Premios Goya 2020: la gente no puede dejar de hablar de estos ocho momentos
Por qu¨¦ nadie pill¨® los chistes de los presentadores; el paso fantasmal de Jorge Sanz; la repartidora en busca de premiado... Estos son los momentos que m¨¢s se recordar¨¢n
Al cine espa?ol le encanta ir de pupas. Pero la autocompasi¨®n que cada a?o empapa la gala de los Goya estaba m¨¢s justificada que nunca este s¨¢bado, cuando M¨¢laga se despert¨® con alerta amarilla por la borrasca Gloria. Los vendavales llevaban toda la semana arrasando la regi¨®n y Pedro S¨¢nchez, el primer presidente del Gobierno en asistir a los Goya desde Zapatero en 2005 y el ¨²nico pol¨ªtico que ha lucido m¨¢s gal¨¢n que cualquiera de los actores, aprovech¨® el viaje para visitar a las v¨ªctimas. Por suerte el s¨¢bado amain¨®, porque cuando se trata del cine espa?ol Dios aprieta, pero no ahoga. O quiz¨¢ Dios ten¨ªa por ah¨ª a Fern¨¢n-G¨®mez dici¨¦ndole ¡°dales un poco de tregua hombre, que en el fondo no son mala gente¡±.
La noche empez¨® con Jes¨²s Vidal (Campeones) simulando que segu¨ªa dando su discurso un a?o despu¨¦s. Una broma simp¨¢tica que, comparada con el resto de bromas de la gala, parecer¨ªa obra de los mejores Monty Python. La gala qued¨® lastrada por unos discursos eternos, llenos de silencios y titubeos, por parte de grupos de tres y cuatro ganadores en los que por lo visto todos quer¨ªan agradecer a cada persona que hab¨ªan conocido en su vida. Y, aunque comprensible, crea el mismo efecto que cuando esperas en la cola del banco: como has tenido que aguantar el turno de los dem¨¢s, al llegar el tuyo no piensas darte ninguna prisa.
Los discursos de Pedro Almod¨®var, que se coron¨® con siete Goyas para Dolor y gloria, recordaron que nadie cuenta historias en este pa¨ªs mejor que ¨¦l. Y eso que el de anoche fue solo el segundo Goya que gana como guionista. Mientras dure la guerra gan¨® cinco; La trinchera infinita, dos (actriz para Bel¨¦n Cuesta y sonido), y Lo que arde, otros dos (actriz revelaci¨®n y fotograf¨ªa). Pero m¨¢s all¨¢ de los premios, estos son los ocho momentos de los que todo el mundo habl¨® durante la (alerta: clich¨¦) gran fiesta del cine espa?ol.
- Benedicta S¨¢nchez, 84 a?os: "Me puedo ir ya"
La gallega de 85 a?os, que bail¨® una mu?eira en la alfombra roja de Cannes, aqu¨ª se sac¨® un cl¨ªnex y se limpi¨® la nariz en cuanto oy¨® su nombre. Porque como dir¨ªa tu abuela, antes de ir a cualquier sitio importante aseg¨²rate de sonarte bien. S¨¢nchez ha debutado como actriz con Lo que arde y les agradeci¨® el Goya, con todo su pragmatismo gallego, a sus padres ¡°por permitir que est¨¦ aqu¨ª¡±. Cuando no se le ocurr¨ªan m¨¢s personas a las que mencionar, se gir¨® hacia Eva Llorach y exclam¨®: ¡°?Me puedo ir ya?¡±. Benedicta tuvo que dejarse crecer el pelo para la pel¨ªcula y se niega a cort¨¢rselo porque asegura que ahora ese pelo es de su director, Oliver Laxe. Queda el misterio de saber de qui¨¦n es el pelo de Eva Llorach, porque suyo desde luego que no.
Laxe, por cierto, fue trending topic durante la jornada del s¨¢bado por asegurar en una entrevista que el p¨²blico menor de 50 a?os no va al cine porque ¡°est¨¢n en su casa masturb¨¢ndose con series, gimiendo como zombis por otro cap¨ªtulo¡±. As¨ª que su misteriosa ca¨ªda de ojos durante toda la gala puede que se debiera al peso del r¨ªmel que llevaba en las pesta?as o al peso de su propia superioridad moral.
