L¨¢minas de microscopio que inspiran ¨¢rboles de la vida

El rostro de una ni?a sobre un diente de ajo, un trozo de c¨¦sped visto del rev¨¦s, una decena de flores enormes hechas de papel mach¨¦ o la cabeza de un unicornio con un cuerno de m¨¢s de un metro son algunas de las piezas que se encuentran en el Centro de Arte Complutense de Madrid con motivo de la exposici¨®n Herbarios Imaginados. Entre el arte y la ciencia, que se ha inaugurado este jueves y permanecer¨¢ hasta el 31 de marzo. Cuatro salas constituyen un recorrido que teje v¨ªnculos estrechos entre el rigor de la ciencia, la ecolog¨ªa y la libertad art¨ªstica a partir de obras de 25 artistas contempor¨¢neos nacionales e internacionales.

Luis Castelo y Toya Legido, comisarios y profesores del grupo de investigaci¨®n de arte, tecnolog¨ªa, imagen y conservaci¨®n del patrimonio cultural de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), han recuperado el material escondido en los armarios de los laboratorios de las facultades para sacarlos a la luz y mostrarlos con un lenguaje accesible para todos. ¡°Eran una maravilla. Hab¨ªa que dar todo esto a conocer y retirarlo de esa bolsa de pl¨¢stico¡±, explican. La mayor¨ªa de este contenido in¨¦dito son creaciones que se inspiran de la ciencia y la naturaleza mientras que otras son muestras de un microscopio o l¨¢minas did¨¢cticas de las clases de bot¨¢nica de siglos anteriores que se convierten en obra de arte.

La primera sala, Venenos y medicina, ¡°es el v¨ªnculo entre ciencia y magia¡±, explica Legido. El cuerno del unicornio da la bienvenida entre colores azulados, jarrones farmac¨¦uticos del siglo XVI, plantas envenenadas que dan poderes a las brujas y obras como las de Joan Fontcuberta. Este artista catal¨¢n contempor¨¢neo juega con el espectador: lo que parecen ser dibujos cient¨ªficos de flores registradas son plantas inventadas que nunca existieron. "El artista busca a romper con la objetividad cient¨ªfica. Quiere mostrar que no es verdad porque sea fotograf¨ªa o ciencia¡±, comenta Legido. A su izquierda, 12 campanas de vac¨ªo protegen hojas de ¨¢rboles secas, trozos min¨²sculos de madera o dientes de ajo sobre los cuales hay fotograf¨ªas de antepasados aplicadas por la artista Lorena Cosba.

¡°Quer¨ªamos que este espacio mostrara c¨®mo cambia el concepto de la bot¨¢nica con los viajes y la exploraci¨®n a lo largo del tiempo¡±, cuenta la profesora al llegar a la siguiente etapa. Las obras de Alfonso Galv¨¢n transmiten surrealismo y evasi¨®n mientras que las fotograf¨ªas de Paula Anta, m¨¢s recientes, revelan una naturaleza encarcelada por la industria. ¡°Estas im¨¢genes muestran c¨®mo los espacios verdes han sido conquistados por lo urbano¡±, comenta un espectador. En Tropolog¨ªa I, el artista madrile?o Andr¨¦s Pach¨®n, de 35 a?os, juega con la realidad e incorpora de nuevo al ser humano en la pureza de la naturaleza.

Jardines y florilegios es la sala m¨¢s grande, m¨¢s colorida y la que quiz¨¢s m¨¢s apacigua. La Facultad de Farmacia de la UCM ha cedido una decena de piezas que serv¨ªan para ense?ar la biolog¨ªa en el siglo XX. Son flores reconstruidas con papel mach¨¦ o gelatina que miden unos 40 cent¨ªmetros, esparcidas por cada rinc¨®n como en un jard¨ªn. Unos ¨¢rboles de la vida dibujados por la artista sueca Lotta Olsson reposan frente a la obra Eucaliptus Globulus, del chileno Rodrigo Arteaga, que busca denunciar la muerte de la naturaleza.

¡°La naturaleza es una fuente de inspiraci¨®n. El arte abstracto nace de las l¨¢minas del microscopio¡±, comenta Castelo. En la ¨²ltima sala y la m¨¢s oscura,?Ciencia y medio ambiente, sobresalen detalles de las hojas y formas curiosas de las ra¨ªces de las plantas. El principal objetivo de esta parte es demostrar que ¡°la naturaleza est¨¢ para ser escuchada y aprender de ella mimetizando de manera sostenible sus din¨¢micas y procesos¡±, explica Tonia Raquejo, catedr¨¢tica de la Facultad de Bellas Artes de la UCM. La obra Soup, de Mandy Barker, atrae las miradas. Son como trozos de flores mezcladas en un fondo negro, pero, en realidad, la composici¨®n est¨¢ hecha a base de basura. El movimiento de sus figuras sigue un flujo inspirado de las aguas contaminadas para denunciar el consumo. Pese a este mensaje claro, las fotograf¨ªas de Jos¨¦ Quintanilla representan un portal y la rueda de un coche atrapados entre las plantas y las ramas al estilo de una tela de ara?a. Su obra y la de muchos otros presentes en el Centro de Arte de la Complutense demuestran en definitiva que la naturaleza nos sobrevivir¨¢.

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