C¨®mo Kristen Stewart super¨® el desprecio del p¨²blico para convertirse en la estrella m¨¢s libre de Hollywood
Se neg¨® a sonre¨ªr, se neg¨® a hablar de su vida privada y a ser la mu?eca de las alfombras rojas. A sus 29 a?os, convertida en la primera superestrella en activo abiertamente lesbiana de Hollywood, ha hecho lo m¨¢s 'punk': un 'blockbuster' como 'Los ¨¢ngeles de Charlie'
En el vestuario del colegio, una compa?era de clase se rio de Kristen Stewart (Los ?ngeles, 1990) porque no se depilaba las piernas. Durante sus primeros castings no consegu¨ªa trabajo porque le dec¨ªan que parec¨ªa un ni?o. En la alfombra roja del estreno de La habitaci¨®n del p¨¢nico (2002), donde interpret¨® a la hija de Jodie Foster con 11 a?os, un fot¨®grafo le pidi¨® que se relajase y ella le respondi¨® que no pod¨ªa ni abrir las manos de los nervios. Cuando los ejecutivos vieron las primeras escenas del rodaje de Crep¨²sculo (2008) le exigieron que sonriera m¨¢s. Durante las entrevistas promocionales de la saga, su representante le pidi¨® que fuese "m¨¢s chisposa".
Hace dos meses cont¨® a Harpers Bazaar que un relaciones p¨²blicas le sugiri¨®: ¡°Hazte un favor a ti misma: deja de pasearte de la mano con tu novia y as¨ª a lo mejor te fichan para una pel¨ªcula de Marvel¡±. Kristen Stewart nunca fue al instituto, pero las alfombras rojas han sido su patio de recreo: ha tenido que madurar, enamorarse, encontrar su identidad y explorar su sexualidad mientras millones de desconocidos le explicaban que no lo estaba haciendo bien.
Hace poco, un relaciones p¨²blicas le sugiri¨®: ¡°Hazte un favor a ti misma: deja de pasearte de la mano con tu novia y as¨ª a lo mejor te fichan para una pel¨ªcula de Marvel¡±
El mismo viernes que se estren¨® Crep¨²sculo (2008), Kristen Stewart descubri¨® lo que implicaba ser famosa: un medio public¨® fotos de ella fumando marihuana con su entonces novio en el porche de su casa, cuestionando si la actriz ser¨ªa una buena influencia para las fans adolescentes de la saga. Stewart ten¨ªa 18 a?os. Su relaci¨®n con su compa?ero de reparto, Robert Pattinson, jam¨¢s fue confirmada por ninguno de los dos, pero s¨ª por el productor de la franquicia, porque ¨¦l era el primer interesado en publicitar el romance: la secuela (Luna nueva, 2009) recaud¨® 628 millones de euros, 278 m¨¢s que la primera parte estrenada tan solo un a?o antes. Si Crep¨²sculo era el Star Wars de las chicas adolescentes, la relaci¨®n entre Stewart y Pattinson era el merchandising que pod¨ªan consumir entre secuela y secuela. La prensa los rebautiz¨® K-Stew y R-Patz, mientras que juntos eran Robsten. Al deshumanizarlos, era m¨¢s f¨¢cil tratarlos como un producto.
El silencio rebelde de ambos, que se negaban a comentar su vida privada y posaban para los fot¨®grafos con cara de querer estar en cualquier otro lugar, llev¨® a los medios a retratarlos como personajes antip¨¢ticos, l¨¢nguidos y desagradecidos. Como ocurre con la rara del instituto, el p¨²blico asumi¨® que Stewart se cre¨ªa por encima de los dem¨¢s y desahog¨® su rabia humill¨¢ndola en las redes sociales. ¡°La gente quer¨ªa que entrase en el juego¡±, recordaba la actriz en GQ, ¡°pero yo no sab¨ªa c¨®mo hacerlo o siquiera si quer¨ªa hacerlo. No estaba preparada. Me pill¨® desprevenida y la gente se puso furiosa, me consideraban un fraude. Me dec¨ªan: 'Ponte las pilas o ret¨ªrate del negocio¡±.
Las estrellas adolescentes, casi todas salidas de Disney Channel, suelen sonre¨ªr no porque est¨¦n contentas sino porque quieren que el mundo les devuelva la sonrisa. Y Kristen Stewart (aterrorizada por la hostilidad de las masas, a punto de desmayarse por la ansiedad en cada evento y a menudo conteniendo las l¨¢grimas, seg¨²n ella misma confesar¨ªa) miraba hacia los paparazis como si creyese en esa superstici¨®n de los nativos americanos de que cuando te hacen una foto la c¨¢mara te roba el alma. Y en cierto modo as¨ª fue: durante los cinco a?os que dur¨® la saga Crep¨²sculo, por cada fotograf¨ªa robada de la actriz se pagaban a 45.000 euros, 67.000 si sal¨ªa enfadada y 90.000 si aparec¨ªa con Pattinson. Entre los 18 y los 23 a?os, Stewart apenas camin¨® por la calle por temor al acoso de los fans y los fot¨®grafos. Se mov¨ªa de edificio en edificio en coche.
