?Existi¨® un evangelio er¨®tico?
La escrituras cristianas censuradas poseen una gran fuerza espiritual y humana, son una llamada a liberarnos de prejuicios e imposiciones externas que castran la cultura
Entre los muchos misterios y preguntas sin respuesta que encierran los Evangelios cristianos, se cree que pudo existir un Evangelio secreto de Marcos, anterior al que hoy conocemos como uno de los cuatro relatos can¨®nicos del cristianismo, y hasta un Evangelio er¨®tico.
En ese supuesto Evangelio secreto seg¨²n Marcos hay un pasaje muy concreto que difiere claramente del Marcos oficial. Un texto que ha generado muchos problemas, pues hubo algunas sectas, como los carpocratianos, que lo interpretaron en clave homosexual y er¨®tica. Por eso debi¨® haber desaparecido de la versi¨®n posterior, que hoy tomamos como oficial. El texto dice: ¡°Y llegaron a Betania. Hab¨ªa all¨ª una mujer cuyo hermano hab¨ªa muerto. Acerc¨¢ndose a Jes¨²s, se arrodill¨® ante ¨¦l y le dijo: 'Hijo de David ten misericordia de m¨ª', pero los disc¨ªpulos la apartaron, y Jes¨²s, encolerizado, sali¨® con ella al huerto, donde estaba el monumento, y enseguida se escuch¨® un gran grito procedente de este. Jes¨²s se acerc¨® y removi¨® la piedra de la entrada del monumento. Y enseguida, entrando en la estancia donde estaba el joven, extendi¨® su mano y lo resucit¨®. Levantando la vista, el joven lo am¨® y comenz¨® a pedirle que lo dejara quedarse con ¨¦l. Y al salir del monumento entraron en la casa del joven que era rico. Pasados seis d¨ªas, Jes¨²s le dijo lo que ten¨ªa que hacer y por la noche el joven se vino a ¨¦l, llevando un vestido de lino sobre su cuerpo desnudo. Y se qued¨® con ¨¦l aquella noche, pues Jes¨²s le ense?¨® el misterio del reino de Dios. Y despu¨¦s, levant¨¢ndose, se volvi¨® a la orilla¡±.
Biblistas como John Dominic Crossan sostienen que este pasaje figuraba en otro Evangelio de Marcos, que despu¨¦s fue censurado. Se cree que pod¨ªa ser un texto utilizado durante el rito nudista del bautismo, de ah¨ª que algunos fieles le hubieran dado una interpretaci¨®n er¨®tica y por eso acab¨® desapareciendo de la versi¨®n oficial. Aunque hay quienes piensan que, m¨¢s que eliminarlo, dicho texto fue diluido aqu¨ª y all¨ª en el texto oficial de Marcos.
Restos de aquel texto estar¨ªan, por ejemplo, en el curioso episodio de Marcos cuando cuenta que en el momento de detener a Jes¨²s en el Huerto de los Olivos, ¡°todos lo abandonaron y huyeron¡±, y que ¡°detuvieron a un joven que le segu¨ªa cubierto s¨®lo con un lienzo, pero ¨¦l, dejando el lienzo, se escap¨® desnudo".
El biblista Crossan defiende que, en tiempos de Clemente de Alejandr¨ªa, llegaron a existir tres versiones del Evangelio de Marcos: el can¨®nico, el er¨®tico y el secreto, y que este ¨²ltimo debi¨® desempe?ar un papel muy importante en la liturgia del bautismo, pues de lo contrario simplemente lo habr¨ªan destruido. Por otra parte, Jes¨²s no bautizaba aunque ¨¦l se hizo bautizar por Juan Bautista desnudo en un r¨ªo, y ese rito nudista no ten¨ªa por qu¨¦ ser visto en clave homosexual como hicieron algunas sectas disidentes.
Todo ello, explican los expertos b¨ªblicos, revela lo que hubiese supuesto este pasaje de no haber sido censurado y hasta eliminado ¡ªcomo tantos evangelios considerados ap¨®crifos¡ª s¨®lo porque pod¨ªan herir la sensibilidad de los legalistas y a los al¨¦rgicos a cualquier otro tipo de sexualidad.
Hoy mismo no se excluye que Jes¨²s ¡ªsi es verdad que no se cas¨®, algo dif¨ªcil de probar teniendo en cuenta la cultura de aquel tiempo en la cual era imposible que un hombre no tuviese una familia¡ª pudo haber sido homosexual. Hay, incluso, algunas hip¨®tesis que indican que su compa?ero fue Juan, aquel joven disc¨ªpulo cuya vida familiar despu¨¦s de la muerte de Cristo resulta un misterio.
El matrimonio de Jes¨²s con Magdalena, que no era una prostituta,?sino una mujer cultivada intelectualmente como durante a?os sostuvo la Iglesia, parte del movimiento gn¨®stico y quien incluso escribi¨® un Evangelio, es otro de los temas sobre los que la instituci¨®n prefiere cerrar los ojos.
Hay quien ha visto, por ejemplo, en el pasaje de la crucifixi¨®n, que el hecho de que Jes¨²s se haya presentado a Magdalena antes que a su madre o a los ap¨®stoles una vez resucitado es la prueba de que ¨¦sta era su mujer. Incluso Santo Tom¨¢s de Aquino, doctor de la Iglesia, se atormentaba pensando por qu¨¦ Jes¨²s no se apareci¨® antes que a nadie a los ap¨®stoles y s¨ª lo hizo frente a una mujer, puesto que en aquel tiempo el testimonio de una mujer no ten¨ªa validez durante un juicio. Su palabra no era tomada en cuenta.
Jes¨²s, que ya hab¨ªa quebrado todos los prejuicios burgueses y culturales para predicar la fuerza de la libertad de esp¨ªritu, quiso dejar constancia, en un momento fundamental como lo es el pasaje de la muerte a la vida, de que ¨¦l no aceptaba prejuicios sociales. Aunque fuera metaf¨®ricamente. Y que si para ¨¦l no exist¨ªa distinci¨®n entre jud¨ªos y gentiles, entre justos y pecadores, tampoco exist¨ªa entre el hombre y la mujer. Justamente fue a otra mujer, a la Samaritana, a quien Jes¨²s le revel¨® que llegar¨ªa el d¨ªa en que los hijos de Dios no necesitar¨ªan disputarse templos y catedrales para la adoraci¨®n de Dios, sino que rendir¨ªan culto en su propio coraz¨®n y en la libertad de su esp¨ªritu.
Los Evangelios que nos ofrece la Biblia cat¨®lica son una fuente de sabidur¨ªa antigua y moderna a la vez. A pesar de haber sido censurados, la mayor¨ªa de las escrituras aisladas durante los primeros siglos del cristianismo constituyen, a¨²n hoy, una fuente importante, no solo literaria o religiosa, sino liberadora de tab¨²s. Basta tener el coraje de leerlas sin prejuicios, ni ama?os de sacerdotes y pastores. Estos textos poseen una gran fuerza espiritual y humana, son una llamada a liberarnos de prejuicios e imposiciones externas que castran la cultura. Querer domesticarlos y usarlos para encadenar conciencias ser¨ªa el mayor pecado, para el que Jes¨²s dec¨ªa que no exist¨ªa perd¨®n.
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