La sangre del revolucionario Marat desvela su agon¨ªa 200 a?os despu¨¦s

El a?o pasado, un equipo de cient¨ªficos entr¨® en la Biblioteca Nacional de Francia en busca de una p¨¢gina de peri¨®dico ensangrentada. En ella esperaban encontrar la respuesta a un enigma que ha rondado las mentes de m¨¦dicos y cient¨ªficos durante d¨¦cadas: ?qu¨¦ horrible enfermedad de la piel oblig¨® al revolucionario jacobino Jean-Paul Marat a vivir dentro de una ba?era de aguas calmantes donde, en julio de 1793, fue apu?alado hasta la muerte por una mujer llamada Charlotte Corday?

El d¨ªa de su muerte, Marat le¨ªa El amigo del pueblo, el peri¨®dico que ¨¦l mismo escrib¨ªa y dirig¨ªa. Le hab¨ªa concedido una entrevista a Corday ¡ªuna conservadora encubierta¡ª y en ese momento enumeraba para ella la lista de sus peores enemigos. La mujer le apu?al¨® por sorpresa debajo de la clav¨ªcula derecha, una herida mortal que le seccion¨® la aorta y perfor¨® el pulm¨®n. Los m¨¢rgenes del peri¨®dico quedaron cubiertos de sangre.

La hermana de Marat guard¨® los papeles, que desde entonces pasaron por la mano de varios coleccionistas privados hasta ser donados a la Biblioteca Nacional, en Par¨ªs. Los investigadores pasaron un bastoncillo con punta de algod¨®n tanto por la parte ensangrentada como por otra esquina sin manchas. Las muestras se enviaron al despacho de Carles Lalueza-Fox, genetista del CSIC en el instituto de Biolog¨ªa Evolutiva de Barcelona y uno de los mayores expertos del mundo en recuperar ADN antiguo.

Marat fue uno de los pol¨ªticos y periodistas revolucionarios m¨¢s feroces y c¨¦lebres. Tambi¨¦n era m¨¦dico y public¨® varios libros sobre ciencia. ?l mismo relat¨® que la enfermedad de la piel le comenz¨® en las ingles y se extendi¨® despu¨¦s por todo el cuerpo caus¨¢ndole terribles picores y dolorosas ¨²lceras que solo consegu¨ªa aliviar en la ba?era, donde dispuso una tabla como escritorio para continuar llenando las p¨¢ginas de su peri¨®dico. El revolucionario pensaba que hab¨ªa contra¨ªdo su mal en las alcantarillas de Par¨ªs, donde tuvo que refugiarse de sus enemigos pol¨ªticos en pleno reinado del terror revolucionario.

Corday fue ajusticiada unos d¨ªas despu¨¦s del asesinato y Marat pas¨® a ser un m¨¢rtir. El pintor jacobino Jacques-Louis David le inmortaliz¨® en una obra maestra considerada la piedad laica de la Revoluci¨®n Francesa. Su cuerpo fue enterrado con honores en el Pante¨®n, pero en 1795, pasado el furor revolucionario, sacaron de all¨ª su cad¨¢ver y desde entonces sus restos est¨¢n en paradero desconocido. La sangre seca en El amigo del pueblo es ¡°probablemente¡± el ¨²nico material biol¨®gico que queda de ¨¦l, explica Lalueza-Fox.

Tras un a?o de trabajo, su equipo acaba de publicar los resultados del an¨¢lisis gen¨¦tico en el repositorio p¨²blico Biorxiv. Han recuperado m¨¢s de 500 millones de secuencias de ADN. 72 millones son humanas y la mayor¨ªa pertenecen a Marat.?Este es el ADN m¨¢s antiguo que se ha recuperado de un documento de papel, resalta el estudio. Los investigadores han conseguido reconstruir su genoma mitocondrial y parte del nuclear y han confirmado detalles de su ¨¢rbol geneal¨®gico, como la procedencia de sus padres: una francesa y un sardo.

Sin embargo, lo m¨¢s interesante est¨¢ en las secuencias no humanas. Los investigadores han encontrado ADN de virus, bacterias y hongos en la sangre. Es muy probable que una muestra tan antigua que pas¨® por tantas manos tenga contaminaci¨®n tanto de la ¨¦poca como actual. Para minimizarla, los investigadores han comparado el ADN de la esquina manchada con otra limpia en la misma p¨¢gina.

No se ha hallado rastro ni de s¨ªfilis, lepra, escr¨®fula provocada por la bacteria de la tuberculosis, candidiasis debida a la diabetes o sarna, las enfermedades que desde la muerte de Marat le han atribuido diferentes investigadores. Seg¨²n el an¨¢lisis del equipo espa?ol es imposible saber qu¨¦ enfermedad era la culpable, pero s¨ª se?alan al principal sospechoso: Malassezia restricta, un hongo que provoca dermatitis seborreica, otra de las hipot¨¦ticas dolencias de Marat.

¡°Este hongo habita solo en la piel humana, es extra?¨ªsimo encontrarlo en los documentos antiguos y su ADN nos dice que es una variante no actual, sino que puede ser de hace unos 200 a?os¡±, explica Lalueza-Fox. ¡°En aquella ¨¦poca no hab¨ªa tratamientos contra esta infecci¨®n, as¨ª que si llevaba tres a?os sufri¨¦ndola es posible que el hongo hubiese llegado a la sangre provocando inmunodepresi¨®n y sepsis. Si es as¨ª, Marat habr¨ªa muerto en pocas semanas si no hubieran asesinado¡±, resalta.

El equipo ha hallado otros dos microbios cuyo ADN tambi¨¦n indica que pueden ser de la ¨¦poca: Staphylococcus aureus, que causa eczema, y la bacteria del acn¨¦. Estas infecciones secundarias podr¨ªan haber contribuido a la comez¨®n que persigui¨® al revolucionario hasta su muerte.

En un caso de gen¨¦tica forense con muestras de hace 226 a?os es l¨®gico que haya cabos sueltos. Antonio Alonso, director del Instituto de Ciencias Forenses, explica que ¡°el principal problema es que no hay ning¨²n an¨¢lisis gen¨¦tico comparativo de familiares para demostrar que se trata de una muestra de sangre de Marat¡±. ¡°Por otro lado, el m¨¦todo de muestreo mediante hisopo es muy poco eficiente en comparaci¨®n con realizar un recorte de la mancha para extraer ADN, pero es l¨®gico que esto se ha evitado para conservar intacto el peri¨®dico¡±.

¡°Este caso es conocid¨ªsimo entre los dermat¨®logos, se explica en los libros de texto¡±, explica Ra¨²l de Lucas, jefe de dermatolog¨ªa pedi¨¢trica del hospital La Paz, en Madrid. ¡°Por los s¨ªntomas y su gravedad creemos que se trataba de un linfoma cut¨¢neo [un c¨¢ncer de los gl¨®bulos blancos poco com¨²n]. El hongo que se ha hallado no deber¨ªa poder extenderse por todo el cuerpo ni llegar a matar a nadie, incluso en esa ¨¦poca, a no ser que Marat sufriese una inmunodeficiencia, lo que es posible¡±, opina.

Hay una forma de continuar la investigaci¨®n: localizar otro de los papeles ensangrentados que Marat ten¨ªa en su ba?era el d¨ªa que lo mataron. ¡°Sabemos que existe y que su due?o es un lord ingl¨¦s, pero a¨²n no le hemos contactado¡±, explica Lalueza.