W. Somerset Maugham y la medicina
Siendo un estudiante en pr¨¢cticas, Somerset Maugham aprendi¨® que las emociones humanas solo se pueden explicar a la manera literaria, por ser esta la ¨²nica forma de comunicarlas
Los l¨ªmites entre ciencia y literatura quedaron fijados con la llegada del Renacimiento, cuando la ciencia se blind¨® a interpretaciones ¡°poco racionales¡±. De esta manera, no solo quedaba fuera de las lindes el siempre perjudicial dogma religioso, sino tambi¨¦n toda la materia invisible que soporta el peso org¨¢nico del mundo; aspecto nada desechable cuando se trata de anticipar la incertidumbre del entorno. Dicho de otra manera, la frontera entre ciencia y literatura, en realidad, viene a ser difusa aunque se nos presente n¨ªtida como corresponde a toda frontera inventada.
W. Somerset Maugham es un claro ejemplo de tal afirmaci¨®n.
En el pr¨®logo a sus cuentos -editados por Atalanta -el escritor Vicente Molina Foix nos relata c¨®mo Somerset Maugham apareci¨® por Sevilla a finales del siglo XIX, tocado con un sombrero cordob¨¦s y envuelto en una capa. Acababa de publicar su primera novela, Liza de Lambeth?y se acababa de graduar como doctor en la escuela m¨¦dica londinense de St Thomas, en su especialidad m¨¢s creativa, es decir, la obstetricia. Bien mirado, lo de ocuparse del embarazo y el parto de las mujeres es tambi¨¦n una manera de ocuparse de la creaci¨®n.
Por lo mismo, en sus diarios, Somerset Maugham se?al¨® el valor literario de todo lo que vivi¨® en su ¨¦poca como estudiante de medicina. Entre otras muchas cosas, aprendi¨® que el dolor es a la salud lo mismo que la curiosidad al conocimiento. Viendo a hombres y mujeres morir, Somerset Maugham curioseaba en su dolor hasta comprenderlo y as¨ª poder paliarlo. Con ello, aprendi¨® que las emociones humanas solo se pueden explicar a la manera literaria, por ser esta la ¨²nica forma de comunicarlas.
Viendo a hombres y mujeres morir, Somerset Maugham curioseaba en su dolor hasta comprenderlo y as¨ª poder paliarlo
En aquellos a?os de aprendizaje, Somerset Maugham obtuvo su experiencia vital, la que formar¨ªa el sedimento de toda su obra desde la primera novela, la citada ¡°Liza de Lambeth¡± y donde nos cuenta la historia tr¨¢gica de Liza Kemp, chica de un barrio obrero londinense que trabaja en una f¨¢brica y vive con su madre, una mujer viuda y alcoh¨®lica. Todo cambia para Liza cuando se enamora de un hombre casado.
El tema principal de Liza de Lambeth?es el adulterio y su relaci¨®n con la miseria econ¨®mica que condiciona las vidas en los m¨¢rgenes; la misma pobreza con la que Somerset Maugham entr¨® en contacto cuando hizo pr¨¢cticas de obstetricia en el suburbio londinense de Lambeth.
A partir de la publicaci¨®n de esta novela, Somerset Maugham se convertir¨¢ en un escritor de ¨¦xito, dejando de lado la pr¨¢ctica de la medicina. A sabiendas de que hay muchas maneras de estar vivo y una sola manera de estar muerto, se dedicar¨ªa a vivir y a escribir.
Entre su producci¨®n literaria cabe destacar el libro de cuentos que hoy nos trae hasta aqu¨ª y donde brilla con luz propia el titulado Lluvia; la historia del matrimonio formado por el doctor Macphail y su esposa. Todo empieza para ellos cuando tienen que permanecer en la isla de Pago-Pago de manera forzosa ante una epidemia que les impide embarcarse. La naturaleza de los acontecimientos les obliga a compartir vivienda con una prostituta y con un matrimonio puritano e intolerante.
Las relaciones entre personajes vienen a revelar la sombreada frontera entre represi¨®n -representada por el matrimonio puritano- y libertad -representada por la prostituta. El m¨¦dico no soporta la escala de valores que se traducen en la doble moral del otro matrimonio. Con tal ejemplo literario, el escritor Somerset Maugham nos viene a mostrar que ciencia y literatura van juntas, y m¨¢s a¨²n cuando se trata de oponerse a la intolerancia condicionada por la religi¨®n.
Sin duda, Somerset Maugham es la conquista del espacio literario por parte de la ciencia desde que un buen d¨ªa apareci¨® por la calle Sierpes, envuelto en su capa ribeteada, dispuesto a dejar la medicina para convertirse en escritor.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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