Ciudades en riesgo
Un estudio mide tres categor¨ªas de riesgos clim¨¢ticos, inundaciones, calor extremo y sequ¨ªa, en 620 ciudades de todo el mundo, entre ellas Barcelona, Murcia y Valencia

La emergencia clim¨¢tica representa una grave amenaza para las ciudades de todo el planeta. El mundo ya se ha calentado un grado cent¨ªgrado por encima de los niveles pre-industriales e incluso con medidas dr¨¢sticas para limitar el calentamiento adicional, los riesgos seguir¨¢n manifest¨¢ndose en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Tal y como auguran los pron¨®sticos, en los pr¨®ximos 30 a?os, unos 70 millones de personas se trasladar¨¢n a zonas urbanas cada a?o; es decir, en 2050, dos tercios de la poblaci¨®n mundial vivir¨¢n en ciudades.
Hoy por hoy, los impactos del clima ya son palpables y cada vez m¨¢s, sin control alguno, el clima someter¨¢ tanto a peque?as poblaciones como grandes ciudades a riesgos incalculables, empujar¨¢ a los servicios que casi est¨¢n al borde del colapso y socavar¨¢ los esfuerzos de los gobiernos locales para proteger a sus ciudadanos. Pero, ?c¨®mo se controla y gestiona esta situaci¨®n?
El primer paso para poder gestionar este riesgo es medirlo. Y en este sentido, la oeneg¨¦ CDP (Carbon Disclosure Project) ha sido la encargada de medir el impacto ambiental y clim¨¢tico de distintas ciudades a nivel global. En su ¨²ltimo informe ¡°Ciudades en Riesgo¡± se han establecido 3 categor¨ªas de riesgos clim¨¢ticos (inundaciones, calor extremo y sequ¨ªa) donde se han analizado los datos clim¨¢ticos y ambientales facilitados por 620 ciudades, entre ellas Barcelona, Murcia y Valencia.
Adem¨¢s del informe, CDP ha elaborado un mapa interactivo que muestra cada una de estas ciudades junto con una ¡°puntuaci¨®n de riesgo¡±, calculada multiplicando el n¨²mero de riesgos reportados por la severidad reportada (siendo 1: menos severa, 2: severa, 3: extremadamente severa). Observando el mapa, cuanto m¨¢s oscura sea la trama, mayor ser¨¢ la ¡°puntuaci¨®n de riesgo". Esto indica que una ciudad puede estar en alto riesgo, pero tambi¨¦n demuestra que dicha ciudad est¨¢ midiendo a fondo sus riesgos, y por lo tanto est¨¢ mejor situada para gestionarlos. El conjunto de datos completo utilizado para crear este informe se puede encontrar en el Portal de Datos Abierto.

Tal como este estudio indica, muchas ciudades han reportado los riesgos que sufren a corto plazo, totalmente en consonancia con experiencias que se est¨¢n presenciando en todo el mundo. Sin embargo, con un claro consenso cient¨ªfico sobre los crecientes impactos de la emergencia clim¨¢tica, se puede apreciar que estas mismas ciudades est¨¢n actualmente subestimando su vulnerabilidad futura.
HILO [1/4] A partir de 2050 se inundar¨¢n cada a?o zonas costeras en las que viven 300 millones de personas. La raz¨®n: el aumento del nivel del mar por la crisis clim¨¢tica. Si las ciudades no quieren desaparecer, tendr¨¢n que recurrir a diques y muros https://t.co/JvbGizCbUT pic.twitter.com/34at9FlRuK
— EL PA?S (@el_pais) October 29, 2019
Con el fin de manejar esta situaci¨®n, expertos sugieren que, en primer lugar, las ciudades lleven a cabo una evaluaci¨®n exhaustiva de la vulnerabilidad para comprender sus riesgos clim¨¢ticos tanto en la actualidad como a largo plazo. Un dato interesante es que solo el 46 % de las ciudades han completado las evaluaciones de vulnerabilidad. Tal como se indica en este informe, las ciudades con evaluaciones de vulnerabilidad tienen m¨¢s del doble (2,7 veces) de probabilidades de informar sobre las amenazas a largo plazo, y est¨¢n tomando casi 6 veces (5,7 veces) la cantidad de medidas de adaptaci¨®n en comparaci¨®n con las ciudades que no han realizado estas evaluaciones.
Adem¨¢s, este documento recalca la importancia de los responsables que formulan las pol¨ªticas urbanas ya que esto puede proporcionar muchos beneficios colaterales, haciendo que las ciudades sean lugares m¨¢s saludables tanto para vivir como trabajar. Los datos aportados por CDP indican que muchas ciudades ya aportan pol¨ªticas para aumentar su resiliencia, siendo las acciones m¨¢s destacadas el mapeo de inundaciones (167 ciudades), la gesti¨®n de la crisis (126 ciudades), la participaci¨®n de la ciudadan¨ªa (106 ciudades), la plantaci¨®n de ¨¢rboles y naturalizaci¨®n de la ciudad (99 ciudades), as¨ª como la planificaci¨®n a largo plazo (88 ciudades).
Aun as¨ª, desde CDP urgen la necesidad de invertir en proyectos de gran impacto y a largo plazo, que incluyan inversi¨®n en infraestructuras resilientes y soluciones centradas en la naturaleza. Al postergar la puesta en marcha de estos proyectos, las ciudades no estar¨ªan planificando plenamente su futuro.
Entre las conclusiones del informe podemos destacar que:
- Ciudades como Barcelona, Murcia y Valencia ya est¨¢n experimentando los impactos del clima como el 85 % de las ciudades que han aportado sus datos.
- Los cinco principales peligros a lo que ya nos enfrentamos son las inundaciones repentinas o superficiales, las olas de calor, las fuertes tormentas, d¨ªas extremadamente calurosos y las sequ¨ªas.
- Solo el 46 % de las ciudades han realizado valoraciones de vulnerabilidad.
- Es el doble de probable que las ciudades que han realizado evaluaciones informen de riesgos a largo plazo y, estas ciudades est¨¢n llevando a cabo seis veces m¨¢s acciones de adaptaci¨®n.
- Las ciudades no informan de los riesgos a largo plazo, pero se espera que el 42 % de estos riesgos ocurran a corto plazo, comparado al solo 11 % a largo plazo.
Es vital que las ciudades act¨²en para aumentar la resiliencia y proteger a la poblaci¨®n de los impactos y efectos del clima. El primer paso es que las ciudades comprendan sus vulnerabilidades. Todas las ciudades deber¨ªan llevar a cabo evaluaciones completas de la vulnerabilidad que no solo eval¨²en los riesgos actuales, sino tambi¨¦n los que se espera que afecten en los pr¨®ximos a?os y d¨¦cadas.
Solo entonces las ciudades podr¨¢n planificar las acciones adecuadas y asegurarse de que est¨¢n invirtiendo en la infraestructura del futuro; una infraestructura que no agrave sino que pueda resistir la prueba del tiempo en la nueva normalidad provocada por la peligrosa emergencia clim¨¢tica.
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