Lo que le queda a Espa?a por hacer por sus ni?os
Los recursos destinados a la infancia, la no discriminaci¨®n, la violencia contra menores de edad en r¨¦gimen de acogimiento, la pobreza, la educaci¨®n y los solicitantes de asilo no acompa?ados son las grandes asignaturas pendientes del Estado
Durante la reciente campa?a electoral hemos asistido a un lamentable y triste espect¨¢culo: la criminalizaci¨®n de ni?os y ni?as migrantes a nivel social y pol¨ªtico a trav¨¦s de discursos que les tratan, de manera colectiva, como una amenaza social, relacion¨¢ndolos con la comisi¨®n de delitos y actos violentos. Mensajes de odio que est¨¢n calando en una parte de la sociedad, y que vulneran los derechos fundamentales de estos ni?os que llegan a nuestro pa¨ªs solos, desamparados, huyendo de la pobreza o de la guerra en busca de un futuro mejor. La condena, la repulsa y la acci¨®n de la justicia ante estas situaciones deben ser m¨¢s rotundas que nunca justo cuando este 20 de noviembre se cumplen 30 a?os de la aprobaci¨®n de la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o. Realidades como esta nos revelan que hoy m¨¢s que nunca es necesario tener muy presente lo que supuso y supone para el futuro de la infancia este hist¨®rico acuerdo.
La Convenci¨®n es el tratado m¨¢s ratificado de la historia ¡ªlo han hecho todos los pa¨ªses del mundo menos Estados Unidos¡ª. Contiene los derechos humanos que deben disfrutar todos los menores de 18 a?os, as¨ª como la forma en que las autoridades, la sociedad y ellos mismos deben comprometerse para garantizar el bienestar y desarrollo de la infancia. Con su aprobaci¨®n se daba un paso revolucionario y se produc¨ªa un cambio de paradigma: los ni?os pasan de ser ¡°objetos de protecci¨®n¡± a ¡°sujetos sociales de derechos¡±.
Con esta nueva concepci¨®n, y despu¨¦s de estos 30 a?os, podemos mirar atr¨¢s y decir que se han logrado avances espectaculares, pero que queda mucho por hacer. Hoy hay menos ni?os que pasan hambre, muchos m¨¢s van a la escuela, muchas enfermedades que antes eran mortales ya han desaparecido. En todas las regiones del mundo el acuerdo ha inspirado leyes, orientado la actuaci¨®n de instituciones de todo tipo y es una referencia firme para guiar las pr¨¢cticas de todos aquellos actores que influyen en la vida de los ni?os. El mundo es hoy un lugar mejor para ellos que hace 30 a?os, pero no en todas partes, no para todos. Por desgracia, muchas infancias terminan antes de tiempo; todav¨ªa hoy, cada segundo que pasa, 10 ni?os menores de cinco a?os mueren por causas que podemos evitar.
En Espa?a, desde que se ratific¨® la Convenci¨®n en 1990, se han producido sustanciales avances en el bienestar y aplicaci¨®n de estos derechos: avances legislativos, de procedimientos, en la formaci¨®n de profesionales o en la elaboraci¨®n de planes estrat¨¦gicos. Pero, por desgracia, y a pesar de la mejor¨ªa de la econom¨ªa en los ¨²ltimos a?os, la recesi¨®n para la infancia contin¨²a y la pobreza sigue teniendo rostro de ni?o. Seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles, casi un tercio de los ni?os espa?oles est¨¢n en riesgo de pobreza, las pol¨ªticas no est¨¢n siendo efectivas para frenarla y el esfuerzo de inversi¨®n en protecci¨®n social de la infancia sigue siendo muy inferior a la media de la Uni¨®n Europea.
Con el arranque de una nueva legislatura a la vuelta de la esquina, es obligado recordar a los futuros gobernantes que los recursos destinados a la infancia, la no discriminaci¨®n, la violencia contra los ni?os, ni?as y adolescentes en r¨¦gimen de acogimiento, la pobreza infantil, la educaci¨®n y los solicitantes de asilo y menores extranjeros no acompa?ados son las grandes asignaturas pendientes del Estado en temas de infancia. As¨ª lo ha puesto de manifiesto en sus recomendaciones el Comit¨¦ de los Derechos del Ni?o tras examinar a nuestro pa¨ªs el pasado a?o.
Poner en el centro de la agenda pol¨ªtica los problemas de la infancia es clave, no solo para el bienestar y el cumplimiento de los derechos de los ni?os, sino para el desarrollo sostenible y equitativo de nuestro pa¨ªs
Ante esta realidad, venimos reclamando desde 2014 la necesidad de un Pacto de Estado por la Infancia. Un pacto orientado a cumplir dos objetivos cruciales: la reducci¨®n de la pobreza infantil y la apuesta por una educaci¨®n de calidad y m¨¢s inclusiva. Un acuerdo que garantice las pol¨ªticas de infancia necesarias para que los ni?os y ni?as tengan todos los derechos que merecen para desarrollar todo su potencial dentro de nuestra sociedad. Poner en el centro de la agenda pol¨ªtica los problemas de la infancia es clave, no solo para el bienestar y el cumplimiento de los derechos de los ni?os, sino para el desarrollo sostenible y equitativo de nuestro pa¨ªs.
Necesitamos orientar la voluntad pol¨ªtica para frenar y revertir la situaci¨®n de un tercio de la poblaci¨®n menor de 18 a?os que en Espa?a est¨¢ en riesgo de pobreza. No valen promesas, programas electorales ni declaraciones p¨²blicas. La voluntad pol¨ªtica debe ser sincera, efectiva y traducirse en acciones tangibles; solo as¨ª se visibilizar¨¢ m¨¢s el problema, y se garantizar¨¢ el flujo de fondos presupuestarios que son los que en ¨²ltima instancia garantizan el ¨¦xito de las pol¨ªticas y su sostenibilidad.
Hemos asumido un compromiso con la infancia. Todos. Los que trabajamos por ella sin duda, pero tambi¨¦n todos aquellos que dentro de unas semanas se convertir¨¢n en los nuevos inquilinos del Gobierno de este pa¨ªs y de los sillones desde los que se legisla la cosa p¨²blica; su compromiso con la Constituci¨®n les obliga jur¨ªdica y legalmente a hacer realidad los derechos de los ni?os consagrados en la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?os que ahora celebramos.
Estamos ante un imperativo moral inaplazable. Por ello tenemos que exigir a los gobiernos, empresas y comunidades, a toda la sociedad y a nosotros mismos, el cumplimiento de los compromisos adquiridos en esa Convenci¨®n. Si lo logramos el mundo ser¨¢, sin duda, un lugar mejor para todos.
Gustavo Su¨¢rez Pertierra es presidente de Unicef Comit¨¦ Espa?ol.
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