Sin fraudes, ni cuartelazos
Con el fantasma de la involuci¨®n a las puertas de Bolivia, urge prorrogar la estancia de los auditores de la OEA y reinstalar las urnas antes de que una guerra civil lo impida
Con el fantasma de la involuci¨®n a las puertas de Bolivia, urge prorrogar la estancia de los auditores de la Organizaci¨®n de Estados Americanos y reinstalar las urnas antes de que una guerra civil lo impida. El Ej¨¦rcito obtuvo licencia para reprimir, pero en lugar de hacerlo deber¨¢ reflexionar sobre el rol que las democracias asignan a los cuerpos de seguridad del Estado. Las evidencias de fraude electoral el 20 de octubre, la escalada de violencia y el temor castrense a la fragmentaci¨®n de sus filas, y a sanciones como las aplicadas por Estados Unidos a Venezuela, fueron elementos determinantes en el cuartelazo contra Evo Morales. La nueva misi¨®n de los uniformados debiera ser ser escoltar unas nuevas elecciones.
Recapitulando: salvo que la inspecci¨®n de la OEA estuviera a sueldo de la oposici¨®n o de la Casa Blanca, indica que los trucos inform¨¢ticos empleados para burlar la voluntad popular en Bolivia tambi¨¦n pudieron haberse utilizado en la Am¨¦rica Latina de los autoritarismos y la falsa divisi¨®n de poderes. Morales pudo haber ganado pero ment¨ªa cuando afirm¨® haberlo hecho con una ventaja superior al 10% El recuento que descubri¨® las trampas hubiera sido necesario en naciones con un pasado de victorias bajo sospecha, validadas por consejos electorales tan corruptos como sus jefes pol¨ªticos.
Venezuela, M¨¦xico, Nicaragua, Honduras o Per¨² hubieran agradecido la investigaci¨®n de los 36 especialistas y auditores de 18 nacionalidades que desembarcaron en La Paz y recomendaron anular las elecciones y convocar otras. Asumiendo que no son unos vendidos, los abogados, inform¨¢ticos, cal¨ªgrafos y peritos en verificaci¨®n de datos y documentos probablemente llegar¨ªan a la misma conclusi¨®n de haber revisado votaciones regionales dadas por buenas.
Las marranadas electorales abundaron en democracias que aparentan serlo. Fueron rutinarias y patrimonio nacional en Latinoam¨¦rica, y a¨²n reverberan en comicios nacionales y municipales. La ¡¯ca¨ªda del sistema¡¯ en el M¨¦xico de 1988 fulmin¨® al opositor Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, en cabeza hasta la interrupci¨®n del conteo. Al reanudarse d¨ªas despu¨¦s gan¨® el pri¨ªsta Carlos Salinas de Gortari. Uno de los encargados de sumar votos donde no los hab¨ªa acab¨® reconociendo el pucherazo.
Tambi¨¦n lo admiti¨® la empresa Smartmatic, encargada del voto electr¨®nico en las elecciones a la Asamblea Constituyente de Venezuela y proveedora de la plataforma tecnol¨®gica de otras 14 desde 2004. La participaci¨®n en la constituyente fue manipulada, confes¨® Antonio M¨²gica, director de la compa?¨ªa. No hubo auditorias. Tampoco las hubo en las presidenciales de 2013 pese a las reclamaciones del opositor Capriles, superado por Maduro por un pu?ado de votos.
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador perdi¨® las federales de 2006 por la m¨ªnima. Durante meses denunci¨® haber sido despojado del triunfo. No es f¨¢cil demostrar la adulteraci¨®n del escrutinio. En Bolivia hicieron falta 36 expertos para demostrar que los ordenadores y softwares paralelos tambi¨¦n fueron golpistas porque alteraron la voluntad de los electores, la esencia de la democracia. Convendr¨ªa renovar su contrato.?
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