Ir¨¢n, un papel de tornasol
La tensi¨®n b¨¦lica entre Teher¨¢n y Washigton se convirti¨® en un insumo m¨¢s de la polarizaci¨®n en Am¨¦rica Latina. Tambi¨¦n es una se?al de los alineamientos internacionales de cada pa¨ªs
La tensi¨®n b¨¦lica entre los Estados Unidos e Ir¨¢n, agravada desde la eliminaci¨®n del general Qassem Soleimani, se convirti¨® en un insumo m¨¢s de la polarizaci¨®n que signa la vida p¨²blica de Am¨¦rica Latina. Tambi¨¦n es una se?al de los alineamientos internacionales de cada pa¨ªs.
La mayor novedad proviene de Brasil. El enfrentamiento encuentra a ese pa¨ªs encolumnado con Washington. Una opci¨®n inesperada para una diplomacia que siempre ha sido muy celosa de su autonom¨ªa.
Cuando se conoci¨® la noticia del ataque sobre Soleimani y su comitiva, el Gobierno brasile?o emiti¨® un comunicado condenando el terrorismo, que Jair Bolsonaro identifica con Ir¨¢n. Por si quedaba una duda, el mismo texto repudi¨® la agresi¨®n de las milicias iran¨ªes a la embajada norteamericana en Bagdad. El hijo del presidente que m¨¢s atenci¨®n presta a las cuestiones internacionales, Eduardo, record¨® que los ataques terroristas a la embajada de Israel, en 1992, y a la mutual AMIA, en 1994 en Buenos Aires, son atribuidos a militantes de Hezbollah con cobertura iran¨ª. Para que queden claras estas preferencias, su padre, el presidente, divulg¨® una imagen de s¨ª mismo mirando un mensaje de Donald Trump sobre Medio Oriente.
La adhesi¨®n de la derecha brasile?a a la decisi¨®n de Trump se fue haciendo m¨¢s enf¨¢tica en la medida en que el conflicto internacional se nacionalizaba. Bolsonaro difundi¨® una foto de Lula da Silva, su m¨¢ximo rival, con el expresidente iran¨ª Mahmoud Ahmadinejad, ambos sonrientes. Ir¨¢n trae un recuerdo amargo para Lula. En 2010, ¨¦l intent¨®, junto al turco Recep Tayipp Erdogan, mediar entre Teher¨¢n y las principales potencias occidentales. Ten¨ªa un brumoso aval de Barack Obama, que la Casa Blanca m¨¢s tarde desminti¨®. Un malentendido que interrumpi¨® el idilio entre Obama y Lula. Dilma Roussef tom¨® otro camino y, al asumir la presidencia, adelant¨® que se distanciar¨ªa de Teher¨¢n porque su Gobierno viola los derechos humanos, en especial los de las mujeres. Lula sigue en su antigua posici¨®n: el mi¨¦rcoles pasado declar¨® que ¡°a los Estados Unidos les gusta generar confusi¨®n, preferentemente lejos de su territorio. No hay necesidad de inventarse terrorismo en Ir¨¢n¡±.
La adhesi¨®n de Bolsonaro a Trump encendi¨® alarmas en el aparato de seguridad brasile?o, por temor a alguna acci¨®n violenta en el propio pa¨ªs. Siempre se sospecha de la filiaci¨®n fundamentalista de algunos inmigrantes de Medio Oriente radicados en la frontera con la Argentina y Paraguay. Pero desde hace un par de a?os apareci¨® otra hip¨®tesis tenebrosa: la presunta conexi¨®n entre organizaciones terroristas y redes delincuenciales brasile?as. Sobre todo el Primer Comando de la Capital, una mafia surgida en San Pablo, con alrededor de 20.000 integrantes, que se conduce desde las c¨¢rceles. Estas conjeturas tuvieron una consecuencia pr¨¢ctica: Bolsonaro suspendi¨® su viaje al foro econ¨®mico de Davos, seg¨²n confes¨®, para evitar riesgos. Su vocero debi¨® corregirlo, como era de esperar, para que esa alarma no atemorizara a los brasile?os con la posibilidad de ver a su pa¨ªs como blanco de una agresi¨®n.