Su emblem¨¢tica cara de asco respond¨ªa, en realidad, al shock y al trauma por haber sufrido un percance (el accidente de la fama) del que no tuvo espacio para recuperarse. No solo iba a todas partes con guardaespaldas, es que su guardaespaldas ten¨ªa sus propias p¨¢ginas de fans (y su propio apodo: HBG, ¡°hottie bodyguard¡± o ¡°guardaespaldas macizo¡±). En los centenares de entrevistas que concedi¨® Stewart ten¨ªa un discurso inconexo, con ideas fluyendo a borbotones y respuestas vagas, sin elocuencia y sin los adjetivos vac¨ªos que se esperan de una estrella de Hollywood (¡°incre¨ªble¡±, ¡°maravilloso¡±, ¡°fant¨¢stico¡±).
Su cara, como si permanentemente estuviera a punto de poner los ojos en blanco, incluso fue analizada por un estudio cient¨ªfico para dilucidar de d¨®nde ven¨ªa esa expresi¨®n de hast¨ªo por defecto. La fama de Kristen Stewart fue un experimento piloto, porque surgi¨® a la vez que las redes sociales, y la nueva cultura de la celebridad constru¨ªa ¨ªdolos (con o sin su colaboraci¨®n) dot¨¢ndoles de una personalidad ficticia para un p¨²blico que consideraba que conocer cada detalle de su intimidad era un derecho. Y este nuevo modelo de fama la tom¨® con una ni?a de 18 a?os.
Mientras se ridiculizaba a Anne Hathaway por desear demasiado la fama, se criticaba a Kristen Stewart por desearla demasiado poco. Si la fama es el bien m¨¢s valioso que un ser humano puede conseguir en la sociedad de esta d¨¦cada (hasta el punto de que cualquier an¨®nimo se comporta como una celebrity en Instagram), ?por qu¨¦ ella mostraba semejante rechazo hacia la suya? En 2012 fue la actriz mejor pagada de Hollywood, gracias a los 34 millones de euros que gan¨® por Amanecer, parte 2 y Blancanieves y la leyenda del cazador, y la mujer m¨¢s vilipendiada del mundo por las fotos en las que aparec¨ªa bes¨¢ndose con el director de esta ¨²ltima, Rupert Sanders.
En 'Saturday Night Live' respondi¨® a Trump. ¡°Donald, si no te ca¨ªa bien entonces ahora te caer¨¦ peor. Porque soy muy lesbiana, t¨ªo¡±. Y as¨ª fue como Kristen Stewart lleg¨® donde ni Greta Garbo, ni Susan Hayward, ni Marlene Dietrich pudieron: la primera superestrella femenina de Hollywood fuera del armario
No solo ella estaba con Robert Pattinson, sino que adem¨¢s Rupert Sanders estaba casado y con dos hijos. Las fotos se vendieron por 225.000 euros. ?C¨®mo pudo Stewart, a quien en cuatro a?os no hab¨ªan pillado besando a su novio (Pattinson), enrollarse con un padre de familia a plena luz del d¨ªa? Stewart emiti¨® un comunicado de disculpa, reconociendo por primera vez su relaci¨®n con Pattinson, y el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dedic¨® once (?11!) tuits a advertirle al actor que no volviese con ella bajo ning¨²n concepto: ¡°Le ha enga?ado como a un perro y volver¨¢ a hacerlo. ?l puede aspirar a algo mejor. ?Alguna vez me he equivocado?¡±. Al d¨ªa siguiente los paparazis la fotografiaron m¨¢s contenta que nunca, en un titular (¡°Kristen Stewart sonr¨ªe¡±) que cal¨® tanto en la cultura popular como aquel ¡°Garbo r¨ªe¡± con el que se promocion¨® Ninotchka en 1939.
Stewart se refugi¨® en el ¨²nico lugar donde no se juzga moralmente a sus habitantes, el cine de autor europeo, e incluso se convirti¨® en la primera estadounidense en ganar un Cesar (el Oscar franc¨¦s) por Viaje a Sils Maria. Al recogerlo ni siquiera fue capaz de agarrar la estatuilla porque sus manos estaban agarrotadas. Desde entonces solo ha salido con mujeres (la dise?adora de efectos visuales Alicia Cargile, las cantante Soko y St Vincent, la modelo Stella Maxwell, la estilista Sara Dinkin, o su actual pareja, la guionista Dylan Meyer) y ha dejado entreabierta la ventana a su intimidad: ¡°Cuando ten¨ªa novio quer¨ªa proteger mi vida personal, pero ahora que tengo novia podr¨ªa parecer que siento verg¨¹enza o que no lo llevo bien. As¨ª que he optado por abrirme un poco¡±, explic¨® en The New York Times.