- Nadie pillaba los chistes de los presentadores. Nadie pillaba que fuesen chistes siquiera
La segunda gala con Silvia Abril y Andreu Buenafuente como anfitriones (¨¦l ya hab¨ªa presentado los Goya dos veces en solitario) despert¨®, sobre todo, mucha confusi¨®n entre la audiencia: ?Qu¨¦ tiene que ver con el cine espa?ol (o de ning¨²n otro pa¨ªs) que Silvia Abril salga vestida de superheroina tir¨¢ndose pedos, bailando por Beyonc¨¦ y gritando: ¡°Ol¨¦ mi chocho moreno¡±. ?Eso que acaba de hacer Buenafuente es un chiste sobre la eutanasia? (Cuando Abril vaticin¨®, en referencia a Tesis, que ¡°me van a matar... ?en Twitter!¡± ¨¦l apareci¨® disfrazado del Ram¨®n Sampedro de Mar adentro y exclam¨®: ¡°Hombre, puestos a matar...¡±). ?Por qu¨¦ cantaron una canci¨®n de West Side Story en una gala del cine espa?ol? ?Era necesario que justo despu¨¦s del in memoriam apareciese Abril repartiendo consoladores entre el p¨²blico? ?De verdad ninguno de los ocho (ocho) guionistas de la gala se plante¨® que quiz¨¢ no fuese el momento adecuado?
Claro que no es que haya ning¨²n momento adecuado para que Silvia Abril se ponga a regalar consoladores a la gente y encima les arroje palomitas con violencia. Pen¨¦lope Cruz no ha ganado un Oscar, un Bafta y un Cesar para que ahora venga Silvia Abril a tirarle palomitas al pelo. Los presentadores, dos de las personas m¨¢s graciosas de este pa¨ªs, se toparon con un p¨²blico que no re¨ªa casi ninguna de sus bromas, aunque hay que comprender que se pasaron cuatro horas sentados en sillas de pl¨¢stico.
De modo que Abril y Buenafuente empezaron a flaquear y a rematar muchos de sus chistes con coletillas como: ¡°?Eso creo yo!¡±, ¡°?a que s¨ª?¡± o ¡°?vaya hombre!¡±. El in memoriam, adem¨¢s, volvi¨® a ser un concurso de popularidad con muertos que no recib¨ªan aplausos y muertos que s¨ª (Asunci¨®n Balaguer, la que m¨¢s). Y todo acompa?ado, en una noche que se hart¨® de reivindicar la cultura espa?ola, por un pianista brit¨¢nico. Para poner a Jaime Cullum que hubieran puesto a James Rhodes, un pianista brit¨¢nico tan inmerso en la filosof¨ªa ¡°pupas¡± espa?ola que se puso un pin del Betis.
- Los presentadores de las pel¨ªculas pasaban por ah¨ª
Rhodes fue el encargado de presentar La trinchera infinita, una pel¨ªcula con la que lo ¨²nico que tiene en com¨²n es que hay gente en Twitter pidiendo subt¨ªtulos. La Academia recurri¨® para presentar las cinco nominadas a figuras del deporte como Ona Carbonell (que present¨® Lo que arde) y Carles Puyol (que introdujo Intemperie, m¨¢s que leyendo, persiguiendo al teleprompter) y del periodismo: Rosa Mar¨ªa Calaf para Mientras dure la guerra y Mar¨ªa Casado para Dolor y gloria. Casado, presidenta de la Academia de Televisi¨®n, llev¨® un traje aut¨¦ntico de Sara Montiel para el que presumi¨® de no haber necesitado ni un solo arreglo, porque si una tiene la misma figura que la Montiel de los a?os sesenta pues hay que alardear. Ninguno de ellos intent¨® explicar su conexi¨®n con la pel¨ªcula que le hab¨ªa tocado, b¨¢sicamente porque no hab¨ªa ninguna conexi¨®n. Vale que nos estamos quedando sin mitos como Sara Montiel (y los que nos quedan, como Marisol, no quieren saber nada de nosotros), pero cuando en los Oscar sacaron a una persona ajena al cine para entregar un premio pusieron a Michelle Obama. Aqu¨ª pusimos a Bob Pop.
