El viaje que te salva la vida y te vuelve pobre
En nuestro mundo capitalista, hasta migrar es clasista.
Am¨ªn lleg¨® a Barcelona con lo puesto, literalmente, en enero de 2019, casi dos a?os y medio despu¨¦s de abandonar su pa¨ªs. Afganist¨¢n es muy bonito ¨Cdice¨C pero envuelto en un conflicto desde hace d¨¦cadas. Am¨ªn es (o era) de una familia de clase media, por ello tuvo la oportunidad de comenzar la universidad, un privilegio en un pa¨ªs donde en el 2017 solo el 31% de la poblaci¨®n adulta estaba alfabetizada, seg¨²n la UNESCO.
Dej¨® sus estudios por un trabajo como guardia de seguridad en el congreso, con un diputado al que admira por su integridad. Pero esto fue su ruina: un grupo talib¨¢n lo amenaz¨®. Tuvo que solicitar en embajadas una protecci¨®n que se le deneg¨® (en una de un pa¨ªs europeo le ofrecieron darle un pasaje seguro a cambio de 20.000 euros), esconderse durante semanas mientras su familia vend¨ªa propiedades para pagarle a un traficante y escapar del ¨²nico modo que pod¨ªa. Sus padres pagaron 9.000 euros para salvar la vida de este hijo.
Y es que el sistema de fronteras de Europa lleva a que en muchos pa¨ªses apenas casi nadie pueda acceder a un visado para salir. Pero si quien escapa, consigue llegar y sortear esas fronteras, entonces tiene el derecho a pedir un asilo in situ y a que esa petici¨®n sea escuchada.
El traficante al que confi¨® su vida prometi¨® que llegar¨ªa en unas semanas a Alemania. Pero al cruzar de Grecia a Bulgaria, la polic¨ªa b¨²lgara lo descubri¨® junto a un grupo con el que iba, los golpe¨® y los encerr¨® en una c¨¢rcel sin juicios ni abogados. Una pr¨¢ctica com¨²n, como ha denunciado ACNUR y como cualquier refugiado que ha estado en Bulgaria suele contar.
Cuando lo soltaron, escap¨® a Serbia, pero en todo ese proceso, las fronteras de Europa hab¨ªan sido reforzadas. Fueron meses clave. Pero su traficante, tras un par de intentos de cruzar hacia Hungr¨ªa, desapareci¨® del mapa. Su familia pudo al principio seguir enviando dinero. Luego, esa tarea, cada vez se dificultaba m¨¢s.
En Serbia estuvo casi un a?o. De ah¨ª se fue a Bosnia, cuando antes que ¨¦l unas personas descubrieron una ruta alternativa en un pa¨ªs que muchos tem¨ªan por su gran cantidad de minas antipersonales. En ese proceso, un chaval que en su pa¨ªs hac¨ªa una vida normal ¨Cantes de que el terror cayera sobre ¨¦l¨C pas¨® a comer en ocasiones una vez al d¨ªa.
En No Name Kitchen convivimos d¨ªa a d¨ªa con personas que llevaban en sus pa¨ªses vidas parecidas a las nuestras hasta que una guerra estall¨® o un conflicto les salpic¨®. Vemos lo duro que es pasar a depender de la ayuda de otros. Am¨ªn estuvo en Bosnia casi 10 meses y, en pleno mes de diciembre de 2018, con una nieve inmensa cubriendo todo, pas¨® 15 d¨ªas caminando por el bosque hasta llegar a Italia. Ese viaje, si se hace con un traficante, ronda entre los 3.000 y 5.000 euros, un precio que ha ido subiendo mientras las fronteras se han equipado de m¨¢s tecnolog¨ªa.
Ese viaje, si se hace con un traficante, ronda entre los 3.000 y 5.000 euros, un precio que ha ido subiendo mientras las fronteras se han equipado de m¨¢s tecnolog¨ªa.
En Europa, al pedir asilo, comienza un proceso largo. En Espa?a, estos tr¨¢mites burocr¨¢ticos son a¨²n m¨¢s largos. Dentro de unos d¨ªas, Am¨ªn contar¨¢ con un permiso de trabajo por primera vez en m¨¢s de 3 a?os. En Espa?a se otorga mientras las personas refugiadas est¨¢n dentro del proceso legal mediante el que se decide qu¨¦ peque?o porcentaje de personas recibir¨¢ la protecci¨®n de asilo. Tendr¨¢ un derecho del que se le despoj¨® cuando decidi¨® escapar para vivir.
Desde su llegada a Espa?a, ha tenido asistencia durante los ¨²ltimos tres meses en los que una asociaci¨®n le ha dado cama, comida y clases de espa?ol. Vamos a recordar aqu¨ª que quienes no piden asilo, esos a los que llaman migrantes ilegales, no tienen derecho a ninguna ayuda. Ya se sabe, pero no est¨¢ de m¨¢s repetirlo por si alg¨²n partido pol¨ªtico os ha intentado colar esta mentira recientemente. Tambi¨¦n trabaj¨®, sin documentos, en un kebab, m¨¢s de 70 horas a la semana por 300 euros mensuales. Antes de eso fue tirando gracias a la ayuda de una familia espa?ola y a la de su propia familia, cada vez m¨¢s ahogados por esta situaci¨®n.
En algunas provincias de Espa?a, este permiso de trabajo llega incluso hasta dos a?os despu¨¦s de solicitar el asilo. Mientras que los meses sin recibir ning¨²n tipo de asistencia ni tener el derecho a trabajar tambi¨¦n pueden llegar a ser mucho m¨¢s largos. Cuando Am¨ªn pueda trabajar, dentro de unos d¨ªas, aceptar¨¢ cualquier trabajo que se le presente.
El sistema de fronteras europeo parece creado ¨C?o est¨¢ creado?¨C para que solo los ricos de ciertos pa¨ªses tremendamente peligrosos puedan llegar hasta aqu¨ª (los que tienen ahorros moderados escapan a pa¨ªses cercanos: Pakist¨¢n, Turqu¨ªa o L¨ªbano albergan a la mayor¨ªa de refugiados de Oriente Pr¨®ximo). En este mundo capitalista, hasta emigrar es clasista. Pero, al mismo tiempo, para que cuando puedan pasar a realizar las tareas cotidianas que los espa?oles hacemos, tengan que quedar relegados a puestos que nadie quiere. No vaya a ser, no vaya a suceder, que quienes no nacen en Europa, quieran aspirar un d¨ªa a poder ser uno o una m¨¢s, entre nosotros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.