2020

Hace alg¨²n tiempo, en los peores de la crisis, escrib¨ª una columna en una fecha parecida a esta, con un prop¨®sito semejante al que persigo hoy. En aquella dram¨¢tica coyuntura, intent¨¦ contagiarles optimismo, desearles lo mejor para el a?o que empezaba, pero no recuerdo ninguno de mis buenos deseos, s¨®lo el ¨²ltimo, que desde el punto de vista de la bondad dejaba bastante que desear. Ojal¨¢ los culpables de todo esto se intoxiquen con una ostra justiciera, escrib¨ª entonces, y vuelvo a escribir hoy con el mismo anhelo pero mucha menos fe. Sigo aspirando al optimismo, pero cada a?o me sale peor. Me gustar¨ªa apostar por las felicidades p¨²blicas, porque no tenemos ninguna necesidad m¨¢s urgente, pero mis ilusiones no dan para tanto. Deseo que en 2020 tengamos Gobierno, claro, por supuesto, pero eso, aun siendo tan dif¨ªcil, es demasiado poco para estrenar un a?o. Otros deseos sinceros ¡ªque los migrantes dejen de morir abandonados en alta mar, que la temperatura del planeta no llegue a subir tanto como indican las predicciones, que no asesinen a una sola mujer m¨¢s, que desaparezca la pobreza infantil¡ª me dan tanta verg¨¹enza que hasta me duelen los dedos al escribirlos. ?C¨®mo podr¨ªa desearles prosperidad para este 2020, que evoca la ¨¦poca en teor¨ªa m¨¢s feliz que hace un siglo vivi¨® este continente, si s¨¦ lo que pas¨® dos d¨¦cadas despu¨¦s? Conc¨¦ntrense en las peque?as cosas. Celebren la vida, por dura que sea, un d¨ªa tras otro. Disfruten del amor de los suyos, de la compa?¨ªa de sus amigos, compren solamente lo que necesitan. Ahorren energ¨ªa para la primavera y conserven la salud para disfrutarla. Y ojal¨¢, porque m¨¢s vale tarde que nunca, la grandiosa sombra de don Benito vuelva a amparar a los pobres espa?oles. Feliz A?o Gald¨®s.