡°En Colombia, como en muchos pa¨ªses latinoamericanos, hay mucha sensaci¨®n de desesperanza, de culpar al Estado de los problemas, y quer¨ªa contar una historia en la que las peque?as soluciones transforman la sociedad¡±, indica.

Y lo hizo en 23 Segundos, el nombre del corto inspirado en el tiempo que Sara, de 10 a?os, tarda en cruzar la espeluznante pasarela. ¡°23 segundos a oscuras, enfrent¨¢ndome al peligro y con solo una luz¡±, plantea la ni?a, portando una peque?a linterna frontal mientras pedalea asustada. Pero, poco despu¨¦s, a Sara le ¡°ilumina el bombillo¡± y se lanza a pedir ayuda a los vecinos para dotar de luz al puente. ¡°Se trata de transmitir que entre todos podemos contribuir a mejorar la seguridad. No debemos esperar a que el Estado nos solucione el problema, ni tampoco tomar la justicia por nuestra mano, como sugiere un vecino (¡°eso tan peque?o no sirve para nada¡±, responde cuando Sara le pide un bombillo); sino hacer nuestro poquito¡±, detalla Dur¨¢n. ¡°El corto es una met¨¢fora: Cada uno somos una luz que puede cambiar las circunstancias¡±.

El director colombiano explica que, aunque ahora el puente est¨¢ m¨¢s iluminado, a¨²n es identificado con inseguridad, especialmente en el pasado reciente. ¡°Justo un taxista me contaba que ¨¦l antes trabajaba como polic¨ªa y que le tocaba vigilar esa zona, y recuerda que sol¨ªa haber robos ah¨ª¡±, recuerda. Un estudio en la ciudad de Nueva York mostr¨® que alumbrar las calles puede reducir hasta un 36% la tasa de criminalidad en periodos nocturnos y al aire libre. ¡°Los esfuerzos por mejorar el alumbrado p¨²blico son una intervenci¨®n ambiental de bajo coste que evita delitos¡±, afirma Patricio Dom¨ªnguez, economista del BID, en una declaraci¨®n recogida en 23 Segundos, que obtuvo una menci¨®n de honor, aparte de una nominaci¨®n a mejor actriz para Sara, la protagonista.

Alvarado destaca, adem¨¢s, que de nuevo se replica la idea de que ¡°la soluci¨®n a la seguridad est¨¢ en manos de todos¡±: ¡°Si bien una ni?a con un bombillo no puede cambiar las cosas, si todos los vecinos se juntan y cada uno aporta un bombillo, el puente deja de ser un punto negro¡±. En Libre-mente, esa responsabilidad colectiva se define como el ¨²nico camino hacia la libertad: ¡°Hay gente que ense?a que el miedo solo genera m¨¢s miedo y que, si la mente es libre, las fronteras no existen. Y si las fronteras no existen, mi ciudad se convierte en tu ciudad. Y tu ciudad, ya ver¨¢s, es un lugar hermoso para ser libre¡±.

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