"Las feministas de Mil¨¢n son estrechas de miras": la silla reivindicativa que enfrenta a Gaetano Pesce con las activistas
Su famosa butaca UP5, de 1960, presenta a la madre como protectora y como prisionera, y por eso, una asociaci¨®n cultural quiere exhibirla de forma permanente en Estocolmo, pero su instalaci¨®n el a?o pasado en Mil¨¢n puso en pie de guerra a los grupos feministas locales. ?Por qu¨¦?
Para Gaetano Pesce (La Spezia, Italia, 1939), "el objeto debe ser algo m¨¢s que la expresi¨®n de s¨ª mismo: no basta con hacer cosas mullidas para que alguien se siente en ellas". El n¨²mero 5 de la serie Up que el arquitecto y dise?ador cre¨® para B&B Italia en 1969 es sin duda mullido. Su silueta antropomorfa est¨¢ inspirada en las cualidades de la maternidad que ensalzaban las venus prehist¨®ricas, cuyo equivalente actual podr¨ªa ser Kim Kardashian, y en aquel a?o en que la humanidad pis¨® por primera vez la luna encarnaba la actriz Anita Ekberg. En su honor, Pesce bautiz¨® esta butaca como Donna, aunque el mundo del dise?o la apod¨® como La Mama.
Esta lectura funcionalista del cuerpo femenino adquir¨ªa r¨¢pidamente un significado que golpeaba a¨²n m¨¢s duro cuando a la UP5 se un¨ªa la silla otomana, el n¨²mero 6 de la colecci¨®n, que se encadenaba al sill¨®n mediante un cord¨®n umbilical de pl¨¢stico. Enseguida aquella butaca pasaba a ser una mujer sentada y con una gran bola atada al pie. El puf se transformaba en la cadena que presentaba a la mujer como v¨ªctima y a la madre, como protectora, "el calor y la seguridad del abrazo de una madre", como destaca France Vanlaethem en su libro monogr¨¢fico Gaetano Pesce (Thames And Hudson, 1989), al tiempo que prisionera, una esclava del prejuicio masculino.
El a?o pasado, Up cumpli¨® 50 a?os y B&B Italia lanz¨® una reedici¨®n especial de UP5&6, en rayas beis y verde petr¨®leo. Gaetano Pesce, adem¨¢s, instal¨® en la plaza del Duomo de Mil¨¢n Maest¨¤ Sofferente ("majestad sufriente"), una enorme butaca Donna encadenada a una bola, atravesada por flechas y rodeada de bestias en actitud de ataque, que representaban la violencia del patriarcado sobre la mujer; y que levant¨® una encarnizada controversia que enfrent¨® al arquitecto con grupos feministas locales. Ahora, una asociaci¨®n cultural sueca ha pedido a Pesce la obra para instalarla de forma permanente en una plaza de Estocolmo, y el equipo de Pesce se ha despachado con una peineta verbal en su cuenta de Instagram.
El humanista punk
La serie al completo incorpor¨® una innovaci¨®n tecnol¨®gica que dej¨® al p¨²blico clavado en el sitio cuando se present¨® por primera vez en Mil¨¢n, y que hoy es mandamiento en la log¨ªstica de distribuci¨®n sostenible. "La mayor sorpresa del Salone fue la presentaci¨®n de la serie Up", recog¨ªa la venerada revista Domus en noviembre de aquel a?o: "Una revoluci¨®n en el campo del embalaje de asientos y divanes. Tres de las piezas de la serie est¨¢n realizadas en un poliuretano especial que permite reducir su tama?o".
La idea lleg¨® a Pesce en la ducha, mientras estrujaba la esponja con la mano y se recreaba despu¨¦s en el modo en que recuperaba su forma y su volumen originales. Se pregunt¨® si el mismo principio podr¨ªa aplicarse al mobiliario e imagin¨® una silla futurista que no tuviera ninguna estructura interna, hecha de poliuretano, y que pudiera comprimirse y envolverse al vac¨ªo (lo mismo que ocurre hoy con los colchones de Ikea). Logr¨® reducir el tama?o del objeto hasta en un 90%.
El movimiento moderno, a ojos de Gaetano Pesce, no es tanto un estilo como "un m¨¦todo a trav¨¦s del dise?o de interpretar el presente y apuntar claves sobre un futuro en el que la individualidad se protege y celebra", tal y como explica en su p¨¢gina web. Su reivindicaci¨®n, seg¨²n el sitio especializado Art Net: "Me gustar¨ªa ver m¨¢s sentimientos humanos y menos abstracci¨®n; m¨¢s historias personales". Este principio ha impregnado su obra durante m¨¢s de medio siglo de creaci¨®n, tanto en el dise?o industrial como en la arquitectura, el urbanismo, el interiorismo o el arte.
