¡®Frozen 2¡¯: Elsa no es lesbiana¡ y Anna es un desprop¨®sito heterosexual
A estas alturas del partido, todos sabemos lo peligroso que puede resultar el mito del amor rom¨¢ntico
Mi hija de nueve a?os entr¨® en el cine con la ilusi¨®n de que Elsa fuera lesbiana. Porque en 2019 la princesa Elsa se ha convertido en un icono LGTBI para todos los p¨²blicos sin necesidad de salir del armario. Desde que cant¨® aquel liberador ¡°Su¨¦ltalo¡± en la primera pel¨ªcula, la idea de que Elsa era gay corri¨® por Internet, con su propio hashtag: #GiveElsaAGirlfriend ("dadle a Elsa una novia¡±). Los creadores lo sab¨ªan. Pero la han mantenido soltera. Sin embargo, han intentado contentar a todos. As¨ª, cuando termina la pel¨ªcula, Elsa no es lesbiana pero puede seguir siendo un digno icono gay. Si bien el verdadero drama de g¨¦nero lo protagoniza su hermana. Porque lo terrible de Frozen 2 es la anacr¨®nica relaci¨®n heterosexual que encarna la princesa Anna con su novio Kristoff.
El prefijo cis viene del lat¨ªn y significa "de este lado", mientras el prefijo trans significa "m¨¢s all¨¢". Por eso llamamos "cis" a aquellas personas que se identifican como el g¨¦nero que les fue asignado en el nacimiento y ¡°trans¡± a quienes no se identifican con ¨¦l. Por eso lo trans puede entenderse como todo lo que hay m¨¢s all¨¢ de las etiquetas de g¨¦nero. ?Y c¨®mo se titula el nuevo single de Elsa? Mucho m¨¢s all¨¢. Un posible himno LGTBI que aspira ser cantado tanto en parques de bolas como en alegres afters. De modo que cada hermana representa una manera de estar en el mundo. Anna est¨¢ de este lado, del lado cis de toda la vida mientras Elsa nunca encajar¨¢ donde la mayor¨ªa. Y toda la pel¨ªcula gira en torno a la forma de unir dos maneras tan distintas de estar en el mundo para concluir que se arregla con amor y con un puente. Y fin.
Sin embargo, el verdadero problema no est¨¢ en Elsa sino en la parejita cisg¨¦nero del cuento: Anna y Kristoff. Ellos representan para los ni?os lo que conocemos como relaci¨®n rom¨¢ntica heterosexual. Solo que a estas alturas del partido, todos sabemos lo peligroso que puede resultar el mito del amor rom¨¢ntico. Los padres de la mayor¨ªa de los ni?os y ni?as (que son cis) tememos las relaciones de dependencia patriarcales en que tantos adolescentes est¨¢n metidos, el control de los movimientos de tantas chicas enamoradas a trav¨¦s de su m¨®vil, la relaci¨®n de propiedad y poder vinculada al amor para toda lo vida¡ Un deseo de posesi¨®n que palpita, en fin, detr¨¢s de la violencia de g¨¦nero. La mat¨¦ porque era m¨ªa implica violencia pero tambi¨¦n una forma muy concreta de entender el amor. Aquella donde la mujer adopta una actitud pasiva respecto del hombre de su vida (solo uno), donde espera a ser pedida en matrimonio (ellas nunca dan el primer paso, se limitan a decir s¨ª) y a poder ser rescatada y protegida por un hombre m¨¢s fuerte que ella al que normalmente considera m¨¢s tonto, como Kristoff. Un mito por el que mueren mujeres todos los d¨ªas y que exige una resignificaci¨®n urgente. Desde este punto de vista, Frozen 2 me parece una pel¨ªcula para mayores de 18 a?os.
Porque Kristoff se pasa media pel¨ªcula ensayando maneras de pedir en matrimonio a su novia para, al final, clavar la rodilla en el suelo y celebrar la feliz entrega de Anna. Antes se ha pasado media pel¨ªcula inventando maneras de conseguir el s¨ª quiero que, en palabras del gal¨¢n, significa: ¡°la se?al de que por fin eres m¨ªa ya¡±. Mientras, en un momento dado, Anna se ausenta un ratito de su lado para salvar la vida a su hermana y esas cosas. Entonces Kristoff entra en un bucle de posesi¨®n rom¨¢ntica y se marca un tema pat¨¦tico patriarcal a todo volumen plagado de perlas de este tipo: ¡°Todo es confusi¨®n si no est¨¢s, No s¨¦ por qu¨¦ camino t¨² vas, ?Qui¨¦n soy yo si tuyo no soy? ?D¨®nde estoy si no estamos juntos?¡± El chaval se desga?ita cantando en el bosque porque no tiene m¨®vil con que controlar los movimientos de su chica. Pero eso ya llegar¨¢ cuando las ni?as tengan 13 o 14 a?os, claro que s¨ª. Solo hay que esperar.
Por otro lado, el viaje trans, el de Elsa, es bell¨ªsimo. La alegor¨ªa es perfecta en cada palabra, cada gesto y cada canci¨®n. Es un viaje que Elsa inicia desde la paz, siendo querida y aceptada en su casa pero escuchando una voz que la hace viajar en otra direcci¨®n. ?Y qu¨¦ le espera cuando sigues esa voz? Seg¨²n Frozen 2, al otro lado est¨¢ la uni¨®n con uno mismo, la aceptaci¨®n y la felicidad. Eso s¨ª, de follar ni hablamos. Personalmente no esperaba que Elsa fuera lesbiana, pero s¨ª un trato democr¨¢tico de las relaciones entre hombres y mujeres y un m¨ªnimo de decencia. En 2019, los galanes ya no pueden cantar a una chica que ser¨¢ suya y mucho menos hacerlo en salas abarrotadas de ni?as que aspiran a convertirse en esa clase de mujer. Estoy deseando ver una princesa lesbiana en los dibujos animados, pero me parecer¨ªa mucho m¨¢s moderno y rompedor ver relaciones cisg¨¦nero que no sean patriarcales.
Mi hija peque?a (6 a?os) sali¨® del cine con una idea clara: ¡°Yo jam¨¢s me casar¨¦, mam¨¢¡±.
Nuria Labari es escritora y periodista, autora de La mejor madre del mundo (Literatura Random House).
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