Freno al coronavirus en la Ant¨¢rtida

Miles de casos confirmados, dos centenares largos de fallecidos, millones de sospechosos de contagio... y un impacto que, directa o indirectamente llega a lugares tan lejanos como la Ant¨¢rtida. No se alarmen. No es que haya llegado la infecci¨®n a tan pr¨ªstino continente, pero s¨ª que ha llegado su impacto: el programa ant¨¢rtico chino, como medida preventiva, ha suspendido las operaciones cient¨ªficas previstas en sus bases y tambi¨¦n las visitas tur¨ªsticas que reciben. No quieren trasiego de personas por sus instalaciones que puedan estar contagiadas sin saberlo y, por tanto, que se conviertan en un foco de infecci¨®n en un lugar donde el espacio para la convivencia humana, por necesidad, es muy estrecho. La noticia de este par¨®n en las bases chinas lleg¨® al Comit¨¦ Polar Espa?ol a trav¨¦s del COMNAP, el organismo internacional que re¨²ne a los administradores de los programas ant¨¢rticos nacionales.

Antonio Quesada, que adem¨¢s de cient¨ªfico es secretario t¨¦cnico del Comit¨¦ Polar Espa?ol, me cuenta: "Este a?o esta medida no nos afecta porque nadie espa?ol iba a ir a sus bases, como s¨ª hacemos otros a?os, pero el caso da idea de c¨®mo la Ant¨¢rtida a¨²n estando lejos debe protegerse, y es una buena noticia que hayan tomado esa decisi¨®n¡±, comenta.

Las cuatro bases chinas cerradas? hasta nueva orden ¡ªalgunas ya est¨¢n activas cient¨ªficamente desde hace semanas¡ª son la Great Wall (Gran Muralla), que est¨¢ en la isla Rey Jorge y es la m¨¢s cercana a las bases espa?olas, y la Zhongshan, el Taishan Summer Camp y la Kunlun, las tres en la Ant¨¢rtida Oriental. Curiosamente, la Gran Muralla china, en la Ant¨¢rtida,? es el segundo destino tur¨ªstico m¨¢s visitado de todo el continente. Se calcula que unos 20.000 turistas chinos pasaron por all¨ª de visita en el verano austral del a?o pasado. De hecho, China es un pa¨ªs l¨ªder en cuanto a turistas ant¨¢rticos en las ¨²ltimas temporadas, as¨ª que la pregunta surge sola: ?Qu¨¦ pasar¨¢ con ellos? ?Podr¨¢n visitar otras zonas de la Ant¨¢rtida a¨²n a riesgo de llevar alg¨²n caso sospechoso a bordo? "La realidad es que nadie puede ordenar que no se visite la Ant¨¢rtida, porque ese continente no es de nadie. Nosotros no dejamos nunca visitar nuestras bases, as¨ª que por ah¨ª no tenemos nada que temer¡±, recuerda Quesada.

Afortunadamente, es un continente despoblado (apenas viven all¨ª unas 5.000 personas en verano y unas 1.000 en invierno) y, si bien el coronavirus ha pasado de un murci¨¦lago a un ciervo y de ah¨ª a los humanos, seg¨²n las primeras hip¨®tesis, los que m¨¢s tendr¨ªan que temer son los propios pasajeros de cruceros chinos, que son muy numerosos, dado que no es previsible que puedan contagiar a ping¨¹inos (sobre todo si se cumple la norma de no acercarse a menos de 10 metros).

De momento, al responsable t¨¦cnico del Comit¨¦ Polar le preocupa m¨¢s estos d¨ªas que el volc¨¢n de isla Decepci¨®n d¨¦ un susto. De momento, el sem¨¢foro que indica el nivel de riesgo ha pasado de verde a amarillo, despu¨¦s de que los vulcan¨®logos espa?oles de la base Gabriel de Castilla detectaran cambios en los par¨¢metros que indican cierta actividad. Es algo que no ocurr¨ªa desde hace cinco a?os. ¡°De momento, no hay que preocuparse y todo sigue igual, pero s¨ª que tenemos que estar muy atentos por si aumenta esa actividad volc¨¢nica. En los a?os noventa ya hubo un conato de erupci¨®n. Nosotros no llegamos a desalojar, pero s¨ª lo hicieron los argentinos, aunque al final no pas¨® de un susto¡±, recuerda Quesada. M¨¢s atr¨¢s en el tiempo, en 1967, una explosi¨®n volc¨¢nica destruy¨® totalmente una base chilena. Es algo que tienen muy presente todos los que est¨¢n all¨ª.

Aunque este a?o, su grupo del proyecto MicroAirPolar no ha viajado a la Ant¨¢rtida ("Tenemos muchos datos ya para analizar", me dice), a¨²n en la distancia, Quesada es una mina de informaci¨®n de lo que pasa en el continente. Ir a verle antes de iniciar el viaje al sur, es fundamental: ¡°Nos llega mucha informaci¨®n de lo que ocurre en todos los lados porque los programas polares estamos muy conectados. Y la transmitimos nosotros, como ahora con el tema del volc¨¢n, eso s¨ª, sin comprometernos con los de los cruceros, que toman sus decisiones".

Y es que el negocio del turismo, est¨¢ creciendo, y no siempre, reconoce, quienes lo dirigen son conscientes de los riesgos del lugar en el que est¨¢n. ¡°Este a?o, un crucero que estaba por el norte de isla Livingstone se dio con una piedra y se hizo una raja de ocho metros por meterse en una zona que no estaba cartografiada. Hubo suerte y pudo seguir viaje hasta tierra¡±, cuenta el cient¨ªfico, que trabaja en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Otras veces, como pas¨® este a?o, les surgen problemas porque no hay espacio en los puertos para que atraque un buque cient¨ªfico debido a que tienen prioridad los transportes de turistas. Y los puertos no son grandes...

Por cierto, que en las dos bases (Juan Carlos I y Gabriel de Castilla) comienza estos d¨ªas la renovaci¨®n de equipos y proyectos, una vez terminada la primera fase de la Campa?a Polar. Unos, como el Powell 2020, que ha estado un largo mes a bordo del Hesp¨¦rides, inician el regreso a Espa?a, mientras que otros cient¨ªficos e invitados, entre los que me encuentro, preparamos ya el equipaje para iniciar la aventura polar. Tambi¨¦n los hay que permanecer¨¢n dos meses y medio sin salir de la Ant¨¢rtida.?

Desde el buque oceanogr¨¢fico se mover¨¢n pasajeros y materiales de las bases al aer¨®dromo de Rey Jorge, la misma isla donde est¨¢ la base china Gran Muralla, o a Ushuaia (Argentina). Tambi¨¦n se sacar¨¢n las 10 toneladas de residuos que han generado unas obras en la base Gabriel de Castilla y los que se producen en el d¨ªa a d¨ªa de las tres instalaciones.?