Ejemplos de ello en arquitectura son su proyecto de 1963 Casa el¨¢stica, con espacios modulables o el de la torre para el Chicago Tribune en el que la libertad de expresi¨®n y de prensa se convierten en un acto doloroso, o su Organic Building que ejecut¨® en Osaka (Jap¨®n) en 1989, precursor de tantas edificaciones que son a su vez un jard¨ªn vertical.
Pero quiz¨¢ sus aplicaciones m¨¢s conocidas sean en el campo del dise?o con piezas como el gabinete Sole (2019) ¨C"¨²nica"¨C, que trata el tema de la iconograf¨ªa de la mujer en la historia del arte, o el Nobody's perfect, vendido por 11.000 d¨®lares en una subasta en Sotheby's el pasado diciembre, que exhibe sus formas irregulares en un mundo que venera la simetr¨ªa y la perfecci¨®n f¨ªsica. O la mesa Golgotha (1972), de vidrio manchado con resina roja, que toma el nombre del monte donde Cristo fue crucificado y cuya predecesora fue su performance Piece per una Fucilazione (1967).
El dolor, el sufrimiento o las injusticias son material de dise?o que Pesce traslada a sus objetos. Hay quien compara la influencia de Pesce en el dise?o contempor¨¢neo con la del punk en toda la m¨²sica. Sus creaciones se exponen en 30 colecciones permanentes de museos de arte contempor¨¢neo de todo el mundo, desde el MoMA de Nueva York hasta el?Victoria and Albert Museum de Londres o el Pompidou en Par¨ªs. Y sus preceptos est¨¦ticos y comprometidos se reflejan de forma clara en la obra de j¨®venes dise?adores como Misha Khan o Katie Stout.
La mujer sufriente, la mujer inerte
Sin embargo, estos esfuerzos no convencieron a las feministas italianas. Cuando acab¨® la presentaci¨®n de Maest¨¤ Sofferente en Mil¨¢n, el grupo Non Una Di Meno ("ni una menos") inici¨® una protesta contra la pieza de Pesce con pancartas que rezaban "Ceci n¡¯est pas une femme" ("esto no es una mujer"), con textos del grupo de artistas y activistas estadounidense Guerrilla Girls, y un escalofriante dato estad¨ªstico: en Italia hay un feminicidio cada tres d¨ªas. La obra "perpet¨²a la violencia sobre las mujeres", explicaron las convocantes: "Una vez m¨¢s, la mujer es representada como v¨ªctima en un cuerpo inerte, sin siquiera cuestionarse qui¨¦n es el actor de la violencia". Y algunas activistas acusaron al artista de imaginar a la mujer como una pieza de mobiliario.
"Creo que este grupo feminista no ha le¨ªdo ni entendido el significado de mi obra en Mil¨¢n", respondi¨® Pesce en declaraciones a Deezen. "En general, cuando dos entidades luchan por el mismo objetivo, cooperan". Esta semana, Gaetano Pesce ha anunciado que una asociaci¨®n cultural de Suecia se ha puesto en contacto con su estudio para instalar en una plaza de Estocolmo la escultura que mostr¨® el pasado abril en el Fuorisalone durante la Milan Design Week. "El debate sobre la mujer como v¨ªctima del prejuicio masculino est¨¢ muy presente en la sociedad sueca", ha explicado el equipo del arquitecto y dise?ador.
Aunque el mensaje no se ha quedado ah¨ª: "Con esto en mente, es necesario hacer una reflexi¨®n sobre el provincianismo y la estrechez de miras del grupo feminista de Mil¨¢n Non Una di Meno, quienes, sin haber entendido la obra de Gaetano Pesce y sus esfuerzos en la materia durante los ¨²ltimos 50 a?os, contestaron a la obra para sorpresa de muchos, quiz¨¢ en b¨²squeda de la publicidad de la que Non Una di Meno carece". Podr¨ªa decirse que el debate, en realidad, enriquece el concepto de Maest¨¤ Sofferente, de Donna y de una reivindicaci¨®n encerrada en un mueble a la que por primera vez, en sus 50 a?os de historia, las mujeres ponen voz.
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