Espa?a rechaza tres de cada cuatro solicitudes de asilo
Los venezolanos suponen un tercio de los solicitantes, pero no se les da protecci¨®n
Espa?a se sit¨²a entre los cinco pa¨ªses de la UE con m¨¢s solicitantes de asilo con un r¨¦cord de m¨¢s de 54.000 peticiones, pero tiene una tasa de reconocimiento mucho m¨¢s baja que sus socios europeos que enfrentan el mismo desaf¨ªo. En 2018 apenas se resolvieron 12.000 peticiones y solo se concedi¨® protecci¨®n a una de cada cuatro.
La tasa de admisi¨®n, que ha ca¨ªdo del 35% al 24%, es la m¨¢s baja de los siete pa¨ªses europeos con m¨¢s solicitudes analizados por la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR). La lista la encabeza Alemania, que reconoce favorablemente el 50% de los expedientes. ¡°Estos n¨²meros nos dan una imagen negativa en cuanto a nuestra voluntad de aceptar a personas refugiadas¡±, lament¨® al presentar los datos la directora general de CEAR, Estrella Gal¨¢n.
Los datos de 2018 revelan el atasco que sufre la Oficina de Asilo, dependiente del Ministerio del Interior. Las solicitudes se resuelven con cuentagotas y ya se acumulan en los cajones 78.710 expedientes que demoran cerca de dos a?os en resolverse. El Gobierno anunci¨® en diciembre un plan de choque con m¨¢s personal y medios para a acelerar plazos y resolver el triple de solicitudes este a?o. La Oficina ha mantenido hasta ahora las mismas 60 plazas fijas desde que se cre¨® en 1992, cuando Espa?a apenas recib¨ªa peticiones de asilo. A pesar de las cifras hist¨®ricas, que han revelado los problemas del sistema para atender a los refugiados, los solicitantes apenas suponen un 0,1% de la poblaci¨®n espa?ola.
Entre las 11.875 solicitudes resueltas favorablemente llama la atenci¨®n, un a?o m¨¢s, el bajo n¨²mero de concesiones del estatuto de refugiado, la figura de protecci¨®n m¨¢s garantista e indefinida. Fueron apenas 575, menos del 5% de los expedientes favorables. El resto se corresponde a concesiones de protecci¨®n subsidiaria, un beneficio temporal, concedido fundamentalmente a sirios, ucranios y palestinos. ¡°Seguimos viendo que nuestra generosidad y la aplicaci¨®n de la protecci¨®n internacional son muy restrictivas. El asilo, adem¨¢s, no est¨¢ siendo un coladero para miles y miles de personas como se dice en tono alarmista¡±, advirti¨® Gal¨¢n.
Los venezolanos, inmersos en una crisis humanitaria que se agrav¨® en 2016, suponen m¨¢s de un tercio de todos los solicitantes de asilo que han llegado a Espa?a. La demanda contrasta con su reconocimiento como refugiados y apenas 30 de ellos obtuvieron el estatuto. Entre las nacionalidades m¨¢s numerosas, les siguen los colombianos (8.650), los sirios (2.775) y los hondure?os (2.410).
Los marroqu¨ªes aparecen en las estad¨ªsticas entre los principales beneficiarios del estatuto de refugiado por segundo a?o consecutivo. Se trata en su mayor¨ªa de personas a las que se les ha concedido protecci¨®n por su orientaci¨®n sexual o identidad de g¨¦nero, aunque hay tambi¨¦n casos de activistas v¨ªctimas de la represi¨®n del Gobierno marroqu¨ª a las protestas del Rif, avivadas por las desigualdades sociales y econ¨®micas de la regi¨®n. Aunque se denegaron 595 solicitudes, se reconocieron 55 casos. El n¨²mero contrasta con la afirmaci¨®n de la secretaria de Estado de Migraciones Consuelo Rum¨ª, que afirm¨® que "Marruecos no es un pa¨ªs a cuyos habitantes se concede asilo o refugio".
¡°Un tr¨¢mite tan largo limita mi nueva vida¡±
Jessica Cisneros se involucr¨® de lleno las protestas que sacuden Nicaragua desde abril. Era parte de un movimiento juvenil en zonas vulnerables y, a pesar del asedio de grupos afines al Gobierno de Daniel Ortega y de la represi¨®n de los paramilitares, sigui¨® organizando la resistencia. ¡°El 19 de abril asesinaron al primer joven y a finales de ese mes ya hab¨ªa alrededor de 20 muertos¡±, relata Cisneros.
En mayo, la joven decidi¨® emprender una caravana informativa en el extranjero para denunciar, junto a otros activistas, la situaci¨®n en su pa¨ªs, pero cuando quiso volver, supo que era blanco de las autoridades. ¡°El Gobierno nos buscaba como promotoras de las protestas y nos recomendaron no regresar¡±, asegura.
Cisneros pidi¨® protecci¨®n internacional en Espa?a en mayo y desde entonces espera a que se resuelva su caso. ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil es el golpe psicol¨®gico y emocional durante este proceso de cambio¡±, describe. ¡°Estos procedimientos tan largos acaban limitando una nueva vida. En mi caso no tengo permiso de trabajo, ni puedo acceder a becas y estudios. Dependo de la solidaridad de otras personas para sobrevivir¡±.
¡°M¨¢s all¨¢ de los datos, 2018 ha sido el a?o en el que se han puesto m¨¢s obst¨¢culos para que las personas puedan acceder a solicitar asilo¡±, lament¨® la directora del ¨¢rea jur¨ªdica, Paloma Favieres. La abogada se refiri¨® a las dificultades que tuvieron decenas de solicitantes para pedir la cita con la que se inicia el procedimiento administrativo y que, en Madrid, oblig¨® a familias enteras a dormir al raso para no perder su turno. Pero Favieres lament¨® tambi¨¦n las trabas invisibles como la imposici¨®n de visados de tr¨¢nsito que impiden el viaje a Espa?a a potenciales refugiados y que desde el a?o pasado se han ampliado a ciudadanos de Camer¨²n, Gambia y Palestina. Para la letrada, otro de los ¡°retos¡± es promover las peticiones de asilo en embajadas y consulados, donde en 2018 apenas se gestionaron 370 solicitudes, referentes a extensiones familiares de ciudadanos a los que ya les ha concedido la protecci¨®n en Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.