El margen del Gobierno
Llega el momento en el que podremos poner par¨®n al ciclo electoral y empezar a hablar algo m¨¢s sobre pol¨ªticas concretas
Con la investidura del nuevo Ejecutivo, que presumiblemente llegar¨¢ este martes, entramos en una nueva fase pol¨ªtica en Espa?a. No solo por sus caracter¨ªsticas (el primero en coalici¨®n desde 1977), sino tambi¨¦n por la compleja gobernabilidad que tiene por delante. En todo caso, el debate pasa de interrogarnos sobre qu¨¦ Gobierno, a Gobierno para qu¨¦. Bienvenido el cambio.
Un Ejecutivo de coalici¨®n minoritaria entre PSOE y Unidas Podemos cierra la puerta a la geometr¨ªa variable a izquierda y derecha. Salvo el viraje de Ciudadanos, quiz¨¢ en alguna medida puntual, es improbable que los populares se sienten a la mesa con este Ejecutivo. Algo, adem¨¢s, reforzado por su pugna en la derecha con Vox, lo que les har¨¢ m¨¢s r¨ªgidos en su tarea de oposici¨®n. Por lo tanto, la mayor¨ªa que apoyar¨¢ la investidura, con regionalistas e independentistas, es la ¨²nica que tiene el Gobierno para aprobar sus leyes. Y, por supuesto, para sus primeros Presupuestos Generales del Estado, de lo que depender¨¢ que la legislatura se alargue, como poco, a los dos a?os.
A mi juicio, el Gobierno no tendr¨¢ demasiadas dificultades para aprobar aquellas medidas que impliquen cambios en la legislaci¨®n ordinaria. Bien porque de nuevo abuse del real decreto ley, que se convalida despu¨¦s en el Congreso, bien porque las abstenciones son m¨¢s baratas y le permitir¨¢ llegar a la mayor¨ªa simple.
Sin embargo, lo mollar de las reformas planteadas por el Gobierno, como la laboral o la educativa, s¨ª que tendr¨¢n que superar m¨¢s obst¨¢culos. De un lado, porque requieren modificaci¨®n de leyes org¨¢nicas. Esto supone que no existe el atajo del real decreto y que el requisito es firme: una mayor¨ªa absoluta, un umbral por encima del de la investidura del martes. Del otro lado, porque llegar a esos apoyos requerir¨¢ armar una f¨®rmula en el legislativo muy heterog¨¦nea y ser¨¢ un reto que amarrar votos por un lado no se los haga perder por el otro.
Por tanto, es f¨¢cil anticipar que aquellas reformas vinculadas a derechos sociales o culturales no deber¨ªan ser dif¨ªciles de tramitar, tales como revisar la ley de la memoria hist¨®rica, medidas feministas o derogaci¨®n de la ley mordaza. Sin embargo, las medidas que impliquen cuestiones econ¨®micas, regulatorias y estructurales ser¨¢n m¨¢s complicadas porque, en materia socioecon¨®mica, Coalici¨®n Canaria o el PNV ni mucho menos comparten el enfoque de Podemos o ERC. El m¨ªnimo com¨²n denominador ser¨¢, sin duda, m¨¢s estrecho.
As¨ª, ahora que arranca este nuevo Gobierno, llega el momento en el que podremos poner par¨®n al ciclo electoral ¨Ccon permiso de Euskadi, Galicia y Catalu?a¨C y empezar a hablar algo m¨¢s sobre pol¨ªticas concretas. De la eficacia del Gobierno en sacarlas adelante depender¨¢ el devenir de la izquierda el pr¨®ximo ciclo electoral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.