?Marchando un cortado y lo ¨²ltimo de Alune Wade!
El establecimiento 'Ndar Ndar Music Caf¨¦' de Saint Louis, regentado por Oumar Fall, combina una oferta de caf¨¦ ecol¨®gico con la venta de m¨²sica africana en diferentes formatos, de la que ofrece una selecci¨®n
Andando por la acera de la izquierda de la principal calle Blaise Diagne, en el coraz¨®n de la isla de la ciudad senegalesa de Saint Louis, el paseante percibir¨¢, quiz¨¢, saliendo de un portal discreto y estrecho sonidos afro-jazz camuflados por el barullo callejero. Las melod¨ªas llevan a un local con forma de pasillo en el que caben una barra de madera y apenas seis taburetes a su alrededor, con una decoraci¨®n minimalista y una f¨®rmula sencilla: m¨²sica, caf¨¦ ecol¨®gico y buena conversaci¨®n. Es la apuesta del negocio Ndar Ndar Caf¨¦ Music, abierto desde 2016, hoy referencia y punto de encuentro en la ciudad, sobre todo para los amantes de los ritmos africanos diversos.
Regentado por un joven abierto y atento, el saintlouisien Oumar Fall, es conocido por su amor a la m¨²sica. ¡°Soy un mel¨®mano¡±, afirma, rodeado de una estanter¨ªa con cl¨¢sicos y novedades de ritmos continentales. Parte de su clientela lo conoce de negocios anteriores, como la tienda Teranga Music Shop, en la que pas¨® seis a?os vendiendo compactos. ¡°La actual f¨®rmula con la venta del caf¨¦ ecol¨®gico es original aqu¨ª y para m¨ª complementaria: hay gente que se acerca a tomar un buen expreso y atra¨ªdos por los sonidos que pongo acaban comprando algo de m¨²sica y al rev¨¦s, las personas que vienen a descubrir nuevos artistas y mientras, se toman algo¡±, explica.
El caf¨¦ es importado de Etiop¨ªa a trav¨¦s de unos amigos finlandeses afincados en la ciudad que le garantizan el cultivo ecol¨®gico, y despu¨¦s tostado en Senegal. ¡°Aparte del caf¨¦ Touba ¡ªbebida especiada procedente de Guinea¡ª y las omnipresentes bolsitas de Nestl¨¦ instant¨¢neo, no hay cultura del caf¨¦ en Saint Louis, as¨ª que hay gente que busca tomarse uno bueno¡±, afirma, mostrando una carta sencilla en la que tambi¨¦n ofrece zumos locales a base de hibisco, baobab o ditakh.
Durante todo el d¨ªa van pasando, continuamente pero sin mucha intensidad, clientes de todas las nacionalidades. Turistas, pero tambi¨¦n senegaleses ¡°que invierten en comprar m¨²sica pese a la facilidad de acceso gratis que hay hoy en d¨ªa¡±, seg¨²n expone Fall. Un disco original puede costar entre 5.000 y 10.000 francos CFA (entre 7,5 y 15 euros), pero ese negocio ¡°ya no es rentable, pues ya no hay mucha gente que quiera tener un CD f¨ªsicamente¡±. Hoy lo que se lleva son las compilaciones en USB, tarjeta de memoria o CD virgen, que el mismo Fall realiza a demanda del cliente. ¡°Si traen ellos el dispositivo, por 2.000 francos CFA (unos tres euros) tienen la m¨²sica que quieren¡±, explica como su principal estrategia de adaptaci¨®n al mercado.
"Hay gente que se acerca a tomar un buen expreso y atra¨ªdos por los sonidos que pongo acaban comprando algo de m¨²sica y al rev¨¦s"
Lejos de enfadarse, muchos artistas lo felicitan por su iniciativa, sabiendo que la venta de ¨¢lbumes est¨¢ lejos de ser hoy en d¨ªa su principal fuente de ingresos. ¡°Por la tienda pasan muchos m¨²sicos, como Manu Dibango o Lisa Simone. Hasta vino Marcus Miller, que me dijo directamente: ¡°Comment ?a va, Omar?¡± y ?casi me da un infarto!¡±, recuerda gracioso el emprendedor.
Adem¨¢s de pagar los derechos de propiedad intelectual a las autoridades senegalesas, Oumar explica que hay muchos artistas que no tienen ¨¢lbum, sino algunos sencillos y que hay otros, como el reconocido Cheikh L? cuyos trabajos son muy dif¨ªciles de conseguir en Senegal, por lo que la f¨®rmula de grabar recopilatorios con sus temas les conviene, ¡°para difundir su trabajo¡±.
Senegal ac¨²stico
Aunque tiene listas para todos los gustos, Fall comenta que la que mejor se vende es su selecci¨®n ¡°S¨¦n¨¦gal Acoustic¡±, una propuesta de cl¨¢sicos senegaleses como Baaba Maal o Ismael L? entre otros, que hace las suertes de banda sonora de un viaje por el pa¨ªs. Para los senegaleses, funciona la diversificaci¨®n, aunque el g¨¦nero mbalax predomina entre la juventud local, ¡°los que compran m¨²sica quieren escuchar cosas diversas, sobre todo afro-jazz¡±, dice.
¡°La que nunca falla, a pesar de los a?os es Fatou Yow, de Tour¨¦ Kounda,revela Fall. Pero si yo tengo que elegir la selecci¨®n propongo temas de Herv¨¦ Samb, Alune Wade o Wasis Diop¡ incluso el reggae de Meta & Cornestones, una banda senegalesa de la di¨¢spora en Estados Unidos¡±
El joven confiesa que la aventura de Ndar Ndar Music Caf¨¦ marcha ¡°lo suficientemente bien¡± para mantenerse y mantener su sue?o de trabajar en ¡°lo que le gusta¡±. Le permite actuar de ¡°consejero musical¡± para muchos j¨®venes talentos del pa¨ªs que se quieren producir en Saint Louis. El Instituto Franc¨¦s le ha confiado la programaci¨®n de sus Ap¨¦ro Concert, una vez al mes, y ¨¦l aprovecha para introducir en los escenarios de la ciudad a sus descubrimientos, como Obree Daman a los que les busca un hueco al lado de otros j¨®venes locales como Tex o Ndary.
Su contribuci¨®n, como ¨¦l dice, pretende ¡°rentabilizar su ciudad, hacerla m¨¢s musical¡±. Y si es acompa?ado de un sorbo de un intenso caf¨¦, mejor.???
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