El amargo alivio de la hija repudiada de Alberto II de B¨¦lgica
Delphine Bo?l celebra que una prueba de ADN reconozca la paternidad del monarca, pero lamenta la frialdad de su reacci¨®n
Delphine Bo?l se despert¨® el lunes como plebeya y se acost¨® siendo hija y hermana de reyes. En medio, una noticia que la artista pl¨¢stica de 51 a?os llevaba largo tiempo esperando. Alberto II, monarca em¨¦rito de los belgas, hizo p¨²blico durante la tarde lo que la ciencia le hab¨ªa dicho pocas horas antes: la mujer de la que lleva a?os renegando es fruto de su dilatada relaci¨®n extraconyugal con la arist¨®crata Sibylle de S¨¦lys Longchamps. Al ganar en los tribunales la batalla del ADN, Bo?l logra encajar la gran pieza de un puzle familiar amputado. Pero tras seis a?os y medio de batirse ante los jueces, el regusto de la victoria le ha dejado un sabor agridulce por la frialdad con que ha reaccionado su reci¨¦n proclamado padre biol¨®gico.
¡°Se siente aliviada porque ha sido el reconocimiento oficial de algo que todo el mundo sab¨ªa pese a que era negado por Alberto. Pero la crueldad del rey en su comunicado la ha herido, porque esperaba abrir una rendija de di¨¢logo¡±, afirma a este diario Marc Uyttendaele, abogado de Bo?l. Letrado y clienta conversaron nada m¨¢s detonar la bomba de que pasaba a convertirse, de manera oficial, en hija reconocida del soberano, de 85 a?os. El rey em¨¦rito de los belgas, Alberto II, lo anunci¨® a trav¨¦s de sus abogados en un texto sin atisbo de perd¨®n ni arrepentimiento, en el que califica el proceso de "largo y doloroso" y lamenta la falta de respeto a su vida privada. ¡°[?l] Se presenta como una v¨ªctima, cuando est¨¢ claro que la damnificada ha sido ella¡±, a?ade Uyttendaele.
El caso se hab¨ªa convertido en los ¨²ltimos a?os en un dolor de cabeza para Bo?l, casada con el estadounidense de origen irland¨¦s Jim O'Hare, con el que tiene dos hijos, Jos¨¦phine, de 16 a?os, y Oscar, de 11. Desde que en 1999 una biograf¨ªa no autorizada de la esposa de Alberto II, la reina Paola, sacara a la luz la historia de la hija ileg¨ªtima del monarca, la vida de la escultora ha dado un vuelco. Embarcarse en la pugna legal por sus derechos le cost¨® el fin de su v¨ªnculo con el industrial Jacques Bo?l. El hombre que la cri¨® como una hija, del que tom¨® el apellido y hoy divorciado de su madre, la deshered¨® cuando Bo?l inici¨® su particular b¨²squeda de la verdad sobre sus or¨ªgenes, cuyo primer paso fue probar que el empresario no era su padre biol¨®gico, como as¨ª se demostr¨® con otra prueba de ADN.
El dato no es menor si se tiene en cuenta que Jacques Bo?l es la sexta mayor fortuna de B¨¦lgica, como propietario de un conglomerado empresarial valorado en unos 1.600 millones de euros.
Ese episodio es utilizado por el abogado de Delphine Bo?l para rebatir a aquellos que ven en el enriquecimiento el objetivo de la reclamaci¨®n de paternidad. ¡°Habr¨ªa tenido m¨¢s beneficio econ¨®mico si no hubiera actuado, porque la fortuna de Jacques Bo?l es m¨¢s importante que la de Alberto II¡±, sostiene Uyttendaele.
En cualquier caso, la decisi¨®n de la justicia de obligar al monarca a someterse a la prueba de ADN le insuflar¨¢ cierta tranquilidad econ¨®mica para ella y sus hijos, que llegaron a aparecer en una lista negra bancaria de clientes de riesgo por su ¡°exposici¨®n pol¨ªtica¡±. Delphine Bo?l tendr¨¢ derecho tras la muerte de su progenitor a recibir una jugosa herencia a repartir con sus tres hermanos. Aunque, a diferencia de ellos, no figurar¨¢ en la l¨ªnea de sucesi¨®n al trono ni intervendr¨¢ en actos oficiales representando a la Corona, dado que la Constituci¨®n establece que solo los descendientes ¡°directos, naturales y leg¨ªtimos¡± heredan esa potestad.
El veredicto de la prueba de ADN ha tra¨ªdo un cierto aire de justicia tard¨ªa para Delphine Bo?l.? ¡°Le va a permitir poner fin a un fen¨®meno de exclusi¨®n social del que eran v¨ªctima ella y sus hijos¡±, celebra su abogado. Pero con las puertas de la Casa Real cerradas. Y con Alberto II ajeno a cualquier acercamiento que repare a?os de olvido, la sensaci¨®n es que, a pesar de lo que diga la Biolog¨ªa, Delphine Bo?l seguir¨¢ sin padre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.