El quir¨®fano

Mientras los l¨ªderes pol¨ªticos se picotean como gallitos tomateros, en un hospital de la Seguridad Social se realiza un trasplante de h¨ªgado. El donante era de Podemos y el enfermo es de extrema derecha. El equipo quir¨²rgico lo forman un cirujano del PP, una anestesista del PSOE y ayudantes de distintas ideolog¨ªas controlan los monitores. La intervenci¨®n resulta un ¨¦xito gracias a un oficio riguroso y al esp¨ªritu compartido en el quir¨®fano. ?Rechazar¨ªa usted un h¨ªgado o un ri?¨®n que perteneciera a un enemigo pol¨ªtico? Mientras el Parlament de Catalu?a se est¨¢ convirtiendo en un bebedero de patos, en el auditorio del Palau act¨²a una orquesta sinf¨®nica, entre cuyos m¨²sicos los hay de Esquerra Republicana, constitucionalistas, defensores ac¨¦rrimos de la unidad de Espa?a, independentistas radicales, alg¨²n violinista incendiario y un flautista partidario de mandar los tanques. Bajo la batuta de un director sin ideolog¨ªa conocida, cada m¨²sico interpreta la propia partitura con notable virtuosismo hasta llegar a un acorde final que levanta un¨¢nimes aplausos. Mientras los jefes de fila de cada partido parecen tener un ego que no les cabe en el esca?o, en cualquier casino de pueblo los espa?oles del com¨²n juegan al tute o al domin¨®. Unos comunistas y otros de Vox forman pareja y se hacen se?as gui?¨¢ndose el ojo. As¨ª discurre en verdad la vida, cada uno con sus problemas, a ras de la existencia, pero si el cirujano, el director de orquesta y los jugadores de cartas se hubiesen comportado como los pol¨ªticos, el enfermo de h¨ªgado habr¨ªa muerto, la orquesta sinf¨®nica habr¨ªa sonado como una banda borracha y la partida de tute o de domin¨® habr¨ªa acabado a hostias. Operar con serrucho, tocar el piano con guantes de boxeo, ahogar el seis doble y cantar las cuarenta siempre en bastos es lo que hacen nuestros pol¨ªticos.