- Marisol no apareci¨® y as¨ª agrand¨® a¨²n m¨¢s su propio mito
Pepa Flores lleva 35 a?os retirada de toda vida p¨²blica y no sali¨® de su propia trinchera infinita para recoger el Goya de Honor ni aunque le pillase a un pase¨ªto (vive en M¨¢laga, donde se celebr¨® la gala). Amaia, quiz¨¢ la ¨²nica persona desde Marisol que ha logrado poner de acuerdo a toda Espa?a, cant¨® en La canci¨®n de Marisol ¡°la estrellita del cielo baj¨®¡± y repiti¨® ¡°Marisol, Marisol¡± como si estuviera invoc¨¢ndola. Pero la estrellita (o la estrellaza) no apareci¨®. La Academia y TVE trataron, por aquello de la audiencia, de mantener el misterio hasta el punto de que el presidente Pedro S¨¢nchez (que cabr¨ªa suponer que dispone de informaci¨®n privilegiada) les pregunt¨® a sus hijas: ¡°?Al final viene o no viene?¡±. Pocas veces S¨¢nchez ha representado tan bien el sentir de toda la naci¨®n. Y capaz es de haberse referido a ella como ¡°Marisol¡± delante de las hijas.
Anoche no se habl¨® de que Pepa Flores se retir¨®, entre otros muchos motivos p¨²blicos, privados y sobrentendidos, porque pas¨® de ser la ni?a m¨¢s querida del r¨¦gimen (esa en la que la Espa?a del desarrollismo quer¨ªa verse reflejada, ilusionada e iluminada) a la mujer m¨¢s insultada de la transici¨®n: por roja, por desnuda, por individua. As¨ª que ah¨ª os qued¨¢is. Marisol fue tan grande que ni la propia Pepa Flores pod¨ªa estar a la altura de la fantas¨ªa que se hab¨ªa montado el pa¨ªs entero. Regresar anoche, aunque fuese solo para saludar, habr¨ªa sido hist¨®rico, pero tambi¨¦n le habr¨ªa quitado magia al mito. Y qu¨¦ necesidad, pensar¨¢ Pepa. Pues ninguna, claro.
Cuando aparecieron sus tres hijas a recoger el premio en su nombre, se abri¨® la esperanza de que una de ellas sacase el m¨®vil y lo pusiese en manos libres para llamar a mam¨¢ en directo cual Carlota Corredera en S¨¢lvame. Pero ni los Goya son S¨¢lvame (para eso tendr¨ªan que tener, para empezar, sentido del ritmo televisivo) ni Pepa Flores es la Pantoja. Su Goya de Honor result¨® decepcionante (todo el mundo conservaba un rayo de esperanza de que diese la sorpresa), anticlim¨¢tico (no envi¨® ni siquiera unas palabras escritas) y se torn¨® tr¨¢gico cuando Mar¨ªa Esteve prometi¨® que su madre ¡°todav¨ªa no es consciente de que ha hecho a mucha gente muy feliz¡±. Qu¨¦ pena, Pepa. Quiz¨¢ la ovaci¨®n de anoche la convenza un poco de que lo del rayo de luz no es solo el t¨ªtulo de una pel¨ªcula, sino la ¨²nica definici¨®n posible de su paso por el mundo.
- Jorge Sanz y los fantasmas del pasado
Los ojos de Marisol observaron la gala desde las pantallas (y, queremos pensar, tambi¨¦n desde su casa) como un espectro del pasado: un fantasma que todo lo sabe, que no quiere juzgar y del que nada es su problema ya. Pero toda la noche estuvo sacudida por visitas del pasado, desde el n¨²mero de apertura en el que dos raperos narraron los or¨ªgenes del cine espa?ol (la fijaci¨®n de los Goya con el rap, quiz¨¢ el g¨¦nero musical menos espa?ol que existe, despu¨¦s del esperpento de Resines en 2012 tiene que ser una broma metarreferencial) y Abril y Buenafuente cantaron sobre el destape acompa?ados de lo que parec¨ªa un desfile de ropa interior de Noche de fiesta (los se?ores del destape no ten¨ªan esos cuerpos, un poco de rigor hist¨®rico por favor) hasta la aparici¨®n espectral de Jorge Sanz. ?l explota con mucha socarroner¨ªa su rol como ¡°el hijo echado a perder del cine espa?ol¡±, pero anoche funcion¨® a la vez como fantasma del pasado y como advertencia de futuro para los actores j¨®venes que se est¨¢n pasando de listos: pocos pueden brillar como el Jorge Sanz de los 25 a?os, pero cualquiera puede acabar como el Jorge Sanz de los 50. El ?chiste? con Sanz era que no le dejaban acceder al recinto, lo cual ser¨ªa m¨¢s gracioso de no ser porque hace un par de a?os eso mismo le pas¨® en serio a otro fantasma del pasado, Victoria Abril, tal y como ella misma cont¨® decepcionada.
