Por qu¨¦ en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio 2020 tendremos que acostumbrarnos a ver esv¨¢sticas
Un monje budista en Estados Unidos lleva a?os tratando de rescatar la cruz gamada de las manos de las fuerzas del odio para devolverle su significado original. Entretanto, los visitantes a Jap¨®n este a?o recibir¨¢n mapas con el emblema repetido por toda su geograf¨ªa
La esv¨¢stica es un s¨ªmbolo de paz, prosperidad y buena suerte para cerca de 2.300 millones de personas, un tercio de la poblaci¨®n mundial. La mayor¨ªa de ellos se encuentra en Asia, donde es un emblema sagrado para el budismo, el hinduismo, el jainismo y el odinismo. Eso pensaba el monje budista Rev Dr. T.K. Nakagaki cuando en abril de 1986, reci¨¦n llegado a Estados Unidos, elabor¨® una cruz gamada de crisantemos para celebrar el cumplea?os de Buda y la coloc¨® en su templo de Seattle (Washington). Sus compa?eros entraron en p¨¢nico. "No puedes hacer eso", le gritaron. Fue el momento de su despertar. La ¨²ltima vez que la utiliz¨® en Occidente.
Nakagaki es en la actualidad uno de los monjes budistas m¨¢s influyentes de EE.UU., presidente de la Fundaci¨®n Heiwa por la Paz y la Reconciliaci¨®n de Nueva York, notable cal¨ªgrafo y un hombre con una misi¨®n: rescatar a la esv¨¢stica de las fuerzas del odio.
"Si pudiera convencer tan solo al 1% ser¨ªa un ¨¦xito", comenta Nakagaki. Acaba de publicar su libro de t¨ªtulo La esv¨¢stica budista y la cruz de Hitler (Stone Bridge Press). con el que pretende aportar un poco de luz sobre la historia y el significado milenario del s¨ªmbolo que hoy asociamos al horror nazi. Es consciente del escepticismo que despierta su esfuerzo.
Estos a?o, su cruzada obtendr¨¢ una peque?a victoria con motivo de los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio 2020. Este choque cultural fue precisamente tema de debate en Jap¨®n, donde el manji (la esv¨¢stica nipona) se utiliza para situar en los mapas los templos budistas, religi¨®n que profesan unos 46 millones de personas en el pa¨ªs. De ah¨ª que en 2016, la Autoridad de Informaci¨®n Geoespacial de Jap¨®n (GSI) lanzara una consulta p¨²blica para eliminar el manji de los mapas para no herir la sensibilidad de los visitantes a los Juegos Ol¨ªmpicos. Tras un apoyo masivo a su permanencia, decidieron que sean los extranjeros los se acostumbren a su visi¨®n, y la esv¨¢stica no aparece en la lista de s¨ªmbolos que se modificar¨¢n para hacer m¨¢s comprensibles los mapas para ellos.
El secuestro nazi de un s¨ªmbolo mundial
Desde que Adolf Hitler la secuestr¨® en 1920 para convertirla en la marca registrada del Tercer Reich, se convirti¨® en la representaci¨®n gr¨¢fica del antisemitismo, el odio y la superioridad racial. Bajo las banderas y los estandartes nazis murieron m¨¢s de seis millones de personas entre 1935 y 1945. El empe?o de Nakagaki ha puesto a los expertos de Occidente ante una pregunta: ?es redimible la esv¨¢stica?
"La imagen es tan poderosa desde el punto de vista del dise?o que su impacto no tiene precedentes en la historia", explica Steven Heller, una autoridad en la cr¨ªtica visual, responsable durante 30 a?os de la imagen gr¨¢fica de The New York Times y copresidente de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York (SVA, por sus siglas en ingl¨¦s).
Heller est¨¢ obsesionado con la utilizaci¨®n que hizo de ella el r¨¦gimen nazi y su transcendencia a lo largo de los a?os. Es de los que piensa que "nunca ser¨¢ redimida", al contrario que su amigo Nakagaki. ?l tambi¨¦n acaba de escribir un libro sobre el asunto, el tercero en su bibliograf¨ªa, bajo el t¨ªtulo La esv¨¢stica y los s¨ªmbolos de odio: La iconograf¨ªa del extremismo en la actualidad (Allworth Press). Est¨¢ convencido de que, mientras la extrema derecha contin¨²e ampliando su mensaje en EE.UU. y en Europa, se seguir¨¢ utilizando como una expresi¨®n de odio contra el diferente.
"La esv¨¢stica de Hitler tiene solo 100 a?os frente a una historia milenaria", recuerda Nakagaki. El origen de la cruz de dos ganchos entrelazados se remonta 5.000 a?os atr¨¢s en los valles del r¨ªo Indo (India). La palabra "esv¨¢stica" proviene del s¨¢nscrito svastica, que significa "buena fortuna" o "bienestar". Sus usos religiosos y seculares se multiplicaron a lo largo de la historia. "Hay esv¨¢sticas repetidas por todo el mundo que nada tienen que ver con los nazis", explica Heller.
De antes de Cristo son las que aparecen a los pies de los budas tallados en las monta?as del norte de la India, en la necr¨®polis de Koban en el C¨¢ucaso de Osetia del Norte, en la antigua ciudad de Troya (Turqu¨ªa), en los restos de Micenas, en las ruinas de Babilonia (Irak) o en los ornamentos de la tribu de los Ashanti en Ghana. Las excavaciones arqueol¨®gicas sit¨²an la esv¨¢stica en el continente americano antes de la llegada de Cristobal Col¨®n: los nativos la estamparon en vasijas, alfombras, ropa y joyer¨ªa.