Stewart nunca se ha escondido (¡°b¨²scame en Google", sol¨ªa responder cuando le preguntaban por su condici¨®n sexual), pero, por si quedaban dudas, en 2017 aprovech¨® que era la presentadora invitada de Saturday Night Live para responder los tuits de Trump. ¡°Donald, si no te ca¨ªa bien entonces ahora te caer¨¦ peor. Porque soy muy lesbiana, t¨ªo¡±. Y as¨ª fue como Kristen Stewart lleg¨® donde ni Greta Garbo, ni Susan Hayward, ni Marlene Dietrich pudieron: la primera superestrella de Hollywood fuera del armario (Jodie Foster lo hizo, pero no en la cumbre de su carrera). Para cuando el mundo quiso celebrar este hito hist¨®rico, Stewart ya hab¨ªa abandonado el edificio.
Su victoria ha sido no adaptarse al mundo, sino conseguir que el mundo dejase de pedirle que sonriese. Y entonces ella ha empezado a sonre¨ªr en sus propios t¨¦rminos: ha aparecido en una alfombra roja con un vestido de Chanel rosa y la cabeza rapada, ha protagonizado un videoclip de los Rolling Stones y ahora regresa a los multicines con Los ¨¢ngeles de Charlie. Porque a estas alturas lo m¨¢s punki que podr¨ªa hacer es un blockbuster comercial.
La eternamente inadaptada Stewart parece sentirse m¨¢s c¨®moda en la contradicci¨®n: en Personal shopper (2017) interpret¨® a una fashion victim de d¨ªa y m¨¦dium de noche que se comunica con los esp¨ªritus por WhatsApp. Y visit¨® el Festival de San Sebasti¨¢n en calidad de musa del cine indie para presentar Seberg (2019), pero cerr¨® el hall del hotel Maria Cristina para poder entrar y salir tranquila. Adem¨¢s, promociona sus pel¨ªculas con su caracter¨ªstico lenguaje corporal crust¨¢ceo, pero sin disimular su vulnerabilidad: ¡°Ya lo he superado, pero sol¨ªa frustrarme que, al no querer exponerme a ser el centro de atenci¨®n, me hac¨ªan parecer una gilipollas. Yo no soy rebelde en absoluto. Solo quiero caerle bien a los dem¨¢s. En el colegio me vest¨ªa de alternativa, pero si no entregaba los deberes a tiempo entraba en p¨¢nico¡±, ha confesado en Vanity Fair.
Los paparazis no la han dejado en paz, pero ahora parece c¨®moda en su propia piel (y en su Porsche Cayenne negro, que conduce a toda velocidad) con unos looks que causan sensaci¨®n en la secci¨®n de comentarios y que podr¨ªan describirse como sal¨ª-as¨ª-de-casa-anoche-y-todav¨ªa-no-he-vuelto chic.
En Los ¨¢ngeles de Charlie interpreta a una ni?a rica que se mete a esp¨ªa internacional, en su tradici¨®n de personajes que huyen de lo que la sociedad espera de ellos. Seberg contaba, seg¨²n ella misma analiz¨®, c¨®mo la actriz Jean Seberg fue una incomprendida a la que la obsesi¨®n del p¨²blico por fijarse en cada detalle de su vida acab¨® destruyendo. Su debut como directora, el cortometraje Come swim (2017), es una alegor¨ªa sobre c¨®mo superar una ruptura hundi¨¦ndose hasta el fondo del oc¨¦ano donde nadie puede mirarte y encontrando satisfacci¨®n en ese aislamiento.
Kristen Stewart ha reconocido que le tiene p¨¢nico al mar, pero ahora quiere enfrentarse a sus miedos. Con 29 a?os, sigue recuper¨¢ndose de que su viaje de maduraci¨®n (cometer errores y aprender de ellos) fuese tratado como un espect¨¢culo para la masa. Ahora prepara su primera pel¨ªcula como guionista y directora, la adaptaci¨®n de la novela de culto La cronolog¨ªa del agua, porque se siente m¨¢s libre cuando la c¨¢mara enfoca a los dem¨¢s, tal y como explicaba hace unas semanas en Harpers Bazaar: ¡°Lo que me excita es la idea de impulsar una bola para que empiece a rodar. Y no ser yo la bola esta vez¡±.
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