C¨®mo debe vestir un hombre en una cita con Shakira
"Tras descartar la guayabera y la camiseta del Bar?a, opt¨¦ por un aire informal. A los famosos les gusta que seas natural en el trato con ellos", reflexiona nuestro columnista mientras prepara su encuentro con la colombiana
¡°Shakira ha pedido expresamente que seas t¨² el que vaya a entrevistarla¡±. Me sorprendi¨® mucho el mensaje. La ¨²ltima vez que hab¨ªa hecho algo con ella, period¨ªsticamente hablando, hab¨ªa sido en 2016 con motivo de su participaci¨®n en la pel¨ªcula de Disney Zootr¨®polis y tras entrevistarla hab¨ªa titulado, con enorme salero: ¡°Shakira: ¡®Todos tenemos una conejita dentro que sue?a con cosas grandes¡±, lo que hizo arquear m¨¢s de una ceja. Era una frase textual de la artista que se refer¨ªa a la protagonista del filme de dibujos animados, la coneja Judy Hopps, una prima putativa de Bugs Bunny que alcanzaba su sue?o de ser polic¨ªa. A pesar de la pulcra exactitud del titular, pas¨¦ d¨ªas temiendo que Piqu¨¦ me hiciera una visita.
"Me calc¨¦ zapatillas deportivas, me puse unos vaqueros, una camisa algo gastada y una americana que ha visto mejores tiempos. Parec¨ªa Benicio del Toro en 'Sicario', pero ya no ten¨ªa tiempo de cambiar de 'look"
Que Shakira quisiera que volviera a entrevistarla, ahora con motivo de la pel¨ªcula de su ¨²ltima gira, El Dorado World Tour, pod¨ªa significar que pretend¨ªa darme personalmente un cap¨®n. ¡°No, no, ?le gust¨® mucho tu entrevista!¡±, me aclararon en su entorno. Suspir¨¦ aliviado. Pero entonces me dio por angustiarme pensando qu¨¦ iba a ponerme. Al parecer le ca¨ªa bien, deb¨ªa seguir caus¨¢ndole buena impresi¨®n; no s¨¦, igual me dedicaba un tema. Tras descartar la guayabera y la camiseta del Bar?a, opt¨¦ por un aire informal.
Como si quedar con Shakira fuera para m¨ª algo de lo m¨¢s corriente. A los famosos les gusta que seas natural en el trato con ellos, bueno excepo al fil¨®sofo Karl Popper, que pretend¨ªa que hablaras alem¨¢n fluido y hubieras le¨ªdo todas sus obras; yo no hab¨ªa le¨ªdo ninguna cuando lo entrevist¨¦ y solo s¨¦ decir ¡°jawohl, mein obergruppenf¨¹hrer¡± y ¡°achtung minen¡±, y as¨ª se puso el t¨ªo. En fin, ¨¦l ya ha muerto y yo ten¨ªa una cita con Shakira. Me calc¨¦ zapatillas deportivas, me puse unos vaqueros, una camisa algo gastada y una americana que ha visto mejores tiempos. Parec¨ªa Benicio del Toro en Sicario, pero ya no ten¨ªa tiempo de cambiar de look. Antes de la cita vi la pel¨ªcula de la gira, que es al movimiento de caderas lo que Los ca?ones de Navarone al cine b¨¦lico.
Llegu¨¦ ufano al hotel Mandarin. Entr¨¦ tarareando ¡°me voy para Barranquilla¡± cuando frenaron mi entusiasmo. Por lo visto ¨¦ramos muchos los que hab¨ªamos quedado con Shakira, incluyendo reporteros y televisiones de medio mundo. Hab¨ªa que esperar. Pasaron dos horas. No fue un encuentro ¨ªntimo: en la habitaci¨®n hab¨ªa c¨¢maras, representantes de la estrella y un completo set de maquilladores. Me avisaron de que dispon¨ªa de diez minutos. No es que importara mucho porque me hab¨ªan advertido de que cualquier pregunta sobre Hacienda, vida personal o pol¨ªtica estaban prohibidas.
Aun as¨ª, Shakira se mostr¨® encantada de verme. ¡°Otra vez por aqu¨ª, qu¨¦ bien¡±. Mir¨¦ a mis espaldas por si hablaba con otro, pero me sonre¨ªa a m¨ª. La entrevist¨¦ sentados frente a frente estilo Frost y Nixon. Contest¨® a todas las preguntas, incluso a las que yo no deb¨ªa hacer. Hablamos de erotismo, y hasta del proc¨¦s y de Messi. De pocas mujeres puedes decir que el tiempo con ella pasa como un suspiro, pero, claro, tampoco hay tantas que te den solo diez minutos. No puedo asegurar que apreciara mi indumentaria (eso hubiera sido malgastar una pregunta). Pero ya lo hablaremos, si hay una pr¨®xima vez.
La entrevista del autor de este texto, Jacinto Ant¨®n, con Shakira se puede leer aqu¨ª.
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