Ali MacGraw, una historia de amor entre dos mitos de Hollywood
Dos pel¨ªculas marcaron a la actriz: 'Love Story' por la que conoci¨® a su segundo marido, el poderoso productor recientemente fallecido Robert Evans, y 'La huida', que la uni¨® al tormentoso actor Steve McQueen
Hollywood, el m¨ªtico, se movi¨® a golpe de pasiones, profesionales y sentimentales. En la vida de la actriz Ali MacGraw se entrelazan todas ellas: la pasi¨®n por el cine y la de experimentar el amor hasta el l¨ªmite de las renuncias personales. En 1960, reci¨¦n licenciada en la universidad lleg¨® su primera pasi¨®n: la moda. Trabaj¨® con Diana Vreeland, la poderosa editora de la revista Harper's Baazar y despu¨¦s como asistente del fot¨®grafo Melvin Sokolsky, Se cas¨® con Robin Hoen en una uni¨®n que dur¨® poco m¨¢s de un a?o y en 1966 Chanel llam¨® a su puerta y utiliz¨® su imagen para lanzar una l¨ªnea de productos de ba?o que hizo visible su elegante belleza a los productores de cine. Su primer trabajo, Goodbye Columbus (Complicidad sexual) le vali¨® un Globo de Oro y un Bafta como actriz revelaci¨®n. Y, desde entonces, se instal¨® en ella una nueva pasi¨®n, el cine, de la que derivaron las dos historias de amor con dos mitos de Hollywood que marcaron su vida.
Los guiones de pel¨ªculas no paraban de llegar a sus manos y ella encontr¨® uno que le gust¨® y que, adem¨¢s, era de un amigo de su ¨¦poca como estudiante en Harvard. El guionista se llamaba Erich Segal y la historia que hab¨ªa escrito Love Story. Hab¨ªa que buscar un productor y uno de los nombres que no faltaban en las listas de la ¨¦poca era el de Robert Evans, un actor mediocre reconvertido en productor que en ese momento era quien estaba al frente de los estudios Paramount.?
Bob Evans era el prototipo del ¨¦xito y de hombre hecho a s¨ª mismo. Lo intent¨® primero como actor pero ¨¦l mismo se dio cuenta que era tirando a malo y que pese a su planta, s¨ª quer¨ªa ser astro de la pantalla deb¨ªa intentarlo por otros derroteros. El dinero que obtuvo de la venta de una empresa textil le proporcion¨® la llave para seguir en el mundo del cine como productor y su jugada consisti¨® en comprar historias, lo que consideraba la base para hacer buenas pel¨ªculas. Adquiri¨® por 50.000 d¨®lares los derechos de El Detective y negoci¨® con Fox para hacer varias pel¨ªculas con ellos. ?l, que ya llevaba una intensa vida amorosa a sus espaldas, cre¨ªa en los golpes de suerte y lleg¨® uno en forma de entrevista. Era atractivo, ambicioso y perfecto para ser erigido como el nuevo prototipo de productor que necesitaba la industria. Evans consigui¨® un art¨ªculo en The New York Times y de paso una oferta para convertirse en el jefe de producci¨®n de los estudios Paramount que no viv¨ªa uno de sus mejores momentos.
Llegaron los ¨¦xitos ¨CLa extra?a pareja, La semilla del diablo, Descalzos en el parque¨C y tambi¨¦n Ali McGraw con su rostro et¨¦reo y su gui¨®n de Love Story bajo el brazo. Hubo pel¨ªcula y tambi¨¦n una apasionada atracci¨®n sexual que comenz¨® en Woodland, la casa llena de eucaliptos y rosales que hab¨ªa pertenecido a Greta Garbo, y acab¨® en matrimonio el 24 de octubre de 1969 y en borrachera de Dom Perignon en el jard¨ªn de los mismos juzgados donde se hab¨ªan casado. Se prometieron amor eterno mientras ella rodaba la pel¨ªcula rom¨¢ntica que hizo llorar a medio mundo. Pero que Paramount no terminara de alzar el vuelo hizo que Bob Evans olvidara su promesa de no dejarla nunca y se volcara en otro proyecto que part¨ªa de un borrador de apenas 30 p¨¢ginas de una novela titulada Mafia, de un tal Mario Puzo, y que acab¨® convirti¨¦ndose en El Padrino.?
Love Story, seg¨²n su productor no se estren¨®, "estall¨®" en las Navidades de 1970 y la pareja vivi¨® su ¨¦xito esperando la llegada de su ¨²nico hijo en com¨²n, Joshua, que naci¨® en enero de 1971. Evans estaba exultante, se sent¨ªa el hombre con m¨¢s suerte del mundo y de repente se despist¨® y acab¨® su racha. Convenci¨® a su esposa para aceptar el papel de una pel¨ªcula alejada de sus registros rom¨¢nticos cuando ella quer¨ªa seguir al lado de su hijo y Ali MacGraw comenz¨® el rodaje de La huida junto a otro mito, pero esta vez de los que levantaban pasiones en la gran pantalla: Steve McQueen. El matrimonio acudi¨® unido al estreno de El Padrino?en marzo de 1972 y ella volvi¨® a Texas para seguir rodando La huida; poco despu¨¦s, el romance de su esposa con McQueen explot¨® como lo hab¨ªa hecho la pel¨ªcula que hab¨ªa unido a la pareja. Evans se culp¨® de la ruptura: "Texas estaba a una hora y cuarenta minutos de un vuelo que nunca hice hasta que la infidelidad me hizo moverme. Fue mi culpa. Incumpl¨ª la promesa de no dejarla nunca y me sumerg¨ª en El Padrino". Ali le eximi¨® afirmando que el flechazo con McQueen fue inmediato.?
McQueen ten¨ªa ¨¦xito, era endiabladamente guapo y tambi¨¦n un alma atormentada. Su madre le hab¨ªa abandonado varias veces, hab¨ªa estado en un reformatorio a los 14 a?os, vivi¨® como un vagabundo y pas¨® por el ej¨¦rcito antes de encontrar en su camino la interpretaci¨®n. ?l era infiel, machista y con arranques violentos, pero su atracci¨®n era tan fuerte que enseguida comenzaron a convivir junto con Joshua, el hijo de Ali, y Chad, el de McQueen. El actor consigui¨® que ella abandonara su carrera y aunque nunca le fue infiel, los celos de ¨¦l, que s¨ª lo era de forma compulsiva, la convirtieron en sumisa y permisiva. Para mayor desgracia el alcohol y las drogas tambi¨¦n formaban parte de su vida diaria. Ali MacGraw tard¨® en reaccionar pero lo hizo. Cinco a?os despu¨¦s del flechazo que los uni¨® decidi¨® volver al cine con Convoy y Steve McQueen la ech¨® de casa casi sin dinero propio y con una carrera que deb¨ªa reconstruir. Nunca volvi¨® a coger la velocidad de crucero que ten¨ªa cuando conoci¨® al atormentado actor. Era 1978, el mismo a?o en el que pocos meses despu¨¦s McQueen recibi¨® la noticia de que estaba enfermo de c¨¢ncer. Muri¨® en 1980 con 50 a?os.
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