Lo m¨¢s sorprendente para la mente occidental es comprobar c¨®mo en los a?os veinte y treinta se convirti¨® en una marca comercial en EE.UU. En 1925, Coca Cola fabric¨® una insignia de la buena suerte con forma de una esv¨¢stica con la inscripci¨®n "Bebe Coca Cola". Los Boy Scouts la imprimieron en postales, ropa, joyas o medallas al m¨¦rito.
Los equipos de deporte la utilizaban para representar las cuatro eles: "Love, life, light, luck" ("amor, vida, luz y suerte", en su versi¨®n en castellano). Fue un ornamento muy com¨²n en la arquitectura de principios del siglo XX. En Nueva York, se puede encontrar en el techo de la librer¨ªa de la Universidad de Columbia, en la entrada del Museo Metropolitano o en la fachada de la Brooklyn Academy of Music. Aparec¨ªa en postales, marcas de galletas, e incluso en los westerns de Hollywood hasta que Hitler se hizo con ella.
Los nativos americanos de los navajos, apaches, p¨¢pagos y hopis fueron los primeros en rebelarse contra su uso por parte de los nazis. En 1940, en protesta, dejaron de utilizarla para siempre con una declaraci¨®n p¨²blica y la quema de todos sus objetos que la llevaban estampada.
En Europa, se extendi¨® como una insignia m¨ªstica com¨²n en la decoraci¨®n de abad¨ªas y conventos cat¨®licos. Se puede encontrar en la Catedral de Amiens (Francia), en la de Oxford (Inglaterra) o en el monasterio benedictino de Lambach, al norte de Alta Austria, donde se cree que Hitler tuvo su primer contacto con ella cuando de ni?o form¨® parte del coro.
Las teor¨ªas posteriores se dividen entre los que, como Nakagaki, consideran que se la copi¨® del periodista y exmonje cat¨®lico J?rg Lanz von Liebenfels, fundador de la Orden de los Nuevos Templarios, en 1907. Una organizaci¨®n antisemita que promov¨ªa la superioridad de la raza aria y que la adopt¨® como insignia. Se sabe que Hitler se reuni¨® con Lanz para conseguir copias de su publicaci¨®n Ostara.
Otros, como Heller, especulan con que se la rob¨® al dise?ador gr¨¢fico berlin¨¦s Wilhelm F. Deffke, uno de los inventores del logo corporativo, miembro de la Bauhaus y del Ring Neuer Werbegestalter (C¨ªrculo de Nuevos dise?adores Publicitarios).
As¨ª lo confes¨® su asistenta, Mana Tress, en una carta escrita en los setenta al reconocido dise?ador gr¨¢fico estadounidense Paul Rand. "No pag¨® por ella", escribi¨® Tress. La esv¨¢stica de Deffke aparec¨ªa en un libro autoeditado como una reinterpretaci¨®n de la rueda del sol de tradici¨®n alemana.
Lo que est¨¢ claro es que Hitler se la apropi¨® en el verano de 1920, despu¨¦s de darle un giro a la derecha de 45 grados sobre su eje. En su libro, Mein Kampf ("mi lucha"), publicado cinco a?os despu¨¦s, Hitler describi¨® su significado para el Nacionalsocialismo y c¨®mo deb¨ªa utilizarse. Pintada de negro, sobre un c¨ªrculo blanco y con fondo rojo, los colores de la antigua bandera del imperio alem¨¢n.
El 2 de diciembre de 1923, apareci¨® por primera vez nombrada en The New York Times como la Hakenkreuz ("cruz de gancho"), en un art¨ªculo donde un testigo describ¨ªa una escena dentro de la cervecer¨ªa B¨¹rgerbr?ukeller de M¨²nich, donde Hitler hizo su intento de golpe de estado un mes antes. A partir de este d¨ªa, la prensa se referir¨¢ a ella como "el s¨ªmbolo nazi".
Su efectividad no habr¨ªa sido posible sin el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, quien el 19 de mayo de 1933 public¨® la "Ley de Protecci¨®n de los S¨ªmbolos Nacionales", donde se asegur¨® la explotaci¨®n de la marca y prohibi¨® su uso comercial. El gobierno nazi orden¨® que ondeara en todos los edificios oficiales de Alemania. Y acab¨® colgada en los de Polonia, los Pa¨ªses Bajos, en los alrededores de la Torre Eiffel y en el Parten¨®n de Grecia.
Setenta y cuatro a?os despu¨¦s del fin de la Segunda Guerra Mundial, la cruz gamada sigue siendo un s¨ªmbolo obsceno en Occidente. Casi a diario la prensa publica titulares como estos: "Aparece una esv¨¢stica sobre la placa de Trump en el paseo de la fama", "Pintan una esv¨¢stica en el monolito contra el nazismo en Segovia". Quiz¨¢ por eso, la prensa internacional se hizo eco de la consulta japonesa sobre si quitar o mantener el manji en los mapas: "Las pol¨¦micas esv¨¢sticas que Jap¨®n quiere eliminar de sus mapas", se le¨ªa desde Londres hasta Nueva York. Pero lo que no han recogido los medios es la decisi¨®n final a favor de la simbolog¨ªa tradicional de los templos. La esv¨¢stica se queda. "Estar¨ªa bien que alguien lo contara", sugiere Nakgaki.
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