El mundo y sus miedos est¨¢n revolucionando el lenguaje de la pol¨ªtica
La divisi¨®n entre izquierda y derecha ya no nos sirve. La gran batalla es entre autoritarismo y democracia
La ling¨¹¨ªstica se nos ha quedado estrecha para analizar las convulsiones pol¨ªticas que sacuden el mundo. Los viejos t¨¦rminos de izquierdas y derechas ya no nos sirven. Ahora el debate est¨¢ entre autoritarismo y democracia. Esa es la gran batalla. Aqu¨ª en Brasil y en todo el planeta. De hecho, una prueba de que no nos sirven ya los viejos clich¨¦s de la izquierda y la derecha es que hemos creado los t¨¦rminos de ¡°extrema izquierda¡± y ¡°extrema derecha¡±. Decir que Bolsonaro, Putin o Trump, por ejemplo, son de derechas significar¨ªa, en efecto, hacerles un elogio.
El mundo se lacera hoy m¨¢s bien entre autoritarismo y democracia. Entre quienes forcejean por cercenar las libertades individuales y colectivas y la democracia cada vez m¨¢s despreciada y m¨¢s amenazada por nostalgias dictatoriales.
?Es de izquierdas o de derechas el presidente Jair Bolsonaro que en sus 28 a?os como diputado federal vot¨® casi siempre con el Partido de los Trabajadores, el PT? ?Es nacionalista o ecum¨¦nico? ?Y Lula es de izquierdas? ?Lo era cuando en su segundo mandato quiso imponer lo que llam¨® ¡°control social¡± de los medios de comunicaci¨®n con una cartilla en la que una comisi¨®n externa a los medios deb¨ªa otorgar puntos de buena o mala conducta a los periodistas? ?Lo es ahora que libre de la c¨¢rcel busca de nuevo en la sombra conexiones con la derecha y el centro mientras el PT se desangra?
?Es de derechas Bolsonaro cuando arremete contra el diario Folha de Sao Paulo al que amenaza con sanciones? ?Por qu¨¦ la derecha tiene que ir contra la libertad de expresi¨®n? No, Bolsonaro no es de derechas, lo cual no ser¨ªa un pecado. Es un autoritario con nostalgias de viejas dictaduras, con pasi¨®n por la violencia y la tortura y contra todo lo que huela a derechos humanos y libertades individuales.
Los t¨¦rminos de derechas e izquierdas fueron siempre ambiguos hasta en la religi¨®n. En la Biblia se dice que Dios colocar¨¢ ¡°a su derecha¡± a los justos y ¡°a su izquierda¡± a los condenados. ?Es Dios de derechas o de izquierdas? En el lenguaje popular decimos que ¡°nos hemos levantado con el pie izquierdo¡± cuando todo nos sale mal.
No, ya no nos sirven las viejas etiquetas del pasado. Hoy la gran batalla mundial se da entre el autoritarismo y el respeto a la libertad de expresi¨®n y a la cultura. Entre el canibalismo pol¨ªtico que se nutre de corrupciones y privilegios vergonzosos, sean en la derecha o en la izquierda, y los valores de la democracia, cada d¨ªa m¨¢s amenazada por las viejas nostalgias nazifascistas.
El mundo se divide hoy entre los que son fieles a los valores de la libertad, de todas las libertades que nos permitan vivir sin las cadenas del autoritarismo que nos sofoca, y los que no. La guerra y sus dictaduras son el autoritarismo al estado puro. Es el sumo de la tiran¨ªa en el altar de las falsas libertades.
Que los t¨¦rminos "derecha" e "izquierda" ya no nos sirven para definir pol¨ªticas concretas se impone cada d¨ªa con mayor evidencia en el mundo. Hoy, al planeta, atraviesa una ola de autoritarismo, de negaci¨®n de los derechos fundamentales, de obcecaci¨®n contra las libertades humanas que son las que distinguen al ser racional. Los analistas internacionales se rompen los sesos para intentar entender ese nuevo fen¨®meno que recorre el planeta y est¨¢ convulsionando hasta a la vieja y moderna Europa, sede de los esplendores del Renacimiento.
Quiz¨¢s habr¨¢ que volver a Freud, que analiz¨® como pocos la necesidad que el ser humano, fr¨¢gil y con miedo de sus pulsiones de muerte, tiene de la seguridad y el orden. El padre del psicoan¨¢lisis nos explic¨® que la inseguridad del ser humano y sus miedos ancestrales hacen que en los tiempos de turbulencia y de p¨¦rdida de identidad, como la que estamos viviendo, acudamos a la figura paterna y autoritaria, que nos ofrece seguridad.
Todas las grandes neurosis personales o colectivas, las depresiones en masa que sacuden a todos los continentes, los miedos a la libertad y a los diferentes derivan de esa inseguridad innata del Homo sapiens, que se debate entre la nostalgia de la libertad perdida en el para¨ªso, y el miedo a la soledad radical, algo que proyectamos frente a todos los que vemos como enemigos.
El mundo de hoy se divide entre los anhelos de libertad, que son la esencia de la vida personal y colectiva, y los miedos al autoritarismo castrador que nos recorta las alas y nos impide respirar el aire de la libertad.
Hoy el mundo se divide cada vez m¨¢s de norte a sur y de este a oeste, entre los que, engarrotados por el miedo, intentan levantar muros que nos separan y quienes, en aras de la libertad, que es la entra?a de la existencia, prefieren acabar con las fronteras.
Parece que estamos ante las viejas guerras ideol¨®gicas: entre libertad y esclavitud, entre quienes prefieren vivir en libertad aunque amenazados, que en una esclavitud que nos ofrece el espejismo de la seguridad. ?Qui¨¦n ganar¨¢ esa batalla entre ese autoritarismo que se impone como un nuevo dogma, y democracia, que es el espejo de los anhelos m¨¢s profundos del ser humano creado para cuidar del mundo y no para prostituirlo?
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