- La repartidora que se qued¨® sin chiste y el "Karra al sol"
En un momento dado, irrumpi¨® en el patio de butacas una repartidora (rider se les llama) siguiendo las instrucciones de su GPS: ¡°Dir¨ªjase al frente hasta Karra Elejalde¡±. Karra no estaba en su asiento. ¡°Gire a la derecha hasta Pedro Almod¨®var¡±. Pedro tampoco estaba (acababa de entregarse el premio a mejor gui¨®n original, igual esto se podr¨ªa haber previsto). Al final lleg¨® al escenario con la bici a cuestas y, en vez de bromear con la precariedad del sector (podr¨ªa, por ejemplo, haber aparecido Jorge Sanz como repartidor), aclar¨® que entregaba el premio al mejor actor... ¡°?de reparto!¡±. Entre todos los juegos de palabras de la noche, por cierto, hay que romper una lanza en favor de ¡°Karra al sol¡±.
- La confusi¨®n de Ester Exp¨®sito
C¨®mo de tediosa deb¨ªa de estar siendo la gala para que Twitter celebrase la confusi¨®n de Ester Exp¨®sito (dijo ¡°Madrid 2021 20¡± en vez de Madrid 2120) como si fuese un gol de la Champions. Las redes sociales se cebaron con los chistes de rubias porque si los ocho guionistas de la gala recurr¨ªan al humor de pedos, ?por qu¨¦ iban los tuiteros a esforzarse m¨¢s? Exp¨®sito, una mujer con tanta madera de estrella que deber¨ªa mudarse a Hollywood cuanto antes y no mirar atr¨¢s, sali¨® acompa?ada de Pep¨®n Nieto y la audiencia estaba tan ansiosa por chucher¨ªas que comentar que dese¨® con todas sus fuerzas que apareciese C¨¦sar Vicente hablando de ¡°pimientos rellenos mi amor¡± como en los Premios 40. Vicente, por cierto, no estaba en la ceremonia con el resto del equipo de Dolor y gloria y solo apareci¨® en el escenario (en cierto modo tambi¨¦n como un fantasma del pasado, a pesar de que su pel¨ªcula se estren¨® hace 10 meses) cuando Almod¨®var dijo ¡°y C¨¦sar, que nos estar¨¢ viendo desde no s¨¦ d¨®nde¡±. Cada espectador complet¨® la frase como quiso.
- Antonio Banderas, ese tesoro nacional
Siempre ha sido mejor estrella que actor y por eso el Goya se le resisti¨® en sus cuatro nominaciones previas. Pero no en esta. No en M¨¢laga. No por un personaje, sobre el papel, imposible de sacar adelante sin caer en la parodia. ?A qui¨¦n no se le hunde el coraz¨®n cuando Salvador Mallo le confiesa a su madre: ¡°S¨¦ que cuando dec¨ªas '?a qui¨¦n habr¨¢ salido este ni?o?' no lo dec¨ªas con orgullo¡±? Puede que como actor tenga sus ratitos mejores y peores, pero Antonio Banderas, cuando interpreta a Antonio Banderas, nunca falla: en su discurso mencion¨® la Movida, su infarto al coraz¨®n (del que el s¨¢bado se cumpl¨ªan precisamente tres a?os) y a Julieta Serrano, que ha sido su madre tres veces (en Mujeres al borde de un ataque de nervios, Matador y Dolor y gloria). Porque su madre ya no est¨¢ y porque ¨¦l es familia de toda Espa?a.
Dice que volvi¨® a nacer hace tres a?os. Pues en esta segunda vida ha renacido un actor m¨¢s introspectivo, uno capaz de conseguir una nominaci¨®n al Oscar por una pel¨ªcula espa?ola (y ser considerado por algunos medios norteamericanos como una ¡°persona de color¡±: lo cierto es que su bronceado de anoche no ayudar¨¢ a enmendar esa confusi¨®n) y un profesional que atendi¨® hasta a la ¨²ltima radio mientras los dem¨¢s ganadores se iban de fiesta. Y hasta hizo un numerito de A Chorus Line para cerrar la gala.
Mientras Banderas levantaba la pierna m¨¢s alto que cualquier se?or de 49 a?os, los espectadores se lavaban los dientes y cog¨ªan el mando a distancia de la tele pregunt¨¢ndose lo mismo que Benedicta casi cuatro horas antes (aunque parecieran m¨¢s): ?Me puedo ir ya? Un a?o fant¨¢stico para el cine espa?ol, no tanto para sus galas. Pero ver los Goya es como visitar a la familia: no todo el mundo te cae bien, siempre se te acaba haciendo largo y el a?o que viene volver¨¢s porque es mejor celebrar regular que no celebrar nada.
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