La contradicci¨®n sobre el eje iran¨ª, bastante artificial en Brasil, tiene m¨¢s consistencia en Venezuela. Hugo Ch¨¢vez y Nicol¨¢s Maduro han mantenido relaciones bastante sistem¨¢ticas con el Teher¨¢n de Ahmadinejad, y tambi¨¦n con el de Has¨¢n Rohani. Por eso, en pleno entredicho por su elecci¨®n como presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaid¨® exhum¨® fotos de Maduro, en sus tiempos de canciller, firmando acuerdos con Ir¨¢n. En un comunicado que hace juego con el de la canciller¨ªa rusa, el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano asegur¨® que la liquidaci¨®n de Soleimani ¡°a todas luces eleva la tensi¨®n de la regi¨®n, sin fundamento alguno en el Derecho Internacional¡±.
El ecuatoriano Rafael Correa fue, desde la oposici¨®n a Len¨ªn Moreno, mucho m¨¢s contundente que sus amigos chavistas. ¡°Lo que ha hecho Trump en Bagdad es un acto terrorista para supuestamente combatir ¡®terrorismo¡±, escribi¨® en su cuenta de Twitter.
El boliviano Evo Morales, que conduce la campa?a electoral de su Movimiento al Socialismo como refugiado, en la Argentina, fue menos expl¨ªcito que su amigo de Ecuador. Sostuvo ¡°la paz se garantiza respetando la soberan¨ªa de los Estados, sin bases militares ni intervenciones¡±. Mientras divulgaba ese tuit, el Gobierno de los Estados Unidos restitu¨ªa programas de ayuda econ¨®mica a Bolivia, que hab¨ªan sido suspendidos durante su Gobierno. Un respaldo inocultable a la gesti¨®n de Jeanine ??ez, a quien Morales acusa de golpista.
Ir¨¢n fue tambi¨¦n un papel de tornasol para que se note otra novedad. Igual que frente a la interminable crisis venezolana, tambi¨¦n ante la muerte de Soleimani la Argentina sigui¨® a M¨¦xico. Ambos pa¨ªses llamaron al di¨¢logo, sin realizar imputaciones. Este pronunciamiento es m¨¢s significativo en el caso del argentino Alberto Fern¨¢ndez, ya que en su pa¨ªs Ir¨¢n es desde hace a?os una variable permanente de la pol¨¦mica dom¨¦stica. Sobre todo desde que su vicepresidenta Cristina Kirchner, cuando estaba al frente del pa¨ªs, suscribi¨® un entendimiento para acordar con Ahmadinejad una salida penal al atentado de la AMIA. La oposici¨®n al kirchnerismo siempre vio en ese memor¨¢ndum una complicidad con los iran¨ªes. La expresidenta nunca pudo explicar bien por qu¨¦ lo suscribi¨®. En su propio entorno aparecen versiones de que fue por influencia del venezolano Ch¨¢vez. Esta controversia tuvo un giro m¨¢s dram¨¢tico cuando el fiscal Alberto Nisman acus¨® a la se?ora de Kirchner de encubrir, con ese pacto, aquel ataque terrorista. A los pocos d¨ªas de esa denuncia, Nisman apareci¨® muerto. Es dif¨ªcil que un antikirchnerista piense que se suicid¨®. Y es dif¨ªcil que un kirchnerista piense que lo mataron. En este contexto, Fern¨¢ndez, que depende de Cristina Kirchner pero necesita del aval de Washington en sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, sigui¨® los pasos de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Hombre de izquierda, pero vecino de los Estados Unidos, L¨®pez Obrador es, como su disc¨ªpulo argentino, un equilibrista.
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